Las autoridades del Banco Central Europeo analizan reducir por lo menos a la mitad su programa mensual de compra de bonos a partir de enero y mantener el programa activo durante al menos nueve meses, según funcionarios familiarizados con el debate.
Reducir la flexibilización cuantativa (QE por la sigla en inglés) a 30.000 millones de euros mensuales,, desde el ritmo actual de 60.000 millones de euros, es una opción factible, dijeron los funcionarios, que pidieron que no se revelara su identidad porque las deliberaciones son privadas. El menor flujo coincidiría con los pronósticos de economistas de instituciones como ABN Amro Bandk y Bank of America Merrill Lynch.
Las autoridades que encabeza el presidente Mario Draghi están cada vez más convencidas de que el 26 de octubre podrán llegar a un acuerdo sobre los detalles de cuánta deuda de la zona del euro comprarán los bancos centrales en los próximos meses. Luego de más de dos años y medio de tratar de reactivar la economía de la región mediante compras de bonos, algunos gobernadores consideran que el reciente período de crecimiento robusto es un motivo para reducir el respaldo. A otros les preocupa que la inflación siga siendo demasiado débil.
Mantener la calma
“El paquete parece significar que sí, que el BCE va a disponer una reducción, pero en lo que respecta a comunicaciones y pautas, hay suficiente para mantener la calma en los mercados y asegurar que las condiciones financieras sigan siendo flexibles”, dijo Nick Kounis, un economista de ABN Amro que reside en Ámsterdam. “Parece haber consenso para esta reunión, una mayoría. Hasta algunos de los miembros más duros entienden que hay reducir la QE de manera muy gradual”.
Si bien los gobernadores están divididos respecto de la necesidad de ponerle fecha al fin de las compras, una promesa de mantener las compras de bonos hasta septiembre –con la estipulación de que podría extenderse de ser necesario- podría generar un acuerdo, dijeron los funcionarios.
Pautas del BCE
Todo cambio al monto y el plazo de la reducción de la QE se inscribiría en el marco de las presentes pautas del BCE sobre política monetaria, una promesa de realizar un “ajuste sostenido en la senda de la inflación de acuerdo con su meta de inflación”. También asegura que si “las perspectivas se vuelven menos favorables o si las condiciones financieras pierden relación con un mayor avance hacia un ajuste sostenido en la senda de la inflación, el Consejo de Gobierno está dispuesto a incrementar el programa en términos de dimensiones y/o duración”.
Los funcionarios aún no han debatido oficialmente las opciones y no está previsto que vuelvan a reunirse hasta el 25 de octubre, en preparación para su decisión del día siguiente. Esas reuniones en ocasiones han tenido resultados relativamente inesperados.
Un portavoz del BCE rehusó hacer declaraciones.