Michelle Fay Cortez para Bloomberg
Náuseas, vómitos y pérdidas de cabello son casi como un mecanismo de relojería en la quimioterapia. Los pacientes saben qué esperar cuando se someten al tratamiento, y los médicos, incluso los que no tratan el cáncer, saben cómo manejarlo.
Una nueva y potente generación de terapias que aprovechan el sistema inmunológico del cuerpo ha traído prometedores resultados para los tipos de cáncer mortales, y también algunos efectos secundarios impredecibles, que van desde ligeras erupciones de herpes a órganos gravemente dañados.
“Es como lanzar los dados”, dijo Betsy Plimack, oncóloga con experiencia en cáncer de vejiga en Fox Chase Cancer Center en Filadelfia. “Es gran riesgo, gran recompensa. Cualquiera puede sufrir un efecto secundario a cambio de que el tumor se encoja”.
Algunos pacientes pueden pasar muchos meses sin sufrir ninguno de los efectos secundarios
Para muchos pacientes, el riesgo vale la pena. Las drogas, conocidas como inmunoterapias, logran poner en remisión a lo que parece un tumor incurable, incluso después de que otros tratamientos han fracasado.
Casi muerto
Tom Reilly lo sabe de primera mano: uno de estos tratamientos que buscan salvar vidas casi acabó con él. El ejecutivo de 63 años dedicados a las inversiones en Massachusetts, fue diagnosticado en 2009 con un melanoma avanzado, la forma más mortal de cáncer en la piel. Se inscribió en un ensayo clínico para lo que se convertiría en la primera inmunoterapia aprobada de los Estados Unidos. Era Bristol-Myers Squibb Co.´s Yervoy.
Durante 11 meses, Reilly no presentó efectos secundarios. Un día, Reilly se dirigía a un torneo de golf fuera de la ciudad en octubre de 2010, cuando comenzaron los calambres y la diarrea. Esa noche, comenzó a sangrar mucho por su recto.
“Sientes que has sacado un billete de lotería y has ganado, pero de repente te estás muriendo”, expresó Reilly a través de una entrevista telefónica.
Historias como la de Reilly se esparcen por los Estados Unidos desde 2011, cuando Yervoy llegó al mercado. El fármaco fue seguido por la llegada de superproductos de Merck & Co.´s Keytruda, una droga para cánceres tan complejo como el de piel o el de pulmón, cuyas ventas alcanzarán más de 11.000 millones de dólares (9.100 millones de euros) para 2023.
A medida que las empresas farmacéuticas buscan combinar más tratamientos para incrementar la potencia, surgen más complicaciones. Los riesgos de seguridad, por ejemplo, podrían limitar el uso de drogas.
Esta semana, los reguladores estadounidenses suspendieron varios ensayos experimentales, que usaban cócteles de fármacos de inmunoterapia en pacientes con mieloma múltiple y otros cánceres de sangre. Los estudios clínicos realizados por Bristol-Myers, Celgene Corp, AstraZeneca y Roche Holding se suspendieron después de que los pacientes murieron en un ensayo de Keytruda de Merck.
“Todo el campo de la medicina necesita aprender de estos efectos secundarios”
Los nuevos efectos secundarios pueden ser pasados por alto incluso por profesionales. Cuando Reilly llamó a un consultorio médico con síntomas de intoxicación, le dijeron que tomara un medicamento común mientras esperaba a ser visto. Sólo más tarde fue diagnosticado con colitis ulcerosa, una condición más grave.
“Todo el campo de la medicina necesita aprender de estos efectos secundarios”, anotó Lecia V. Sequist, profesora asociada de medicina en el Hospital General de Massachusetts.
Toxicidades emergentes
Las últimas investigaciones sobre el tema se presentarán en la reunión de la Sociedad Europea de Oncología Médica que se celebra en Madrid, una de las mayores reuniones de investigadores, farmacéuticos y oncólogos. Incluye sesiones sobre cuándo suspender la inmunoterapia, cómo manejar los efectos secundarios y perspectivas sobre la predicción de toxicidades que surgirán.
Para los pacientes en terapias que utilizan este sistema, hay cambios sutiles que podrían requerir una revisión urgente, manifestó Jennifer Litton, jefa de investigación clínica en el departamento de oncología médica del Centro de MD Anderson en Houston. La diarrea, la dificultad para respirar un raro dolor de cabeza son síntomas que no preocupan a pacientes normalmente.
En muchos casos, sin embargo, los pacientes se sienten bien. Alrededor del 40% de las personas tratadas por cáncer gastrointestinal con los nuevos medicamentos no tienen un solo efecto secundario, según Plimack de Fox Chase Cancer Center en Filadelfia.
“Con la inmunoterapia, se tiene que tratar a mucha gente antes de ver algo extraño”, explicó Bruce Johnson, presidente de la Sociedad Americana de Oncología Clínica.
Sistema Inmunitario debilitado
Los pacientes, además, no siempre dicen a sus médicos cuando se dan cuenta de que algo va mal. Algunos temen que se les quite la droga o se les administre una dosis más baja. Otros piensan que es una señal de que el tratamiento funciona.
Y otros, como Reilly, no se dan cuenta de la gravedad de su condición. Cuando los calambres empezaron, llamó a su oncólogo, pero terminó su torneo de golf en Nueva York de todos modos. Cuando regresó a casa, fue admitido en el Hospital General de Massachusetts.
Luego tuvo una serie de efectos secundarios: se inflamó y presentó herpes como causa de un sistema inmunológico debilitado. “Tu cuerpo se convierte en una esponja ante cualquier infección que está por ahí”, dijo Reilly.