Helene Fouquet y Mark Deen para Bloomberg
Emmanuel Macron dice que Europa debe formar una unión industrial sólida con China y los Estados Unidos. Theresa May asegura que el Reino Unido estará mejor al enfrentar por su cuenta los desafíos globales. 24 horas de acuerdos y decepciones esta semana sugieren que la estrategia de Macron es la que mejor funciona hasta ahora.
La empresas Siemens, de Alemania y Alstom, de Francia, anunciaron este martes que fusionarán sus negocios ferroviarios. La decisión fue celebrada por los Gobiernos de París y de Berlín, que la consideraron un acuerdo histórico que permitirá crear un gigante europeo que pueda contrarrestar la competencia china.
Unas tres horas después, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos informó el cobro de aranceles de 220% a la compañía de transporte canadiense Bombardier, tras una serie de reclamos sobre subsidios. La decisión amenaza los empleos en la planta de la compañía en Belfast, donde trabajan más de 4.000 personas.
«Los países pequeños pueden ser intimidados más fácilmente que las grandes uniones»
En contraste entre una y otra historia destaca que la suerte de dos líderes europeos va en direcciones muy diferentes. El discurso que May dio la semana pasada en Florencia perfiló su visión de una Gran Bretaña fuera de la UE. Mientras que el martes Macron describió una Europa unida y lista para trabajar codo a codo con EEUU y China, en términos económicos.
“Creo que May y Gran Bretaña están empezando a percatarse de que los países pequeños pueden ser intimidados más fácilmente que las grandes uniones”, aseveró Guntram Wolff, director del think tank Bruegel, en Bruselas. “Estos podían prosperar más fácilmente hace unos años, cuando EEUU y otras naciones apoyaban fuertemente el sistema global multilateral, pero con Trump y una China cada vez más asertiva, todo cambió”.
Alianzas europeas
La alianza entre Alstom y Siemens consolida años de conversaciones y eleva las esperanzas de que la nueva compañía podría hacer lo mismo que el fabricante de aviones europeos, Airbus, que emergió en 1970 y se convirtió en el mayor competidor del estadounidense Boeing. Esta vez, el objetivo es el gigante ferroviario CRRC, que fue creado en el 2015 a partir de una fusión y tiene dos veces las ventas de Siemens y Alstom juntas.
“Estamos viendo hacia el futuro porque nos dimos de que una cuenta de que en China emergió una compañía de trenes gigantesca”, explicó este miércoles el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire. “Sigan adelante y piensen que Europa debe dividirse para luchar con la que competencia que proviene de los Estados Unidos y China. Junto con el Presidente, creemos que debemos estar unidos y esto fortalecerá a Francia y Europa”.
La alianza industrial europea dio otro paso al frente antes de que el difícil día de May concluyera. Le Maire acudió a una cumbre franco-italiana en Lyon, donde Macron desechó un trato que resolvía meses de disputas.
“Este acuerdo es positivo porque muestra que los franceses buscan un mayor nivel de cooperación dentro de la UE”, aseguró Carlos Alberto Carnevale Maffe, profesor de negocios estratégicos en la Universidad Bocconi, en Milán. “Macron necesita a los italianos para su diseño europeo”.
Impulso diplomático
Los ejecutivos de UnitCredit también han mantenido discusiones con los funcionarios alemanes sobre una combinación potencial con el Commerzbank una vez que la restructuración de los contratistas esté completa. La fusión del mayor banco de Italia y el segundo más grande Alemania crearía una institución con alcance europeo y más de 1,3 billones de euros en activos.
“Macron necesita a los italianos para su diseño europeo”
“Habrá más campeones europeos”, afirmó Le Maire antes de comenzar las conversaciones. May apuesta a que podrá garantizar acuerdos comerciales con países como Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón, que le permitirán a Gran Bretaña prosperar fuera de la Unión Europea.
Para sentar las bases de estos acuerdos, May visitó Washington, Tokio y Ottawa. También recibió en julio al primer ministro australiano, Malcolm Turnbull. Sin embargo, no puede negociar en serio hasta que el Reino Unido no deje de la UE, algo que ocurrirá en 2019. Esta incertidumbre disuade a los inversores.
No es para primerizos
El valor de los tratos que tienen como objetivo a compañías de Gran Bretaña cayó a 250.000 millones de dólares (213.000 millones de dólares) en el año en que May se convirtió en Primera Ministra. En los 12 meses previos se ubicaba en 291 millones de dólares (247.000 millones de euros), según información compilada por Bloomberg. La decisión de Bombardier podría ser otra señal de lo que dura que es la batalla que enfrenta.
Aunque Trump prometió un “gran y emocionante” acuerdo entre los Estados Unidos y el Reino Unido, la elección de Bombardier demuestra que los funcionarios de su Departamento de Comercio no están adoptando un enfoque tan benevolente.
Para Adam Marshall, director general de la Cámara de Comercio Británica, lidiar con EEUU es difícil cuando apenas se está comenzando. “La representación estadounidense es una las máquinas mejor aceitadas del mundo cuando se trata de negociar acuerdos comerciales”, comentó Marshall en agosto en Bloomberg Televisión. “No querría estar en contra de ellos al principio, cuando apenas me estoy poniendo de pie como país”, concluyó.