Llega la noche. La mafia del cartón se pone en funcionamiento. Los comercios madrileños recogen la basura y la tiran en los contenedores. Entre los materiales desechados está el pan de cada día muchas familias; las que viven del reciclaje. Los contenedores se llenan de papel y cartón. Son las 11 de la noche. A esa hora los camiones de recogida del ayuntamiento de Madrid salen a las calles. Cuando llegan a la primera parada está todo por el suelo y hay poco contenido en el interior.
No es que los comerciantes sean unos guarros que dejan papeles y cartones tirados por la calle. Es que han llegado tarde; los ladrones de cartón ya se lo han llevado todo (o casi todo).
Esa es una estampa que se vive a diario en calles de la capital. Los barrios más afectados son Chueca, Alonso Martínez y Justicia. Raro es el día en el que un camión destartalado ocupado por tres personas no se frena frente a un contenedor. De él salen dos personas con un enorme saco vacío. Corren a la ranura por la que se deposita el material y empiezan a sustraer todo lo que pueden. Si no llegan con las manos, incluso se introducen en él.
Debido a los robos, en 2016 se recogieron un 86% menos de toneladas de cartón que en 2009
Se trata de bandas organizadas que operan de forma rápida. En cuestión de minutos, dejan vacío el contenedor. De los tres ladrones, uno se queda en el camión para salir lo antes posible, otro sustrae el papel y el cartón mientras el tercero vigila que no se acerque ni la policía ni un camión de los autorizados por el ayuntamiento.
El Gobierno local y la policía llevan tiempo intentando frenar el hurto de cartón. Según datos municipales, en 2016 se recogieron 12.780 toneladas de este material, un 86% menos que las casi 92.200 toneladas recogidas en 2009. El aumento de esta actividad ha llevado a los organismos locales y a las empresas a aumentar la vigilancia y adelantar las horas de recogida.
Lo hicieron un tiempo, hasta que los cartoneros se les han vuelto a adelantar. Este vídeo se grabó a eso de las 11 de la noche, cuando ya no había sol. Ahora los amigos de lo ajeno han adelantado su horario laboral. La semana pasada volvieron a ese mismo punto a una hora mucho más temprana de lo habitual. A las seis y media de la tarde.
El trabajo de los cartoneros podría describirse como de jornada partida. Después de la recogida nocturna descansan hasta la mañana siguiente. Es entonces cuando acuden a «las recuperadoras». Así llaman a las empresas que compran el material para llevarlo luego a las plantas de reciclaje.
Se trata de pequeñas empresas o almacenes de cartón familiares, antiguas chatarrerías reconvertidas al cartón, ubicadas en las afueras de la ciudad. Hay tres puntos clave: Alcorcón, Fuenlabrada y Vicálvaro. Precisamente, este último es el más importante.
Si lo llevan directamente a esas recuperadoras más grandes serían pillados y ‘linchados’ por las empresas autorizadas por el ayuntamiento para la recogida del cartón.
Los ladrones llegan con sus camiones, pesan el material y lo cobran en efectivo. Reciben entre cinco y ocho céntimos por cada kilo de cartón entregado. De esta forma, si un camión como el de la foto puede transportar alrededor de 1400 kilos de material, los cartoneros se embolsan una media de 70 euros por camión. Una miseria comparada con lo que se llevan los «empresarios» intermediarios. Al final, los cartoneros son meros peones que buscan ganarse la vida de alguna forma. Los verdaderos causantes de este mercado paralelo son los intermediarios, los empresarios que venden el material como lícito a las grandes «recuperadoras».
La mayoría de estas empresas son legales. Están inscritas en el Registro Mercantil de la Comunidad de Madrid, pero su actuación no es del todo limpia. ¿Por qué son el núcleo de la trama? Se aprovechan de los cartoneros que roban, para ellos obtener pingües beneficios. Incitan a grupos en exclusión social a robar cartón para ellos en las calles de la capital.
Compran la tonelada de cartón a menos de 6 céntimos y lo venden a su precio real, que está – según el ayuntamiento – entre los 117 y 139 euros la tonelada (entre 12 y 14 céntimos de euros el kilo). ¿Por qué esta diferencia? Las plantas de reciclaje desconocen el origen del material, no saben si es legal o no, y pagan el valor de mercado sin sospechar al estar tratando con una empresa «seria» y «establecida».
Los 1.400 kilos que transporta un camión tendrían un valor real en el mercado de 196 euros. De esta forma, el empresario que se aprovecha del trabajo de los cartoneros gana 126 euros frente los 70 euros que paga a los ladrones por el material. Es decir, un 80% más.
Los cartoneros ganan unos seis céntimos por kilo. Las empresas que lo compran lo revenden a 117 y 139 euros la tonelada
Pérdidas millonarias para el ayuntamiento
El papel-cartón es un material que roban mayoritariamente grupos en exclusión social. Personas de etnia gitana y de nacionalidad rumana, entre otros grupos, son los autores materiales que provocan que el gobierno municipal pierda millones de euros. La falta de escrúpulos de los empresarios que les incentivan es el eje central de la trama de la mafia del cartón.
Entre las cifras de 2009 y 2016 hay una diferencia de 79.420 toneladas. Multiplicando las toneladas que se roban por el precio al que se vende el material, el ayuntamiento deja de ingresar entre 9 y 11 millones de euros anuales.
Según el Ayuntamiento es difícil – o casi imposible – cuantificar el porcentaje de papel y cartón que se roban anualmente en las calles de la capital. La policía y el ayuntamiento han puesto en marcha medidas con el objetivo de frenar la cuantía robada. La recogida de cartón puerta a puerta, el aumento de las frecuencias de vaciado de contenedores y el aumento de las intervenciones llevadas a cabo son algunas de ellas. La policía ha conseguido requisar 130 toneladas de cartón a la mafia del cartón. Una cuantía que tendría un precio en el mercado de entre 15.000 y 18.000 euros. Puede parecer una cantidad elevada, pero si se comparan con los 10 millones que deja de ingresar el gobierno local es mínima.
Mientras en 2016 se recogieron poco más de 12.700 toneladas, en los primeros cinco meses de 2017 se recogieron 16.682 toneladas, un 30% más. De seguir ese ritmo, el ayuntamiento recogerá este año un 234% más de cartón y terminará con 42.720 toneladas recogidas.
Esas medidas también han contribuido al aumento del material recogido. Pero no son las únicas. Todavía se sigue robando a gran escala. Hasta mayo, el ayuntamiento de Madrid ha ingresado poco más de dos millones de euros por la venta de este material, un millón más que el año pasado. Otras medidas pasan por cambiar los tipos de contenedores. Ya se están instalando en pueblos y ciudades los denominados contenedores soterrados, esos que están medio enterrados y de los que resulta casi imposible sustraer el material. Poco a poco, el Ayuntamiento trata de paliar las pérdidas ocasionadas por la mafia del cartón, pero todavía queda mucho trabajo por hacer.
La actuación policial y los nuevos contenedores son unas de las claves para resolver el problema, pero detectar y detener a los empresarios sin escrúpulos que compran el cartón robado a sabiendas, e incitan a que nuestras calles estén llenas de grupos que intentan robarlo es fundamental. Así los cabecillas de la mafia del cartón, logran enormes beneficios. Esa es la medida más importante que se debería tomar.