La desigualdad de género es un tema que siempre da de qué hablar y ni siquiera empresas como Google resultan excluidas de la controversia. De acuerdo a la matemática estadounidense, Cathy O’Neil, se está teniendo una comunicación errada sobre el rol de las mujeres en la industria de la tecnología, pero el gigante informático estaría yendo por el camino correcto.
“Es necesario ponerle fin a dos temas que han surgido en medio de la conmoción sobre la diversidad en Google: las diferencias biológicas entre los géneros y el prejuicio contra las mujeres que trabajan en la industria, específicamente contra las que están en cargos de prestigio que son bien remunerado”, ha dicho en una columna escrita para el servicio de noticias Bloomberg.
“Hay que ponerle fin al prejuicio contra las mujeres que trabajan en la industria”.
En el texto, O’Neil ha hecho referencia a que en el caso de la biología existen estudios sobre cómo los bebés interactúan con el mundo y sobre cuáles son las cosas a las que prestan mayor atención o interés, según su género. Pero a su juicio, a través de estas observaciones, es imposible medir con objetividad las diferencias entre niños y niñas.
Medición del CI es “sesgada”
La profesora ha hecho mención a las mediciones del coeficiente intelectual (CI). Ha criticado que quienes “elaboran las distribuciones” otorgan “mayor variabilidad a hombres”, haciendo que ellos “sean llamados genios” con más frecuencia. “He oído esto de varios colegas e incluso de mi propio padre”, ha denunciado.
A su juicio, este tipo de prejuicio no han sido causados por “especulaciones académicas programadas al azar”, sino que fueron momentos diseñados para hacerle “sentir más pequeña” y para intentar “ponerla en su lugar”.
La matemática, quien también es fundadora de una empresa de auditoría algorítmica, ha considerado en su columna que el coeficiente intelectual “es solo una prueba hecha por el hombre para enfatizar lo que él considera importante”. Incluso, alegando que sus resultados varían según el entorno socioeconómico y las características racionales, ha sugerido que la prueba sea retirada.
“El CI es una prueba hecha por el hombre para enfatizar lo que él considera importante”.
“Apuesto más por un coeficiente intelectual medido con criterios reales, que por uno calculado con criterios de superioridad. Esto probablemente seguirá favoreciendo a los hombres, pero no tiene sentido que se use como un criterio para pagarles más”, ha sentenciado.
Para O’Neil, “cuando la gente se enfoca en habilidades limitadas, como una manera de declarar a los hombres mejores en promedio, la evaluación es arbitraria y totalmente dependiente de la cultura”. “Primero tienes saber que cuál es el código a evaluar, que suele estar sesgado contra las mujeres. Luego, es necesario explicar por qué esa habilidad particular debe ser valorada por encima de todo”, ha comentado.
El resultado
Las diferencias biológicas son difíciles de separar de la socialización y casi imposibles de medir sin reflejar valores culturales arbitrarios, según la científica. Por eso, ha considerado que deberían dejarse a un lado y enfocar los esfuerzos en dar a todos una oportunidad de conseguir buenos empleos.
Su petición firme ha sido: abordemos el problema del sesgo, algo que precisamente Google ha estado intentado hacer con sus iniciativas sobre la diversidad. “Creo que están en algo”, ha finalizado. “Creo que están trabajando en algo”, ha finalizado.