Lucia Kassai Bloomberg
Frente a la isla caribeña de Curazao, un enorme petrolero ha estado flotando en el agua con su cargamento de petróleo durante cinco meses, a la espera de que le paguen. Ésta es la última señal de que la crisis de efectivo de Venezuela podría empeorar a medida que venzan más deudas.
Petróleos de Venezuela, la compañía de petróleo estatal que controla las reservas más grandes de crudo del mundo, ha sido duramente golpeada por los bajos precios y las sanciones estadounidenses que aumentan el riesgo de incumplimiento de la deuda del país. La producción se desplomó y las refinerías se vieron obligadas a cerrar debido a averías recurrentes o la falta de crudo nacional para procesar.
Si bien la crisis financiera y política ya ha arruinado la economía, el incumplimiento de Pdvsa podría empeorar las cosas. En un informe de agosto de 2016, el economista jefe de Torino Capital dijo que Venezuela corre el riesgo de seguir el mismo patrón de Ecuador, que en 2008 se vio obligado a ofrecer mayores descuentos en sus exportaciones de petróleo para atraer compradores después de que no pudo pagar las deudas.
Venezuela corre el riesgo de seguir el mismo patrón de Ecuador
“Las sanciones están afectando a Venezuela mucho más de lo que inicialmente se esperaba”, puntualizó Francisco Monaldi, investigador de la política energética latinoamericana en el Instituto Baker de la Universidad de Rice, en Houston. “Las refinerías de Estados Unidos pagan el crudo en efectivo, y si Venezuela está perdiendo acceso a este tipo dinero, significa que Pdvsa atravesará grandes problemas financieros”.
Los envíos venezolanos a las refinadoras estadounidenses bajaron 35% desde finales e agosto, según datos de buques cisterna compilados por Bloomberg. El desplome comenzó después de que EEUU impusiera sanciones para castigar al presidente Nicolás Maduro por sus actuaciones antidemocráticas.
Pdvsa es la mayor fuente de ingresos de exportación del Gobierno venezolano. El descenso de las ventas agrava la falta de ingresos provenientes de las exportaciones de China, India y Rusia, que reciben barriles de crudo gratuitos como parte de un pago por préstamos anteriores.
Las finanzas son tan ajustadas que una refinería de Pdvsa en Curazao no puede permitirse comprar suficiente petróleo para procesar. El petrolero Tulip, cargado con crudo estadounidense, ha estado navegando mar afuera desde mayo esperando por el pago. A fines del año pasado, Pdvsa debía 42.000 millones de dólares (36.000 millones de euros).
Más de 2.000 millones de la deuda de la compañía se vencerá en los próximos días y los inversores confían cada vez menos en que los fondos se transfieran. El jueves, los bonos en dólares de Pdvsa cayeron más de 4 céntimos y los rendimientos de las notas con vencimiento en 2020 saltaron más de 2% y se ubicaron en 17,3%.
Como Venezuela, Ecuador depende de los ingresos petroleros. Cuando el país dejó de pagar en 2008, se vio obligado a ofrecer mayores descuentos, lo que provocó la caída en los ingresos petroleros, según un informe de Francisco Rodríguez, economista jefe del banco de inversiones Torino Capital, de Nueva York.
Problemas financieros
Después de años de mala administración, Venezuela está a punto de quedarse sin dinero después de que los precios del petróleo cayeran de más de 100 dólares (85,92 euros) por barril en 2014 a tan sólo 50 dólares (42,96 euros) este año.
Después de arrestar a los líderes de la oposición, Maduro buscó reformar la Constitución y quitarle poder a la Asamblea Nacional, lo que provocó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impusiera sanciones contra Maduro y Pdvsa.
Esto dificulta que los refinadores estadounidenses, especialmente aquellos que necesitan una carta de crédito de un banco nacional, garanticen los pagos a la empresa venezolana. Pocos prestamistas americanos quieren estar en una posición de potencial conflicto con las sanciones de su Gobierno.
El año pasado, EEUU importó 9.3100 millones de dólares (7.990 millones de euros) de crudo venezolano, según los datos del censo. Las refinerías, incluidas Valero Energy, Chevron y PBF Energy, importaron un día 741.000 barriles desde Venezuela, de acuerdo a estimaciones de la Administración de Información Energética.
Pero a medida que estas ventas caen, Venezuela hace más envíos para pagar préstamos de otros países. Los envíos diarios a China se duplicaron desde agosto a 451.613 barriles, mientras que las cargas a la estatal petrolera rusa, Rosneft, se triplicaron, según información de la aduana de los Estados Unidos recopilada por Bloomberg. En la última década, China y Rosneft prestaron al menos 70.000 millones de dólares a Venezuela para la producción de petróleo y proyectos de infraestructura.
“Cuando EEUU te da la espalda, es útil estar en buenos términos con sus dos principales prestamistas”, comentó Russ Dallen, socio gerente de Caracas Capital Markets, un banco de inversión con sede en Venezuela. “Esto incluso podría ayudar a que Pdvsa obtenga préstamos viejos para renovar”.
Pero la caída del precio del petróleo aún presiona a la empresa estatal y al Gobierno. En junio la producción cayó a su nivel más bajo en 14 años. Las refinerías nacionales han reducido el refinamiento debido a múltiples averías. Lo mismo ha pasado con el suministro de petróleo.
Estados Unidos probablemente aumentará las sanciones en los próximos 12 meses si Maduro se niega a cambiar su comportamiento, lo que significa que Pdvsa dependerá más de Rusia y China para obtener nuevos préstamos, advirtió Risa Grais-Targow, analista de Eurasia Group. Para el próximo es “probable” que Venezuela incumpla con el pago de sus deudas, comentó en un informe. En 2018, Pdvsa debe pagar aproximadamente 3.000 millones de dólares (2.570 millones de euros).
“Es probable que China evite una nueva financiación significativa, mientras que los acuerdos adicionales con Rusia enfrentan limitaciones en ambos lados”, aseveró Grais-Targow. “Aún así, hay espacio para acuerdos adicionales con Rusia que podrían ayudar al Gobierno de Venezuela a pedir más dinero el próximo año”.