En ‘Sálvame’ hay dos prácticas que están prohibidas: citar a las tradicionales cabeceras del papel couché y hacer lo propio con las marcas comerciales.
Ayer Carlota Corredera sacó tarjeta amarilla a Kiko Matamoros por nombrar a una clínica estética donde se opera y a Aída Nizar por promocionar de forma subliminal a una conocida aseguradora.
Pero lo que está permitido en ‘Sálvame’ es jugar con la reputación de los famosos. Lo vimos anteayer, cuando se entrevistó a un supuesto amigo del presentador Aitor Trigos, que días antes había admitido que tras salir de la televisión se había refugiado en el mundo de la prostitución.
El exconductor de ‘Amor en la red’ explicó que se había visto con «un gran banquero», pero en el programa huyeron de la especulación sobre este nombre por miedo. No lo tuvieron ante Daniel Vallejo, que se dice íntimo de Trigos. Este desconocido señor escribió en una pizarra nombres de tres famosos que habrían solicitado los servicios sexuales del presentador, por lo cual varios tertulianos se apresuraron a especular con personajes del corazón de bajo estatus como Juan Miguel o Rappel. Esta táctica ya fue utilizada por ‘Aquí hay tomate’, que cebaba iniciales de folclóricas que eran supuestamente lesbianas. El programa y su sucesor, ‘Sálvame’, sacaron pecho en ocasiones por su supuesto apoyo al mundo LGTBI, olvidando el «outing» practicado.
Otras teoría en ‘Sálvame’
También juega el programa con la teoría que dice que María José Campanario está obsesionada en mimetizarse con Belén Esteban, que sin embargo ha sido la que ha demostrado cierta inquina con la mujer del padre de su hija.
Ayer lo recordó Toño Sanchís, eso sí, olvidando que él mismo cebaba los ataques cuando se llevaba el 20% o más de «La Princesa del pueblo»: «Pero bueno, si era al revés. Y lo digo porque lo he vivido yo. Las barbaridades que esta señora (Belén Esteban) y su familia han dicho de Campanario… Lo más suave que he escuchado que decían sobre ella era cuando la apodaban ‘La Poni’. Para mí, esa obsesión de Belén hacia la mujer de Jesulín rozaba lo enfermizo». A otro tipo de enfermos dice Karmele Marchante que sufrió en su etapa en ‘Sálvame’: «No hay un motivo principal por el que me fui de ‘Sálvame’, hay cincuenta motivos principales. La gente que veía aquel programa y lo que sucedía conmigo sabe muy bien por qué me fui. Cuando tomé la decisión le dije a mi representante que me gestionara todo porque no quería volver ni hablar con nadie de ellos. Entonces me llamó uno de los directores, con el que me llevaba mejor, y me pidió por favor que fuera a despedirme de la audiencia».
La que tampoco se despidió del magazine fue María Teresa Campos, que según Pilar Eyre prepara su retorno: «No se reanudaría su reality ni tampoco se trata de un magacín, sino de una mesa de debate que empezaría a primeros de octubre, todavía no se sabe si en Cuatro o en Telecinco», añadiendo que Telecinco la ha elegido «en detrimento de otras presentadoras de la cadena que aguardan en boxes ansiosamente un nuevo programa» dada su «sorprendente recuperación».
El que también piensa en el otoño es Jorge Javier Vázquez, que le ha abierto las puertas de su retiro veraniego a Lecturas recordando los malos momentos que pasó por las críticas que recibió al frente de ‘Gran Hermano’: «Me fue complicado mantener el tipo con todo el vendaval que se armó. Me llegué a preguntar si me compensaba». El de Badalona volverá con las pilas cargadas compatibilizando ‘Sálvame’, ‘Sábado Deluxe’, ‘Gran Hermano Revolution’, ‘Got Talent’ y ‘Supervivientes’, póker televisivo que podría compatibilizar con una nueva obra de teatro.