Merkel gana pero la extrema derecha sigue conquistando espacios

Rainer Buergin, Birgit Jennen y Arne Delfs para Bloomberg

A pesar de haber obtenido la victoria y resultar reelecta para un cuarto término, la canciller alemana Angela Merkel fue castigada por los votantes, quienes le dieron el menor apoyo a su partido desde 1949, después de una semana que elevó a una facción de extrema derecha al Parlamento, en señal del crecimiento de la polarización en la economía más grande de Europa.

En los comicios de este domingo el apoyo a las dos facciones principales: el bloque cristiano demócrata de Merkel y el socialdemócrata de Martin Schulz, obtuvo mínimos históricos porque muchos electores prefirieron a Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) y a sus políticas antiinmigración. Ahora, por primera vez desde 1953, son seis los partidos que están a punto de entrar en la cámara baja, mejor conocida como Bundestag.

El perdedor principal fue el partido socialdemócrata de Schulz, el principal oponente de Merkel, que se hundió a un punto mínimo postguerra de 20%. El liderazgo de la facción inmediatamente anunció su intención de ir a la oposición y no renovar su llamada gran coalición con la canciller.

El partido de Merkel obtuvo mínimos históricos porque muchos prefirieron a Alternativa para Alemania

Alternativa para Alemania superó en votos a Free Democrats, Greens y Left. Lo que hizo que se convirtiera en el primer partido de extrema derecha en ingresar al Bundestag desde la Segunda Guerra Mundial. Esto lo logró al canalizar el voto de ira contra Merkel, por permitir el ingreso al país de 1,3 millones de migrantes desde 2015.

“Claramente esperábamos un mejor resultado, pero alcanzamos los objetivos estratégicos de nuestra campaña electoral”, comentó Merkel desde la sede de su partido en Berín. Aparte del desafío con AfD, ahora la misión es, “primero y principalmente, asegurar la prosperidad económica, mantener la Unión Europa y construir una Europa más fuerte”, exclamó.

El resultado le da a la canciller una ruta de gobierno obvia: agregar a Greens a una coalición con Free Democrats, aliado tradicional de su partido que gobernó con ella desde 2009 hasta 2013. Aunque es una combinación que no ha sido probada a nivel nacional, una formación similar se vio este año en el estado Schleswig-Holstein, notándose un gran progreso.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»30615″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

Parlamento fragmentado

A pesar de enfrentar al parlamento más divido en la historia moderna de Alemania, la cuarta victoria consecutiva de Merkel en una elección nacional marca un renacimiento de su suerte política, desde lo ocurrido con la crisis de refugiados. El triunfo pone a la primera mujer líder de Alemania en el camino para conseguir el mismo récord del ex canciller Helmut Kohl, quien estuvo 16 años en el cargo.

Al mismo tiempo, la primera tarea de Merkel es forjar una coalición que le permita gobernar, un proceso que pudiera tardar meses. Una vez que el gobierno se forme, la mandataria se enfrentará a grandes expectativas mundiales, desde apuntalar a la zona euro con Francia, hasta establecer el tono de Europa en sus negociaciones con Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump y abordar la crisis de emisiones de Diesel, que amenaza el dominio de Alemania en el mercado de la fabricación de coches de lujo.

Un resultado mejor al previsto para Free Democrats les permite volver a entrar al Bundestag, tras una ausencia de cuatro años. Mientras se especula con que la posición relativamente rígida de este partido con respecto a Europa pudiera amenazar los esfuerzos de trabajar con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el área de integración del euro, “este argumento es a menudo exagerado”, según los economistas Holger Schmieding y Florian Hense, de Berenberg, en Londres, quienes dicen que la visión del partido se moderará con el tiempo.

Ésta es la cuarta victoria consecutiva de Merkel en una elección nacional

La coalición de Jamaica, como se le denominada a la formación porque sus colores son iguales a los de la bandera de ese país, “es la mejor solución a largo plazo”, dijo Schmieding en una entrevista. Aunque conseguir una alianza como ésta no será fácil, él predice que no alterará materialmente la política de Merkel hacia Europa.

Schulz se desvanece

Su derrota significa que los socialdemócratas no han logrado ganar una elección desde 2002. Schulz, ex presidente del Parlamento Europeo, de 61 años, parecía un candidato formidable cuando su partido, según las encuestas, tenía tantos votos como el de Merkel, justo antes de él entrara en la contienda, en enero.

Pero su oleada se desvaneció rápidamente y no logró convencer a los electores de no respaldar a la líder que por más tiempo ha servido a Europa y quien se proyecta a sí misma como una fuerza de estabilidad en un mundo golpeado por preocupaciones por el programa nuclear de Corea del Norte y la incertidumbre ante Estados Unidos siendo dirigido por Donald Trump.

Los dos candidatos principales de AfD, Alice Weidel y Alexander Gauland, se deleitaron con provocaciones mientras capitalizaban el legado de la mayor afluencia de refugiados de Alemania desde la guerra.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»30501″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

Fundado como el partido anti euro y opuesto al rescate financiero de Grecia y de otras naciones del sur de Europa, AfD perdió por poco los escaños de la Bundetag hace cuatro ahora. Con un nuevo liderazgo y una campaña enfocada en la inmigración, su plataforma – quedemanda el cierre de la frontera para los nuevos buscadores de asilo y llama a la mayoría musulmana de Alemania “un gran daño para nuestro Estado»- ha conseguido el éxito al conquistar a quienes estaban disgustados con las políticas de la canciller.

“De alguna manera, ésta es una derrota para Merkel, es una forma de castigo”, comentó en Bloomberg Televisión Carsten Brzeski, economista jefe de ING-Diba, en Frankfurt. “Muestra que muchas personas no estaban muy satisfechas con Merkel y querían que aprendiera una lección”.