Belén Esteban sufre las mofas de una compañera sobre su barriga

 

A Belén Esteban no la dejan descansar ni en verano. La Princesa del pueblo cambiaba sus habituales retiros en Benidorm para probar con Menorca. Y para evitar la persecución de los paparazzi ha decidido subir ella misma varias instantáneas sobre su periplo balear. Este hecho no ha pasado inadvertido para su ex compañera de programa y compañera de cadena Mariángel Alcázar, que desde Lecturas analizaba el asunto con cierta mala baba: «Belén, que sí está en plena forma emocional, no tiene manías a juzgar por las fotos que ella misma ha publicado en las redes sociales durante las vacaciones que ha pasado con su Miguel en un hotel de Menorca, de la misma cadena a la que pertenece el que le sirve de morada cuando está en Benidorm, caritos los dos, por cierto. Pero ella puede y más ante la perspectiva de que más pronto que tarde algo recibirá de las cuentas pendientes que tiene con Toño Sanchis. Un único consejo: “Belén cuando poses para tu novio, mete barriga»».

El comentario sobre «plena forma emocional» tenía como intención contrastar su estado mental con la supuesta situación que sufre María José Campanario, en el ojo del huracán por la teoría articulada por Kiko Hernández y compañía en ‘Sálvame’, dicen que con multitud de pruebas en la recámara como seguro de vida. Sobre la mujer de Jesulín de Ubrique se dice que se tiñó de rubia porque se obsesionó cual mala de una película de «serie b» con Belén Esteban, de la que señalan que recorta y colecciona fotografías en papel couché. Ni los cromos ligueros provocan tal adicción. ¿»Sile» o «nole»? No sabemos si este hecho es cierto, pero nadie se corta de hacer leña con el árbol caído. En especial en ‘Socialitè’, que apuntó a Víctor Janeiro como topo de Ambiciones, hecho sabido y en parte consentido por la odontóloga y el torero. Y lo sabían porque el mes pasado se lo confirmó desde ‘Sálvame’ de forma involuntaria Gustavo González, cuyo enésimo error en directo le costó descubrir a su manantial sureño.

Diego Arrabal, enemigo acérrimo de Belén, rasca gracias a una reciente conversación en la que encontró lenta pero centrada a Campanario y envejecido a Jesulín, aunque la mutación del paparazzi en «Sor Teresa» por denunciar la saña ajena llama la atención y provoca carcajadas a su espalda, con lo que uno ha sido. La que también ha sido, pero callaba con un recatado postureo es Terelu Campos, que hace una década lloraba por los «pimpampunes» tomateros y por las memorias eróticas del desemoriado Estrada. Ahora lo larga casi todo en un libro que empata en ventas con el mismísimo Vargas Llosa, hecho que no extraña advirtiendo la creciente crenitización de la mediatizada industria editorial. La hijísima de María Teresa aprovecha la obra para desmentir enchufes maternos, llegando a señalar que ser hija de la ex reina de las mañanas, ay, le ha perjudicado.

Para promocionar la exitosa mercancía se dejó entrevistar por LOC, suplemento del colorín en el que explica que nunca dormiría sin bragas o que las mujeres fingen orgasmos por generosidad hacia el género masculino, apuntando también cual matemática que dos orgasmos son mejor que uno, como las Danet. A mi me daban dos, le faltó decir, aunque el deslenguado Estrada quizás subiría la puja. En la subasta no participaría la pudorosa Lucía Pariente, que promete sin que le crean que se retira de la televisión emulado involuntariamente a Antoñete, que se cortó media docena de veces la coleta. Y no la creen porque aprovecha cualquier resquicio para meter la cuchara, no como su hija, que solo encuentra el habla cuando el cheque le inyecta la energía necesaria para enfrentarse a los Miuras de ‘Salvame’, plaza de toros vespertina en la que madre e hija se han convertido en astados habituales.