Nikos Chrysoloras y Jonathan Stearns para Bloomberg
¡Cuánta diferencia hace una semana! El 27 de octubre, Carles Puigdemont desafió al mundo cuando el Parlamento catalán proclamó el nacimiento del país más nuevo de Europa. A pesar de esto, la nueva república murió sin complicaciones en cuestión de horas, debido a que el Gobierno español tomó rápidamente el control sin enfrentarse a mucha resistencia.
Desde entonces, Puigdemont huyó a Bélgica sin advertir a los principales miembros de su partido. Dijo que planea permanecer allí indefinidamente por miedo a su seguridad personal y por la duda de que no vaya a tener un juicio justo por sus acciones en España.
Aunque negó haber huido a Bruselas para buscar asilo en el único país de la Unión Europea que ha mostrado simpatía por el movimiento separatista, no hizo comentarios sobre cuándo piensa volver a Cataluña.
La pregunta que quedó sin respuesta, después de una caótica conferencia de prensa a la que acudieron más de 200 periodistas en una sala que normalmente acoge a 70, fue la de qué sucedería si el Gobierno español solicita la extradición de Puigdemont. El secesionista derrocado no excluyó la solicitud de asilo, si ese fuera el caso.
A continuación una rápida guía del proceso que podría ser la última oportunidad de Puigdemont para evitar décadas de cárcel por cargos de rebelión y uso indebido de fondos estatales:
- La buena noticia es que el Comisionado General para Refugiados y Apátridas de Bélgica examina las solicitudes de asilo de ciudadanos de la UE como una cuestión prioritaria, por lo que el líder catalán no tendría que esperar al final de la lista con aquellos que huyen de la guerra y la dictadura.
- De acuerdo al procedimiento establecido en el sitio web del Comisionado, el Estado belga puede exigir que se tomen las huellas dactilares, así como una radiografía para comprobar si el solicitante padece tuberculosis.
Si España pide la extradición, Puigdemont no descarta una solicitud de asilo
Tras completar un cuestionario con la ayuda de un intérprete, se puede realizar una entrevista donde el solicitante de la protección deberá probar que tienen un temor fundado de persecución. En el caso de los ciudadanos de la UE, el estado belga presume que no hay necesidad de protección contra daños graves, según la oficina del Comisionado.
“La carga de la prueba recae en gran parte en el solicitante”. No existe un precedente reciente de protección concedida a un ciudadano de la UE. Se tomará la decisión dentro de los cinco días hábiles siguientes y puede apelarse dentro de un mes. Si se otorga protección a un ciudadano del bloque, las autoridades de Bélgica tendrían que notificar al grupo de su decisión.
Se trata, sin dudas, de una vara alta. Pero posiblemente será más fácil que algunos de los desafíos recientes a los que Puigdemont se ha tenido que enfrentar.