La app española para compartir coche Amovens ha conseguido la cifra de un millón de usuarios. Algo digno de celebrar, sino fuera porque la propia plataforma, que siempre ha alardeado de ser distinta a Blablacar, ha acabado copiando parte de la estrategia de ésta, especialmente a la hora de cobrar a los usuarios.
Para comprender cómo ha acabado pareciéndose a su rival, es necesario ver cómo ha evolucionado Amovens. Nació en 2009 de la mano de Diego Hidalgo. El modelo de negocio era y es muy parecido al de Blablacar: permitir a los usuarios viajar en coche compartiendo gastos. Es decir, tirar de economía colaborativa. Hay que recordar que en los inicios de ambas plataformas ninguna cobraba. Primera similitud, aunque ya son vestigios del pasado.
Sin embargo, una de las cuestiones que diferenciaba a ambas era el cobro de una comisión en cada viaje. Blablacar la impuso desde 2014, pero Amovens no. Algo que beneficiaba a la app, pues muchos usuarios preferían reservar con la española. Pero eso cambió en 2016, cuando decidió cobrar por “gastos de gestión” como su rival.
Y lo ha comenzado a hacer de la misma manera que Blablacar, que inicialmente introdujo una comisión del 10% más IVA por viaje. A día de hoy, el gasto de gestión en plazas en Amovens hasta 10 euros es de un 10% y a partir de 10 euros el gasto de gestión es fijo: un euro.
Pero Blablacar ha ido un paso más allá. Desde noviembre de 2016 el cobro va en función del precio de cada viaje. Si el usuario paga entre uno y seis euros, la comisión es de un euro. Pero si el precio oscila entre 47 y 49 euros, la comisión asciende a ocho euros, por ejemplo. Y si sobrepasa los 51 euros, la plataforma se queda con el 17%.
Todo ello maquillado bajo “gastos de gestión”, que la plataforma asegura que “permiten cubrir los costes de funcionamiento para que Blablacar esté disponible para los usuarios. Al cobrar estas tarifas, podemos contar un equipo motivado, que trabaja constantemente con el fin de mejorar la experiencia de compartir coche para una comunidad que crece día a día”.
Lo que las distingue
La mayor diferencia entre ambas está en el número de usuarios. Amovens llegó en 2015 a los 500.000 usuarios, en 2016 a los 800.000 y ahora suma un millón. Como objetivo se ha fijado alcanzar los dos millones de usuarios en 2018. No sé sabe si Amovens está dispuesto a aumentar la comisión. Pero por su lento crecimiento en España, a comparación con su competidor, no sería la política más acertada.
Por el contrario, las cifras de Blablacar son más contundentes. En septiembre de 2015 llegaron a los 2,5 millones de usuarios en España. A finales de 2016, a los tres millones y, actualmente, son más de 3,5 millones de usuarios. Crece más rápido que la española.
La otra diferencia es que Amovens también cuenta con alquiler de coches entre particulares y renting para particulares.
Comparaciones odiosas
Ya sabemos que las comparaciones son odiosas. Y desde luego, entre ambas plataformas no reina el buen rollo. Amovens demandó este verano a su competidor Blablacar por espionaje informático. En la demanda presentada se alega que Blablacar habría cometido diversos actos de competencia desleal objetivamente contrarios a la buena fe destinados a extraer información confidencial y secretos de negocio. Blablacar lo desmintió todo y el asunto parece estar en stand by.
La cuestión es si estamos ante “distintos perros, pero con el mismo collar”, como bien dice el refrán, solo que del revés. En este caso haciendo referencia a dos empresas que se creen diferentes, pero usan las mismas estrategias.