Ben Brody para Bloomberg
Un grupo de ejecutivos estadounidenses pidió al Congreso reducir la tasa de impuestos corporativos al nivel más bajo posible y ponga fin al actual enfoque global en el que las ganancias de las empresas se tributan sin importar dónde se ganen.
“Vemos esto como un gran facilitador”, expresó Dennis Muilenburg, director ejecutivo de Boeing. “Esto dará rienda suelta a nuestra capacidad de crear empleos”.
Los republicanos del Congreso y los funcionarios de la administración del presidente Donald Trump han dicho que publicarán al menos algunos detalles de la revisión a los impuestos estadounidenses la próxima semana. En la lista de tareas pendientes destaca la reducción de la tasa impositiva corporativa, que con 35% es la más alta en el mundo desarrollado. Aún así, muchas compañías pagan tasas de impuesto efectivas más bajas porque usan exenciones especiales o créditos que se han reescrito en el código tributario a lo largo de los años.
Durante un foro en Washington, miembros de la Mesa Redonda de Negocios, un grupo de CEOs de docenas de compañías estadounidenses, sugirieron que estarían dispuestos a renunciar a algunas de esas ventajas fiscales a cambio de una tasa impositiva general más baja. Los participantes incluyeron a Muilenburg; el CEO de AT&T, Randall Stephenson, CEO de Lockheed Martin, Marillyn Hewson y a David Abney de United Parcel Service.
“Cada uno de estos CEO ha dicho que está dispuesto a poner esas preferencias impositivas en la mesa” a cambio de una tasa más baja, observó Mark Weinberger, CEO de la firma de contabilidad EY, que también formó parte de las discusiones.
Recortar la tasa al 15% el costará 2 billones de dólares a los Estados Unidos en una década
Trump ha propuesto recortar la tasa al 15%, un movimiento que costará 2 billones de dólares (1,6 billones de euros) en ingresos durante los próximos 10 años, según estimaciones. Algunos funcionarios de la administración han indicado que la propuesta del mandatario está sujeta a un compromiso. Los principales legisladores, incluido el presidente de la Cámara, Paul Ryan, ha hablado inferior al 20%.
Nuevo proyecto de ley
La reforma fiscal aún no se ha escrito. Funcionarios de la Casa Blanca y líderes del Congreso han dicho que planean publicar un marco para un proyecto de ley durante la próxima semana, aunque no está claro cuán específico será el documento.
Durante un foro este miércoles, Stephenson de AT&T recordó que los republicanos, que ahora controlan la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso, hicieron campaña para una reforma tributaria y el sistema de salud de los Estados Unidos. “Puede ser cuestión de supervivencia política”.
Los ejecutivos también pidieron a los políticos estadounidenses que pasen a un “enfoque territorial” del impuesto corporativo, que exima la mayoría de los ingresos hechos en el extranjero de los tributos norteamericanos, como sucede en otros países desarrollados.
El actual enfoque de tributación, en el que las empresas deben pagar impuestos por sus ganancias hechas en el extranjero después de que también pagaran tributos a otros países, crea una desventaja competitiva para las empresas norteamericanas, según los ejecutivos.
La legislación vigente permite a las empresas diferir los impuestos sobre esas ganancias extranjeras a menos que las devuelvan a los Estados Unidos. La disposición ha llevado a las compañías a acumular 2,6 billones de dólares (2,187 billones de euros) fuera del territorio norteamericano.
Puntos por resolver
Trump y los líderes del Congreso han propuesto moverse a un sistema territorial. Al hacerlo, sin embargo, tendrán que tomar medidas para evitar “cambios en ganancias”, advirtió Weinberger de EY.
Se creará una disposición que impida a las empresas dejar sus ganancias en otro país con tasas aún más bajas
En otras palabras, cualquier reforma al código tributario que cause que las ganancias fuera del país dejen de estar sujetas a los impuestos estadounidenses tendrán que ir acompañadas de disposiciones que impidan a las empresas transferir sus ganancias a países extranjeros con tasas impositivas aún más bajas. “Reconocemos que habrá algo en la legislación final al respecto”, soltó Weinberger.
Esa es sólo una de las varias complicaciones que quedan por resolver. También están las empresas que no pagan impuestos por sí mismas, sino que pasan sus ganancias a través de sus propietarios, quienes luego tributan a tasas individuales.
Los legisladores quieren dar a estos negocios un recorte de tasas para mantenerlos competitivos frente a las corporaciones, pero un problema surge: son compañías muy variadas. “Lo que hay que hacer es separar los salarios de los ingresos de su negocio. Y ahí es donde la discusión se complica”, expresó Weinberger.
Dada la complejidad del código, muchos de los ejecutivos dijeron que mientras esperan y hacen lobby por una reforma tributaria, no están contando que suceda como lo hacen con su planificación financiera. “Es simplemente mucha incertidumbre”, sentenció Abney de UPS.