El grupo Cortefiel no atraviesa por un buen momento y son muchos los problemas a los que tiene que hacer a corto y medio plazo. Uno de los que parece prioritario de abordar es el de la deuda y el grupo presidido por Miguel Ibarrola parece haberse puesto manos a la obra. La misión es reestructurar la deuda y para ello realizará una emisión de bonos para captar fondos. En concreto, hará dos emisiones de bonos (una a tipo fijo y otra a variable) por valor de 300 millones de euros cada una, por lo que captará un total de 600 millones. Pero no apta para cualquier inversor ya que estará dirigida a inversores institucionales y cualificados.
Esta emisión abordará el gran problema de la deuda. Grupo Cortefiel tiene una deuda de 895 millones de euros: 245 millones corresponden a la empresa y los restantes 650 millones son de un préstamo solicitado por CVC, Pai y Permira para comprar el grupo y que vencerá a finales del primer trimestre del próximo curso. Además, esta vía de financiación se realizará a través de Masaria Investments, vehículo inversor creado por los propietarios de la empresa, los fondos CVC y Pai.
Una emisión de bonos que goza de «cierto respaldo». En los últimos días la agencia de calificación Estándar&Poor’s ha otorgado un rating ‘B’ con perspectiva “positiva” a la emisión de bonos gracias a, según aduce la agencia, su fortaleza de marca, su posición de mercado, su fuerte generación de flujo de caja, las perspectivas de desapalancamiento y su plan estratégico. Por su parte, la agencia Moody’s le asigna un rating ‘B2’ con perspectivas “estable”. Víctor García, analista de Moody’s, ha señalado que “esperamos que Cortefiel logre crecer en los próximos 18-25 meses, impulsado por el incremento de las ventas y la expansión del número de tiendas que estaría respaldado por un plan de crecimiento estratégico del nuevo equipo gestor”.
Una situación bastante bonita para un grupo que cuenta con marcas de moda como Cortefiel, Pedro del Hierro, Springfield y Women’secret, pero que presenta ciertas debilidades. Unas debilidades que muestran números como las pérdidas obtenidas el año pasado y que ascienden hasta los 24 millones de euros (las multiplica por cuatro en un año) o unas ventas que crecen a un ritmo débil de un 3,12% y que alcanzan los 1.129,4 millones.
Tiempos de cambio para Cortefiel
Dos calificaciones que sitúan en la zona media del bono basura a la deuda de Masaria Investments, matriz del Grupo Cortefiel. Una calificación que no es motivo de alegría para un grupo textil expuesto a: 1) riesgos derivados del sector de la moda, 2) la naturaleza cíclica del producto, 3) la excesiva competitividad, 4) la fragmentación del mercado español y 5) una estructura de capital apalancada.
Por tanto, Grupo Cortefiel se enfrenta a momentos cruciales para el grupo y buena parte de su futuro estará pendiente del éxito de su plan estratégico. Un cambio de marcha que Grupo Cortefiel pretende llevar a cabo con nuevos rostros en la empresa. Muchos puestos de responsabilidad en la compañía son personas que han estrenado el cargo en los últimos meses o hace poco más de un año. Alguno de los nombramientos más relevantes fue el de Miguel Ibarrola como presidente sustituyendo a Javier Campo o el de Jaume Miquel, que releva a Berta Escudero como nuevo consejero delegado del Grupo Cortefiel.