Rosa Belmonte alababa a Nati Mistral tras su muerte porque no se había prestado como otras folclóricas a circular en su vejez por los platós rosas para vender sus montajes.
Jorge Javier Vázquez ha replicado a su compañera desde las páginas de ‘Lecturas’, recordando las fanáticas apariciones por los platós de Intereconomía TV: «Creo que fue Rosa Belmonte la que escribió que Nati no sucumbió en sus últimos años a dar la nota en la tele como Sara Montiel o Marujita Díaz. Estoy de acuerdo a medias. Es cierto que no vimos a Mistral montando cutre shows absurdos en platós verbeneros. Pero también es verdad que no tuvo demasiados reparos en convertirse en asidua visitante de cadenas de televisión de ideología conservadora –eufemismo– en las que hacía gala de unos pensamientos carpetovetónicos. Y conste que por respeto también recurro al eufemismo».
En esa misma línea apuntaba Jesús Mariñas hace unos meses desde la revista Tiempo de hoy: «Nati Mistral, muy recuperada de su trance, el martes de esta semana hizo 88 años tocada de brazo y pierna pero tan furibunda y clara como siempre. Y ahí sigue todo el día pegada al mensaje adoctrinador de Jiménez Losantos, buena prueba de su aguante».
Cierto es que Jorge Javier Vázquez no ha faltado el respeto a Nati Mistral tras su muerte, pero llama la atención que no haya destacado la prologada y exitosa carrera de la actriz.
Otras palabras peor que las de Jorge Javier
Más feo fue el dardo de José María García contra Jesús Hermida tras la muerte del mítico periodista: «Ni ha practicado el oficio (de periodista) ni le gustaba. Posiblemente puedo pecar de inoportuno pero, para mí, maestro del periodismo no ha sido porque ha practicado poco el periodismo y no le gustaba excesivamente».
Eso sí, García destacó que «era un maestro de la amistad y el tío más generoso del mundo con sus amigos». También contextualizó sus palabras: «Supongo que lo que he dicho tendrá distintas interpretaciones pero, por encima de todo, hay que colocar a la gente en su sitio. En España idolatramos al que se muere y no creo que le haya faltado el respeto a Hermida, pero me faltaría a mí mismo al respeto si no dijera lo que pienso». También fue inoportuno García ante la muerte de su ex compañero Gaspar Rosety el pasado año. SuperGarcía recordó que le había dicho que el narrador murió tras una caída motivada por su excesivo peso, algo que molestó a la hermana de Rosety, que replicó denunciando que Pipi Estrada había filtrado la noticia y que García no fue respetuoso ante la muerte del mítico periodista.
Más agresivo que Jorge Javier también fue Eduardo Haro Tecglen tras la muerte del locutor Antonio Herrero: «Busco mis sentimientos por la muerte de Antonio Herrero: no tengo. La pura muerte deja de impresionar a quien se ve cerca de ella: no queda la sensación de culpa de quedarse aquí, porque se queda para poco. La muerte de un enemigo ya es insignificante: otro saldrá y, además, es igual: son gentes de otras estructuras. Yo no fui enemigo de él; él lo era mío y supongo que, por mucho que me maldijese, no le importé nada (…) Hace muchos años me impresionaban estas cosas: cuando murió Franco y la censura se abrió. Era lógico: se abrió para todos: buenos y malos, justos y canallas. Para la verdad y para la calumnia. ¡La abrieron ellos! Pero la verdad es siempre dudosa y la calumnia deja mucho. Tuve entonces, hace 20 años, algún susto: vi que se podía mentir, se podía minar la fama, la moral de los hombres; se podía alterar sus pensamientos, falsificar sus palabras, crearles el personaje que no eran».