El gran favor que Puigdemont y sus acólitos le han hecho a Ana Botín

El Banco Santander de Ana Botín ha sido el caballo ganador durante los días más convulsos que recuerda la democracia española en las últimas décadas. Entre acusaciones políticas, detenciones varias y exaltaciones en cada rincón, su valor bursátil ha despegado hasta niveles no vistos en todo 2017, salvo su pico primaveral. El Santander se ha convertido en un valor refugio del Ibex frente al huracán independentista que tiene su zenit este domingo 1 de octubre.

La agitación comienza el 20 de septiembre, esa misma mañana empiezan a producirse las primeras detenciones. La tensión va en aumento y la bolsa no es ajena a los vaivenes políticos, obviamente. Si se pone la lupa en la evolución bursátil desde el cierre de mercados del 19 de septiembre, los datos son esclarecedores: el Banco Santander se ha revalorizado casi un 4%, eso son cerca de 3.600 millones más de capitalización.

Para hacerse una idea, el banco de Ana Botín ha multiplicado por 25 su rentabilidad frente a la media del sector, esto es, rentabilidad del Santander frente a la rentabilidad ofrecida por sus cinco competidores.

El banco de Ana Patricia Botín ha multiplicado por 25 su rentabilidad frente a la media del sector

Cómo en cualquier sector o ámbito de la vida, la profesión va por dentro y cada entidad ha digerido de distinta manera la tensión existente. Obviamente, cada una se ha visto más influenciada por sus propias características. La evolución ha seguido la lógica de la relación del banco con el entramado catalán y posteriormente su presencia en España.

Por ello, un banco como el Santander, con fuerte presencia internacional, pequeña en España, y muy pequeña en Cataluña, ha sido el principal favorito. Otro con poca presencia en Cataluña y en España como Bankinter ha sido también de los más beneficiados con un incremento del 2,7%. Otro que está en positivo, con un crecimiento del 1% raspado, es Bankia. Si bien el banco nacionalizado no tiene demasiada presencia en Cataluña, su dependencia del Gobierno y en especial del mercado nacional no le ha permitido un despegue mayor.

Caso distinto es la evolución de las firmas con más adhesión a Cataluña. El primero que ha sido penalizado es el BBVA, si bien el banco no ha ahondado en los números rojos tampoco ha podido seguir la estela del otro gigante bancario español. La rentabilidad durante estos días se ha mantenido plana. Se debe recordar que si bien el BBVA es un gigante con ramificaciones en distintos países del mundo, hizo una apuesta muy fuerte por Cataluña cuando compró la antigua CatalunyaCaixa. Esa apuesta ahora le ha perjudicado, aunque no se debe perder de vista los problemas que arrastra por las deficiencias existentes en la economía mexicana, principal mercado del banco vizcaíno.

Los dos grandes bancos arraigados en Cataluña han mantenido la compostura de manera solvente, pese a la situación. Ninguno de los dos ha experimentado grandes pérdidas en este espacio temporal, sí en sesiones puntuales. El hecho de que Caixabank apenas haya perdido un 1% de su valor y el Banco Sabadell un 1,8% habla a las claras de que los inversores no terminan de creerse el desafío soberanista.

Además, el propio Ibex así lo refrenda. El selectivo español aunque se ha situado lejos de la euforia del gigante rojo liderado por Botín, tampoco ha tenido pérdidas importantes manteniéndose prácticamente plano.

La ‘élite’ no cree a Puigdemont

Existe una máxima en el mundo financiero que viene a decir que los mercados descuentan los acontecimientos antes de que se produzcan. Está máxima invita siempre a mirar a los mercados más a priori que a posteriori. Como se ha mostrado, ni la bolsa española ni los grandes bancos catalanes han tenido excesivos problemas más allá de un incremento de la volatilidad. Cautela sí, miedo no.

Se puede seguir el rastro más allá del selectivo: el bono español se mantiene estable cercano a un interés del 1,6%, y con la prima de riesgo, amaestrada gracias a la compra de deuda del Banco Central Europeo, controlada en los 120 puntos básicos. Incluso la economía catalana crece más deprisa que la media española, un 3,4% frente al 3,2%, según datos a tiempo real de crecimiento ofrecidos por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).

Más allá de España, Puigdemont y sus secuaces, muy a su pesar, no son ni una pequeña molestia

Más allá de España, Puigdemont y sus secuaces, muy a su pesar, no son ni una pequeña molestia. El índice paneuropeo Stoxx600 enfila este mes de septiembre su mejor mes del año. El Dax alemán cierra el mes con una subida cercana al 5%. Todos empujados por la noticia de los últimos días, que ¡oh sorpresa! no tiene que ver con España o Cataluña, que es el freno alcista del euro que ya cotiza en torno a los 1,171 euros dólar.

Por tanto, la élite financiera de Europa, ni que hablar del resto del mundo, ‘pasa’ de Puigdemont y sus acólitos. Y en España, esa élite, más allá de proclamas políticas, manifestaciones insulsas o promesas políticas vacías, apuestan más por un acuerdo pactado, que por la independencia. Ni que hablar ya de una independencia unilateral, eso ni se plantea.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2