Los supermercados no pueden vender los productos al precio que les de la gana. ¿Por qué? Pues porque hay una ley española, elaborada en 1996, que prohíbe la venta a pérdidas. Una venta a pérdida que consiste en vender productos a un precio inferior al que fueron adquiridos. Pero dicha ley permite la venta a pérdidas bajo dos supuestos: si se persigue igualar el precio de otros competidores o se trata de productos perecederos próximos a su fecha de caducidad. Esto último lo hacen muchas compañías de distribución: Mercadona rebaja sus productos con una etiqueta que dice “bajada de precio” mientras que Carrefour opta por dos vías: descuento del 50% por fecha próxima a caducidad o directamente los rebaja a uno, dos o tres euros, poniendo una etiqueta en rojo con dicho precio.
Una venta a pérdida que siempre ha generado conflictos y que podría tener los días contados. A finales del mes de junio el Tribunal de Justicia europeo emitía un dictamen provisional que declaraba esa prohibición incompatible con una directiva europea que trataba de prácticas comerciales desleales de las empresas con los consumidores. Por lo tanto, en caso de que se produzca una sentencia definitiva, España debería quitar la prohibición y permitir la venta a pérdidas.
Pero dicha normativa sigue vigente y Carrefour podría habérsela saltado. O eso creen desde ASAJA Cuenca, que han presentado una denuncia remitida a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) en la que alertan de una posible práctica de venta a pérdidas que realiza Carrefour en la venta de jamones curados a un precio claramente inferior a los costes mínimos de producción.
Desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Cuenca consideran que estas prácticas “presionan y perjudican al resto de la cadena alimentaria, especialmente al eslabón más débil, el ganadero”. Además, señalan que “los precios bajos no se corresponden en absoluto con la realidad actual del mercado y banalizan el producto a los ojos del consumidor”. Una práctica que cuando se produce “afecta a muchos pequeños agricultores que no pueden cubrir hoy sus gastos como consecuencia de esta forma de actuar”.
El presidente de ASAJA Cuenca, José María Fresneda, ha decidido dar un paso más y ha trasladado la denuncia también al Consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, para que desde la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha tomen medidas para luchar contra estas prácticas desleales.
El aceite, fuente de discordia
Pero este caso de Carrefour no será ni el primero ni el último (a no ser que se produzca la sentencia de prohibición) que realiza una cadena de distribución. Es más, es una práctica que si bien no es frecuente, presenta numerosas denuncias y casi ninguna gran cadena se ha librado de acudir a la justicia para aclarar dicha situación y evitar ser multada.
Por ejemplo, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganadores (UPA) ha denunciado a DIA en varias ocasiones por venta a pérdidas y prácticas abusivas con el aceite de oliva. Según dicha organización, DIA utilizaba el aceite como “producto reclamo” y situaba su precio en 2,19 euros. Un precio bastante por debajo de su precio medio en origen que era de 2,75 euros por litro. Una denuncia que se unía a otras muchas de UPA y que “dan la impresión de que las posibles sanciones le salen a cuenta a DIA”, según destacaba la organización.
Una UPA muy activa que también ha denunciado a otras empresas. Y con éxito puesto que la Comunidad de Madrid multaba a El Corte Inglés con una sanción de 3.000 euros por venta a pérdidas de aceite de oliva. Desde la organización esgrimen que esta “es una práctica habitual de la gran distribución, que usa productos básicos de la cesta de la compra como reclamo y los pone a un precio más bajo de lo legal para atraer consumidores”.
Lidl y el vino
En el caso de Lidl no fue el aceite sino el vino. Bodegas ‘Marqués de Cáceres’ presentaba una denuncia ante la Consejería de Industria, Innovación y Empleo del Gobierno de La Rioja porque la cadena alemana había vendido a pérdidas sus vinos. Una campaña comercial, la de ‘Tierra de Vinos, que no pareció gustar a casi ninguna bodega. Bodegas Protos se unía a ‘Marqués de Cáceres’ y señala en su página web el rechazo “categórico” a la campaña y “finalizaba las relaciones comerciales” con la cadena de distribución.