Matthew Brockett y Paul Allen para Bloomberg
El primer país en darle el voto a la mujer tiene une nueva ambición pionera en el mundo: cerrar la brecha salarial entre los géneros.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, la mandataria más joven del mundo, indicó que su Gobierno busca conseguir un pago igualitario para las mujeres en el servicio público en unos cuatro años. Espera que éste sea un catalizador que impulse el cambio. Más de 120 años después de que su nación le otorgara el sufragio universal, Arden quiere que vuelva a ser un abanderado de la igualdad de derechos.
“Si Nueva Zelanda es vista como una campeona en asuntos concernientes a la brecha salarial y la igualdad de pago, estaría muy orgullosa de eso”, aseguró Ardern, de 37 años, en una en entrevista este martes en Wellington. “Sé, sin embargo, que sólo seremos vistos como líderes mundiales si somos capaces de hacer incursiones nosotros mismos”.
“Si Nueva Zelanda es vista como una campeona (…) estaría muy orgullosa”
Nueva Zelanda se ubicó en la posición 9na de 144 en el informe sobre brecha de género global del Foro Económico Mundial para 2017, muy por delante de la vecina Australia, que ocupó el puesto 35. Este año, la brecha salarial cayó a 9,4% de 16,2% en 1998, según datos de Statistics New Zeland. El Ministerio para la Mujer dice que el progreso de cierre ha estado estacando durante la última década.
El partido laborista de Ardern llegó al poder el mes pasado con la promesa de poner una cara humana al capitalismo, al abordar fallas sociales como el tratamiento de las mujeres en su lugar de trabajo. Las acusaciones de acoso sexual contra el productor de Hollywood Harwey Weinstein pudieron haber disparado una discusión global sobre las dificultades que enfrentan las mujeres, pero Ardern aseveró que el próximo paso es lograr un cambio real.
“Pienso que estas conversaciones globales son increíblemente importantes, pero sólo son precursoras de lo que necesitamos hacer después y eso es lograr un cambio cultural y de comportamiento”, explicó. “Hay una necesidad de diálogo con los jóvenes en particular sobre cuestiones de consentimiento y relaciones saludables”.
Desde que le dio el voto a la mujer en 1893, Nueva Zelanda ha sido una especie de pionera en términos de igualdad de derechos. Su brecha salarial de género es la mitad de la del Reino Unido, que se ubica en 18%. Ardern es la tercera primera ministra de su país y los cargos de Gobernador General y Presidente del Tribunal Supremo también están ocupados por mujeres.
Pero sólo hay una ejecutiva femenina entre las 50 compañías en el índice bursátil de referencia de Nueva Zelanda. Y aunque la nación ocupa un lugar relativamente alto en el índice de brecha de género del Foro Económico Mundial, ha caído desde el quinto lugar en 2009.
“Estamos retrocediendo”, alertó la presidenta de Consejo Nacional de Mujeres, Vanisa Dhiru. “En Nueva Zelanda nos gusta pensar que somos bastante iguales. Fuimos el primer país en darle voto a la mujer, pero después de todo seguimos estancados”.
«En Nueva Zelanda nos gusta pensar que somos bastante iguales»
El Gobierno debe facilitar a las personas que reclamen la igualdad salarial a través de nuevas legislaciones y recursos adicionales, particularmente para aquellos en el extremo inferior de las ocupaciones dominadas por mujeres, comentó Dhiru.
Ardern indicó que cerrar la brecha salarial de género entre los 46.000 trabajadores del servicio público enviará una fuerte señal al sector privado para que haga lo mismo. “En 2017, no podemos permitir que las mujeres jóvenes esperen recibir 10% menos dinero simplemente por su género. Ese mensaje no puede continuar”.