En una ruta de prueba en Berlín, un Jeep Grand Cherokee experimental presiona sus frenos cada cientos de metros, como si se tratara de un adolescente nervioso con un permiso de aprendizaje. Y en cierto sentido, de eso va el coche autónomo.
Incluso tras meses de navegar los mismos 11 kilómetros, el coche deportivo, equipado con una serie de radares y sensores, se asusta con frecuencia. Ya se trate de hierba, basura en la calle o panfletos políticos, cada sorpresa no deja de abrumar al vehículo que muestra las complejidades de la autodirección en la vida real.
“El coche es como un conductor principiante”, dijo Joern Ihlenburg, gerente de la unidad de investigación y desarrollo de Magna International, un fabricante de autopartes. “No tiene experiencia. La semana pasada se le atravesó un globo azul y el coche no supo qué era y frenó de golpe”.
BMW y Mercedes-Benz compiten por el segundo nivel de autoconducción
El viaje del Jeep no es sólo detenerse y reiniciar. El coche se mueve constantemente alrededor de un círculo de tráfico con una furgoneta siguiéndole de cerca, una cuestión inquietante para muchos conductores. Sin embargo, el rendimiento general muestra lo difícil que será para los coches autónomos dominar una ciudad en constante cambio.
La industria automovilística ha desarrollado un ranking para coches autónomos, con futuros modelos capaces de conducirse en cinco niveles. Los fabricantes de coches de lujo BMW y la marca Mercedes-Benz de Daimler compiten actualmente por el segundo nivel, mientras que Volkswagen ofrece un coche con un nivel tres de autonomía. Proveedores como Magna, Continental y Delphi Automotive se encuentran en una lucha estrecha para proporcionar los componentes: cámaras, sensores o radares, y el software para integrarlos a todos.
Magna, el tercer mayor fabricante de componentes para coches en el mundo, estima que los ingresos de su unidad de conducción autónoma se duplicarán hasta alcanzar 1.000 millones de dólares (842 millones de euros) para 2020, según Swamy Kotagiri, director de tecnología, pero mientras las imágenes de ciencia ficción muestran a personas viajando en vehículos con las manos fuera del volante, en un futuro, unos pocos clientes adoptarán esta tecnología.
“Estoy confiado” de que los coches automatizados estarán operativos en áreas restringidas geográficamente muy pronto, expresó Kotagiri ante periodistas en Berlín. Sin embargo, ¿en zonas con muchas personas o un montón de coches moviéndose a distintas velocidades y en diferentes direcciones? “Aún no”.
La integración del sistema MAX4 estará lista para su comercialización para 2020 o 2021
El Jeep en versión de prueba lleva la unidad MAX4 de autoconducción de Magna debajo de su área de almacenamiento posterior, y sus viajes se programan a través del sistema de navegación. Sus luchas por coexistir con otros usuarios en la carretera son difíciles, en especial cuando una furgoneta se desplaza ligeramente hacia el carril del coche, y los pasajeros son sacudidos con un freno de golpe. Lo cierto es que el automóvil más lento en la carretera, dado que la computadora debe atenerse a un límite de velocidad de 50 kilómetros por hora.
Magna espera que sólo el 4% de los coches en 2025 tengan equipados una tecnología de nivel 4 como el MAX4. El sistema estará listo para su integración en pruebas a finales de 2018, pero se necesitarán otros dos o tres años para que esté disponible comercialmente, señaló Kotagiri. El desarrollo de este sistema impulsará a Magna a afinar otros productos.
BMW planea que una flota de 230 coches recojan datos diarios para un total de 240 millones de kilómetros y desarrollar sistemas más seguros
“Tenemos la firme convicción de que si no hacemos los niveles 4 y 5, entonces los niveles 2 y 3 no serán totalmente efectivos”, dijo. “Si no se entiende todo, no se pueden hacer las piezas correctamente”.
Nissan Motors llevó a cabo ensayos urbanos de conducción autónoma en Londres a principios de 2017 con un coche eléctrico que también mostró dificultades tecnológicas. BMW comenzará sus pruebas a finales de este año con 40 coches en su ciudad natal de Munich, y planea una flota de 230 vehículos para 2021 que recogerá datos diarios para un total de 240 millones de kilómetros para desarrollar sistemas más seguros.
Lo cierto es que Magna ve más oportunidades en ofrecer sistemas que hagan a los coches lo suficientemente inteligentes como para conducir por sí mismos en la carretera, según Kotagiri, quien pronosticó que cerca de una quinta parte de los vehículos tendrán estas características para el año 2025. La compañía está en conversaciones con dos fabricantes para una plataforma avanzada de conducción autónoma que estará lista en 2020.
“Cuando se trata de conducir en la ciudad, aún damos pasos de bebé”, dijo Ihlenburg. “Es casi como conducir en una ciudad desconocida en la oscuridad y bajo la lluvia”.