La política monetaria expansiva llevada a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) ha salvado de la quiebra a muchas empresas. En especial, a las más endeudadas como Telefónica. La firma dirigida por José María Álvarez-Pallete ha ahorrado más de un 40% en gastos financieros desde el ya célebre “Whatever it takes” que pronunció el presidente del organismo monetario, Mario Draghi.
Tres años más tarde, junio de 2015, Draghi iba más allá de la propia teoría anunciando que el BCE se lanzaba a comprar deuda de multinacionales. Desde entonces, la factura asciende a 100.000 millones de euros. En el caso español, han sido al menos 15 firmas las que se han llevado el premio con cerca de 10.000 millones -se estima un 10%- con una vencedora por el encima del resto: Telefónica.
la compañía dobla de media en número de colocaciones al resto de grandes empresas españolas
La firma dirigida por Pallete figura entre las compañías europeas que más se han beneficiado. Aunque el BCE no detalla la cuantía de deuda que adquiere, sí da cuenta semanalmente de las empresas en las que invierte. En este sentido, la compañía dobla de media en número de colocaciones al resto de grandes empresas españolas. Además, según las estimaciones realizadas por Wolfganf Bauer, gestor del equipo de renta fija minorista de M&G, Telefónica está entre las cinco firmas europeas que más dinero han recibido del BCE.
La ayuda de Draghi a Telefónica fue -y es- como agua caída del cielo. El BCE ha brindado a la compañía la posibilidad de financiarse a unos tipos cada vez más bajos, gracias a tres actuaciones: por un lado, gracias a rebajar precio del dinero hasta cero. Por otro, la compra de deuda pública aplana todavía más la curva de intereses reales. Por último, actuar directamente sobre la deuda corporativa termina por apuntillar el coste hasta mínimos nunca vistos, más si sabe cuándo es una de las más beneficiadas de la compra.
En el caso de Telefónica es especialmente interesante ver el efecto que ha tenido el triple ataque de Draghi. En primer lugar, se acometió las caídas del precio del dinero y ya en 2013 apenas estaba en el 0,5%. Pese a ello, el coste de financiación de Telefónica entre 2012 y 2014, apenas cayó un 1% desde el 5,47% al 5,4%. La compra de deuda pública comenzó a principios de 2015, lo que supuso una mejora del coste para Telefónica del 9%. Por último, la compra de deuda corporativa, meses después, que incluía una parte importante de Telefónica ha ayudado a reducir el coste financiero un 32%, entre 2012 y 2017.
En términos brutos, la caída de los costes financieros de Telefónica es todavía más impresionante: gastará en 2017 cerca de un 43% menos que en 2012, esto son cerca de 1.800 millones de euros que van íntegros a caja. Un ejemplo es la última colocación de deuda de la operadora en septiembre, por valor de 1.250 millones de euros con rentabilidad del 1,7% -frente al 4,96% que se le pedía de media en 2015-. Según el Banco de España, entre julio de 2016 y junio de 2017 las colocaciones de deuda en el mercado se han doblado respecto a 2015.
Otorgar la posibilidad a una gran empresa de reducir un 32% -43% en términos brutos- sus costes de financiación es una bendición para cualquiera. Pero si te llamas Telefónica, y tienes un monstruo en tus cuentas en forma de deuda de 50.000 millones, con lo que eso implica: afrontar un costo en intereses muy alto. La obligación de emitir importantes cantidades de deuda nueva, para enfrentarse a vencimientos mil millonarios, o la exigencia financiera tan alta para sacar brillo a las cifras del negocio. Es para nombrar presidente honorífico a Draghi hasta el fin de los días.
Telefónica sale de compras
El reguero de dinero barato que ha puesto a disposición de las grandes empresas el BCE tiene más usos que abaratar sus costes financieros. Por lo general, el acceso a dinero ofrece la posibilidad a las firmas de o bien recomprar acciones para aumentar el valor de sus acciones, o salir al mercado a comprar empresas.
Entre 2015 y 2016, y con el BCE ya comprando deuda de Telefónica, la firma dio un fuerte impulso a la recompra de acciones
Entre 2015 y 2016, y con el BCE ya comprando deuda de Telefónica, la firma dio un fuerte impulso a la recompra de acciones. La idea era reforzar la política de retribución a los accionistas. A final de 2016, la operadora tenía en autocartera 141,22 millones de acciones propias, un 2,8% del capital. En este 2017, la política ha sido la de desprenderse de parte de las acciones propias para seguir amortizando deuda.
Por otro lado, Telefónica también ha sido muy activa a la hora de adquirir pequeñas startups, durante 2015 en especial. Entre sus adquisiciones menos rentables destacan EyeOs, Monitise o Yaap, mientras que Synergic Partners es la única que se ha revalorizado desde su adquisición.