El Banco Central Europeo tiene un calendario ajustado para decidir el futuro de su programa de compra de bonos, pero los inversores pueden tenerlo aún peor a la hora de ajustarse para los tiempos por venir.
El Consejo de Gobierno tendrá sus primeras conversaciones formales la próxima semana. Discutirán el ritmo de compra de activos a finales de diciembre, momento en el que el programa de estímulos va a expirar. Es probable que no haya decisión hasta la reunión del 14 de diciembre, según fuentes allegadas. Eso daría cerca de 10 días, durante una temporada vacacional cuando los volúmenes operadores son bajos. Los inversores tendrán que resolver su estrategia en tan corto tiempo.
Los 25 responsables políticos del BCE tienen mucho que discutir. Algunos creen que la robusta recuperación económica de la zona euro justifica el fin de la compra de bonos, que hoy alcanzan 60.000 millones de euros mensuales pero otros apuntan a la débil inflación como una razón para mantener el estímulo. Sin embargo, tomar una decisión tan tarde podría inducir a los inversores y disparar el euro, socavando los esfuerzos logrados hasta ahora.
Se han mandado algunas señales de que el programa de estímulos podría sostenerse durante algún tiempo más
“Todos somos conscientes de los tiempos que afrontamos”, dijo Charles Diebel, jefe de tasas de Aviva Investors en Londres. “Los mercados se han acostumbrado a que se comunique algún cambio con antelación, por lo que decidirse a último mismo, es buscar controversia”.
Posibles señales
Los funcionarios son conscientes del riesgo de esperar tanto. Dos de las fuentes aclaran que los inversores no deberían sorprenderse, lo que sugiere que el BCE de sostener el programa de compras por un tiempo más. Un portavoz del banco central se declinó a hacer comentarios.
Tampoco sería inaudito que tomen una decisión con dos semanas de antelación. Cuando la Reserva Federal de los Estados Unidos decidió acortar sus propias compras de bonos en enero de 2014, hizo el anuncio el 18 de diciembre de 2013.
La diferencia es que la Reserva Federal inició conversaciones formales sobre la disminución en sus comprar en junio de 2013 y habló en público sobre sus planes durante los meses siguientes.
Pero hasta el momento, el BCE ha evitado explícitamente incluir el tema de las compras del año 2018 en la agenda del Consejo de Gobierno. En la sesión de julio, acordó iniciar discusiones en otoño, pero optó por no decir si eso significaba que se discutirá en la próxima reunión del 7 de septiembre.
La caída del euro en reacción a la noticia de que todos los detalles del plan de compra de bonos se revelarán apenas en diciembre podría alentar a los responsables políticos que expresaron su preocupación en la reunión de julio de un posible rebasamiento de la moneda única.
La fortaleza del euro refleja la recuperación económica y no hay motivos de preocupación
La ganancia del euro tras el discurso del presidente del BCE, Mario Draghi, en Portugal, y el salto de la moneda durante la semana pasada cuando optó por no hablar en un discurso en Jackson Hole, Wyoming, mostró lo sensibles que son los mercados. Eso justifica la prudencia extrema, de modo que las comunicaciones serán más lentas de lo que se esperaba inicialmente.
Recuperación económica
Algunos políticos son más optimistas. Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, y Ardo Hansson, gobernador del Banco Central de Estonia, dijeron recientemente que la fortaleza del euro refleja la recuperación económica y no hay motivos de preocupación. El gobernador austriaco, Ewald Nowotny, expresó el viernes que no dramatizaría ese avance.
Pero Nowotny también agregó que una normalización política no puede inducir a “pisar el freno abruptamente”. Lo sensato es ver “cómo salir de ese acelerador y cómo iniciar cuidadosamente” el proceso. El vicepresidente Vitor Constancio dijo la recuperación económica de la zona euro demuestra ser cada vez más sólida, pero aún no se materializa.
Esperar hasta diciembre permitiría al BCE vincular su decisión final con las previsiones actualizadas de crecimiento e inflación, que se publicarán en esa reunión. El BCE ha revisado frecuentemente sus perspectivas para justificar cambios en sus políticas.
Sin embargo, el BCE parece dispuesto a recurrir a sus límites autoimpuestos sobre la cantidad de deuda que puede comprar cada nación. El calendario actual llevará sus comprar a 2,3 billones de euros, una cuarta parte del producto interno bruto. El balance del BCE, impulsado por préstamos gratuitos a los bancos, se ha elevado a 4,3 billones de euros.
“Hundir la cabeza en la arena hasta diciembre y esperar que el problema desaparezca no es una estrategia comunicacional”, dijo Richard Barwell, economista de BNP Paribas Asset Management en Londres. “Los límites de la emisión van a obligarlos a salir antes de tiempo. No pueden evitar las consecuencias indefinidamente”.