Los separatistas van a prisión y el Gobierno está a la caza de Puigdemont

Charles Penty, Emma Ross-Thomas y Rodrigo Orihuela para Bloomberg

Mientras los separatistas catalanes eran encarcelados por su infortunada declaración de la independencia, los fiscales buscaban una orden de arresto para su depuesto líder, Carles Puigdemont, después de que permaneció desafiante en un exilio autoimpuesto.

Un grupo de funcionarios de la administración derrocada fue encarcelado por el riesgo de fuga mientras se realiza el juicio. Entre los detenidos se encuentra el depuesto vicepresidente de la Generalidad de Cataluña, Oriol Junqueras.

El expresidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, decidió no regresar de Bruselas y condenó lo que llamó un “juicio político” con sanciones desproporcionadas, generalmente reservadas para el asesinato o el terrorismo. Todos enfrentan hasta 30 años de cárcel por sedición y rebelión.

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Ahora que la disputa se trasladó a los tribunales españoles, el presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, necesita manejar su victoria sobre la región rebelde sin hacer que los catalanes se conviertan en mártires políticos.

El espectáculo de ver a los líderes de un gobierno que fue electo democráticamente en los tribunales -y luego en prisión- puede ser lo último quiere Rajoy mientras busca reactivar a la región económica más poderosa de España.

“Cuanta más gasolina y madera le agregues al fuego, más grande se hará”, comentó a los reporteros el ex líder catalán Artur Mas, desde las afueras de la corte. Estaba junto a un grupo pequeño de partidarios que portaba la bandera independentista catalana.

Elección ajustada

El Gobierno de Rajoy adoptó un enfoque liviano para su toma de posesión de la posteriormente autónoma administración catalana. Esta medida puso fin a la mayor crisis constitucional de España desde el golpe 1981.

Carles Puigdemont decidió no regresar de Bruselas ante el «juicio político» que le espera

Voces un poco más moderadas y pacientes están en ascenso en Barcelona, mientras los catalanes esperan las elecciones del 21 de diciembre que decidirán el curso futuro de la campaña separatista.

Los candidatos catalanes a la independencia obtendrán 68 escaños en las elecciones regionales del 21 de diciembre, lo que les otorgará una escasa mayoría en la asamblea de 135 escaños, según una encuesta publicada este jueves por El Español.

Las estrictas medidas de Madrid no van a ayudar porque impulsarán a más personas al campo de la independencia y no resolverá nada”, advirtió Caroline Gray, profesora de política en la Universidad Aston del Reino Unido, que se especializa en movimientos nacionalistas. “Madrid cometerá un error si no hace un esfuerzo por convencer a la gente de que hay una alternativa”.

En busca del diálogo

En una declaración a últimas horas del miércoles, Puigdemont dijo que otro grupo de sus ministros permanecerá en Bruselas “para denunciar este juicio político ante la comunidad internacional e instar a Europa a enfrentar una solución al conflicto”.

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El juez puede emitir una nueva citación para que los ausentes comparezcan en el futuro u ordenar un arresto, explicó Carlos Gómez-Jara, profesor de derecho penal en Madrid. Si aparecen, el fiscal tendrá que decidir si pedirle al juez que los detengan mientras se espera el juicio.

Si bien la defensa argumentaría que regresaron a España para enfrentar la justicia, el hecho de que huyeron en primer lugar podría funcionar en contra de ellos, de acuerdo a Gómez-Jara. Si Puigdemont rechaza la nueva convocatoria, el juez podría intentar obligarlo a regresar con una orden de arresto europea.

“Si la ley no se aplica, entonces se alienta a la gente a hacer lo mismo otra vez»

“Si la ley no se aplica, entonces se alienta a la gente a hacer lo mismo otra vez. No se trata de que el Estado obtenga su venganza”, expresó Gómez-Jara. “El problema es que lo que hicieron estuvo mal y es un proceso que conlleva a ciertas consecuencias”.

La división continúa

Puigdemont realizó un referéndum improvisado por la independencia el 1ero de octubre, en un desafío al Gobierno y a los tribunales. Rajoy envío policías antidisturbios que golpearon a los votantes mientras cerraban las casillas de votación ilegales.

Esa dura respuesta ayudó a generar un impulso para la causa, que culminó el viernes pasado cuando los legisladores catalanes votaron a favor de declarar una escapada del resto de España. Rajoy rápidamente utilizó los poderes de emergencia para tomar el control de la nueva república catalana, antes de que pudiera concretarse completamente.

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Los 7,5 millones de habitantes de Cataluña siguen profundamente divididos con respecto a la relación que deberían tener con España. El Gobierno semiautónomo, que tiene el control de la policía, la salud y las escuelas, se restaurará tras las elecciones de diciembre. Lo que no manejará es la recaudación de impuestos, que representa un quinto del total de España.

Marta Pascal, integrante de alto nivel en el partido de Puigdemont, aseveró que el grupo “pensó que sería fácil y no lo fue”. Un comunicado filtrado mostró que un ayudante de Junqueras había dijo que “cualquiera con dos células cerebrales sabe” que el despuesto Gobierno catalán no estaba en condiciones de declarar la independencia.