El enfrentamiento de ocho años entre Intel y la Unión Europea sobre el precio de los chips se ha prolongado tanto que la multa del organismo antimonopólico de 1.060 millones de euros se ha convertido en un mal recuerdo muy lejano.
Pero la decisión del miércoles pasado en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea podría regurgitar el caso si termina con la racha ganadora de décadas de la Comisión Europea en casos de monopolio.
La victoria para Intel animaría a otros a “cambiar a un modo de combate”, sostuvo Georg Berrisch, abogado de Baker Botts en Bruselas. En lugar de resolver los casos con los agentes de competencia de la Unión Europea, es probable que las compañías se presenten ante los tribunales para apelar a las multas.
Qualcomm y Google podrían ser dos de las empresas más afectadas de darse el fallo
La comisión con sede en Bruselas no ha perdido un caso antimonopolio en la corte en más de 20 años. La mayoría de las empresas juzgadas por abuso de su posición monopólica tiendan a caer. Luego, suelen aprobar un acuerdo vinculante para cambiar su comportamiento, cerrando así la investigación de la UE para evitar multas u obtener penas reducidas.
“Este puede ser el caso que rompa con la tendencia”, dijo Pat Treacy, una abogada especializada en propiedad intelectual y tecnología en Bristows en Londres.
Qualcomm y Google
Qualcomm podría ser la más afectada por el fallo. La UE está investigando si la compañía pagó injustamente a Apple para usar solo chips de Qualcomm en sus productos. Google, bajo investigación por inducir a los fabricantes de móviles a usar su software Android, también observa de cerca.
Intel continuó su batalla legal iniciada en 2009 por sus descuentos para impulsar el uso de Advanced Micro Devices. Dando esperanzas al fabricante de chips, Nils Wahl, asesor principal del tribunal del bloque, dijo que el fallo anterior descartó la necesidad de que los reguladores demostraran que los pagos de Intel a los fabricantes por comprar sus chips eran ilegales.
El caso de Intel es uno de los más antiguos aún abiertos en la historia de la comisión y uno de los pocos que llega a la máxima corte de la UE. Ha sido vigilado de cerca “porque se ocupa de un tema muy común” y trata el derecho a la competencia sobre el nivel de pruebas necesarias con las infracciones, apuntó Treacy.
La investigación de la UE se encontró con que Intel impedía la competencia mediante la concesión de descuentos a los fabricantes de ordenadores entre 2002 y 2005 con la condición de que compraran al menos 95% de los chips a Intel. La comisión indicó que Intel impuso “condiciones restrictivas” para el 5% restante, suministrado por AMD, que luchó por superar la posición de Intel en el mercado de procesadores.
Dell y HP
Lo fabricantes de ordenadores coaccionados a no usar chips de AMD, incluyen a Acer, Dell, Hewlett-Packard, Lenovo y NEC, en 2009. La UE también dijo que Intel hizo pagos a minoristas de productos electrónicos Media Markt con la condición de que sólo vendieran ordenadores basadas en Intel. Por eso se le ordenó a Intel dejar de usar rebajas ilegales para frustrar el negocio de sus competidores, una instrucción que no quedó clara.
La compañía introdujo un caso antimonopolio contra la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos en 2010 y acordó no conceder descuentos a los fabricantes de ordenadores ni otros incentivos a cambio de promesas de que compraran chips exclusivamente a Intel.
Intel, que se negó a comentar sobre el caso de la UE, ha dicho todo el tiempo que sus fondos de desarrollo de mercado son descuentos por volumen que están en línea con las prácticas típicas de la industria. La comisión de la UE también se negó a hacer comentarios.
La multa antimonopolio de Intel era la más grande de la UE en ese momento, más del doble de la plena de 497 millones de euros contra Microsoft en 2004. Representó cerca del 4% de las ventas de Intel en 2008, por debajo de la pena máxima del 10% anual que los reguladores pueden imponer. Ese récord se mantuvo hasta junio, cuando la UE golpeó a Google con una sanción de 2.400 millones de euros por inclinar sus resultados para frustrar a los servicios de búsqueda de menor tamaño.
La claridad buscada
Los abogados esperan que el tribunal de la UE aporte claridad sobre cada una de las cuestiones planteadas por Intel. Eso fue justamente lo que hizo, rechazando al tribunal de primera instancia por su análisis de los descuento, pero también por los procedimientos en los que Wahl criticaba el manejo que la UE hacía de las pruebas reunidas contra Intel.
Conseguir una decisión que no aborde cada uno de los puntos sería muy “insatisfactorio”, según Berrisch. “Crearía una enorme incertidumbre jurídica”.
Un fallo podría alentar una resolución en los problemas judiciales pendientes entre Apple e Irlanda
Una cuestión clave es cómo las empresas dominantes pueden ofrecer descuentos y bonos de fidelidad a las compañías que les compran sin infringir la ley de competencia. “Será interesante ver qué tipos de descuentos son ilegales automáticamente, y cuáles otros pasan por un análisis”, sostuvo Treacy.
Sin embargo, Intel también podría terminar ganando puntos por procedimiento, sin que el tribunal aborde las cuestiones jurídicas más profundas. En octubre, Wahl parecía respaldar los argumentos de Intel de que sus derechos a una defensa en los tribunales fueron perjudicados cuando la UE no tomó nota de los detalles de una reunión con un ejecutivo de Dell. El tribunal de primera instancia se equivocó al decir que la UE no hizo nada mal y que se solucionó cualquier problema proporcionando la información más adelante.
Impuestos de Apple
Un fallo sobre este punto podría alentar una resolución en los problemas judiciales pendientes entre Apple e Irlanda en los que argumentan haber sido injustamente mantenidos en la oscuridad sobre el proceso de una investigación de ayuda estatal de la UE en sus asuntos fiscales.
“Las empresas van a necesitar una profunda convicción de que están en su derecho de hacer las cosas”, expresó Treacy. “Los costos legales, así como la incertidumbre comercial significativa que se necesita para impugnar una decisión, es desalentador para muchos potenciales desafíos”.
Stephanie Bodoni para Bloomberg