La Cadena SER dedobla su mensaje: «si algo pasa está la SER». Toni Garrido se encargará de intentar renovar contenidos y rejuvenecer a los oyentes tras el amargo e incomprendido adiós a Gemma Nierga, noticia que adelantó Merca2. Es cierto que la mítica locutora no pasaba por sus mejores momentos en el EGM y que Carlos Herrera goza de su momento álgido en el tramo del magazine, pero a muchos oyentes del ‘Hoy por hoy’ les costará reconciliarse con la que ha sido durante décadas su emisora. Pepa Bueno arrancó temporada con visible cariño a su nuevo compañero, que ha fichado a Baltasar Garzón mientras la primera incorpora a Josep Cuní.
Por las tardes Francino refuerza su apuesta por el humor e incorpora varias ficciones sonoras, Manu Carreño por su parte promete un «fichaje estrella» todavía no desvelado, y Javier del Pino, que acaba contrato al final de la temporada y que ha rechazado los múltiples ofrecimientos para encargarse del ‘Hoy por hoy’, suma a su equipo a Juan José Millás.
Es cierto que a la SER no le peligra el liderazgo, por mucho que la COPE se vistiese anteayer de largo anunciando el asalto a los cielos. Pero en Prisa Radio son conscientes de que necesitan renovarse para no morir por las múltiples y fallidas circunstancias internas que se han sufrido en los últimos años y que se pueden resumir en ocho aspectos:
1- El plan renove de la emisora no se llevó a cabo como se esperaba. A Iñaki Gabilondo lo prejubilaron para convertirlo en un Larry King televisivo, y sin quererlo se abrió un socavón en la política interna de la emisora. Porque la SER se hizo grande premiando las voces de la casa, mimando a la cantera y apostando por las marcas de sus programas por encima de sus locutores, que ni mucho menos cobraban que lo que sus millonarios competidores, Luis del Olmo o José María García. Pero para relevar a Iñaki no escogieron a Miguel Ángel Oliver o Pedro Blanco…
2- El extraño síndrome del presentador de informativos de televisión. La SER se ha nutrido en los últimos años de profesionales que se hicieron célebres como presentadores de informativos de televisión: Carles Francino, Pepa Bueno, Àngels Barceló, Montserrat Domínguez o Manu Carreño.
3- En los años de crisis la rentabilidad se antepuso ante todo y cayeron espacios que dotaban de calidad a la emisora con armonía: ‘Si amanece nos vamos’ o ‘El Cine de Lo que yo te diga’ fueron obligados a cerrar exclusivamente por razones presupuestarias. También abandonó la misma franja Íker Jiménez, en este caso por motivos televisivos.
4- La cercanía de antaño de la SER se ha quedado en desuso. En los últimos tiempos la dictadura del EGM ha provocado que Julia Otero y Ángel Expósito engullan el tramo local deportivo de la sobremesa, mientras que Carles Francino y Colmenarejo digieren el magazine de tarde. Es decir, que las emisoras de la SER en provincias ya no cuentan con el peso específico de antaño.
5- El golpe del equipo de deportes todavía duele. Recuerden que Paco González, acompañado por cincuenta compañeros, abandonó la emisora en 2010 y desde entonces ‘Carrusel deportivo’ ha cambiado en varias ocasiones de director, Javier Hoyos, Jesús Gallego, Manu Carreño y Dani Garrido, a la par que perdía el liderazgo.
6- La crisis provocó una evidente moderación de las posiciones políticas en Prisa, hecho que conllevó una desideologización que dejó en parte húerfanos a sus parroquianos en los años más duros de los recortes. No llegó la sangre al río porque José Manuel Lara no pudo, no supo o no quiso armar La Sexta Radio.
7- Por diversas circunstancias, la SER ha perdido a sus voces más emblemáticas: Iñaki Gabilondo, Carlos Llamas, Fernando Delgado, Paco González, Gemma Nierga, José Ramón de la Morena, Gemma Nierga o Íker Jiménez, todo un dream-team que no ha podido ser relevado al completo con éxito.
8- Su hermana musical, Los 40 Principales, ya no tira como antaño. El fenómeno de los ochenta fue poco a poco decayendo con un constante despiste en su programación: de sumarse al virus Kiss FM, por el cual las musicales relevaban prescriptores por «todo música», de las OPAS a las noches de Europa FM. Es decir, la competencia interrumpió el plácido reinado de Los 40.
Es cierto que la SER tiene razones para la esperanza: ahí tienen la radio imaginativa de Javier del Pino, el vendaval del humor en la programación (‘La vida moderna’, ‘Nadie sabe nada’ y «Todo por la radio»), o la prestigiosa marca informativa de la emisora. Pero su principal ventaja es la competencia: Onda Cero no pasa por sus mejores momentos de audiencia tras el adiós de Herrera y el fichaje de De la Morena, que aterrizó con menos fuera en el EGM del que se presumía; la estrategia 24 horas a nivel nacional de COPE no ha surtido efecto, con Herrera marcando sus peores números en 7 años; y un tercer competidor privado a nivel nacional no ha cristalizado tras las fallidas experiencias de Radio España, Punto Radio, Radio Inter, City FM, Somosradio o esRadio.