Ya se ha puesto en marcha la aplicación del artículo 155 de la Constitución y sabemos en que términos: destitución del actual Govern, asunción de competencias por parte del Gobierno central, prohibición al Parlament para investir nuevo presidente de la Generalitat y para aprobar leyes o normas contrarias a la Constitución y elecciones en un plazo no superior a seis meses. Si todo va conforme lo previsto, esta hoja de ruta se aprobará el viernes en el Senado.
No ha sido fácil. No lo ha sido para Mariano Rajoy que hubiera preferido no tener que tomar esta decisión. No lo es para Pedro Sánchez, su apoyo firme, porque le abre heridas dentro de su partido. Y no lo fue el sábado para el Gobierno que durante dos horas debatió el sábado, no tanto sobre lo que iba a venir, como sobre lo que había pasado hasta el momento. “No podemos cometer los mismos errores”, fue la frase que más se debió escuchar en esas dos horas.
Y, de hecho, algún miembro del Gobierno, del sector opuesto a la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, se quejó que de que se hubiera tardado tanto en adoptar esta decisión. Rajoy defendió a su vicepresidenta, pero las críticas quedaron ahí: “Hemos tardado mucho, y quizás ahora ya sea demasiado tarde para reconducir esta situación”, diría después uno de esos ministros. De hecho, se dijo que había que haberlo hecho tras el Pleno del Parlament del 6-7 de septiembre.
Pero no fue lo único que se criticó en esas dos horas de reunión. De hecho, las voces más duras fueron contra la política de comunicación del Gobierno. “No hemos hecho nada, se han reído de nosotros y no hemos sido capaces de contrarrestar su estrategia de propaganda”, diría ese mismo miembro del Gobierno horas más tarde. Y es que, ciertamente, la estrategia de comunicación del Ejecutivo ha estado desaparecida.
Incluso los corresponsales extranjeros se quejan de la escasa información que han tenido durante todo este tiempo del Gobierno central, en contraposición con el aluvión informativo que partía de las distintas dependencias de la Generalitat. “No hemos sabido manejar esto, porque tenemos a una inepta al frente de la comunicación del Gobierno”, añaden estas mismas fuentes. Lo cierto es que esa batalla, sin duda, la ha ganado el independentismo.