La oferta de bonos europeos alcanzaría los 70.000 millones de euros en septiembre

El otoño llegó, y los inversores han vuelto de sus vacaciones de verano.

Un vuelo a la calidad dominó el mercado de bonos del gobierno europeo durante el verano, con los rendimientos alemanes hundidos.

Ese término es un desplazamiento de los capitales especulativos desde los activos financieros de mayor riesgo a los más seguros, como los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, en reacción a la aparición de situaciones de riesgo o incertidumbre en el contexto económico.

Pero del mismo modo en que los niños regresan al colegio, los bonos del tesoro retornan al mercado de renta fija. Esta vez, la nueva emisión puede presentar vencimientos más largos que los ofrecidos desde marzo, incluyendo uno a 43 años de Francia y otro a 16 años de España. Ambos se topan con una escasez relativa de dinero en efectivo, lo que significa que los posibles compradores ahora tienen el poder de exigir mejores primas para participar. Rendimientos más altos o curvas más pronunciadas están al alcance de la mano.

España y Francia subastarán conjuntamente unos 15.000 millones de euros en bonos

La oferta total para el mes de septiembre puede superar los 70.000 millones de euros, lo que equivale a un alza del 50% desde la pausa hecha en agosto, según el banco de inversiones Citigroup. Cerca de 20.000 millones de euros entrarán esta semana, quizá más, si Austria comercializa un bono a 10 años que se suma a su suministro regular.

El jueves estará dominado por España y Francia, que subastarán en conjunto entre 14.000 y 15.000 millones de euros. Estos bonos tendrán un precio poco antes de la reunión del Banco Central Europeo (BCE), que debería obligar a ambos países a ofrecer mayores rendimientos. Con el presidente Mario Draghi listo para discutir el destino de la flexibilización cuantitativa del bloque, los inversores querrán ser compensados por los riesgos a que el universo de renta fija sea víctima de un terrible shock después de haber comprado los bonos.

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No se trata únicamente de un calendario de reducción del programa de compra de bonos. Si Draghi demora lo inevitable hasta octubre, todavía hay cuestiones referidas a las perspectivas inflacionarias. Los funcionarios han reducido sus proyecciones en cada una de las dos últimas rondas de pronósticos, y un tercer recorte podría anunciar la ampliación de las compras de bonos. Por otro lado, restar importancia a los riesgos inflacionarios podría provocar un repunte en los rendimientos, aunque es menos probable, pero el punto es ¿qué están dispuestos a aceptar los inversores a horas de que Draghi hable?

Los vencimientos esperados en septiembre serán muy ligeros

No se trata de miminizar el alcance de Draghi con el programa o el riesgo de la guerra termonuclear que amenaza Corea del Norte. Los vencimientos de deudas van a ser muy ligeros, sin reembolsos esta semana o durante las próximas.

Tras unos 52.600 millones de euros vencidos durante agosto, 43.000 millones de euros están madurado en septiembre. Eso debería hacer que el aumento en el suministro sea más difícil, pero resulta increíble cómo ofrecer a los inversores más rendimientos puede ayudar a su digestión.

Marcus Ashworth para Bloomberg.