Disney fue la noticia de la semana. La segunda compañía de entretenimiento más grande del mundo anunció no uno, sino dos servicios independientes de streaming.
El primero transmitirá el catálogo de películas de Disney, cuyas licencias pertenecen a Netflix de momento, mientras que el segundo es ESPN, el gigante de los deportes de televisión por suscripción, que alguna vez fue la máquina de hacer dinero para Disney y ahora es su talón de Aquiles.
Robert Iger, presidente y director ejecutivo de The Walt Disney Company, ha dicho durante años que la empresa debe “ir donde estén los clientes”. Esto es Internet, y ahora finalmente ha tomado la decisión.
Realmente no hay buenas razones para que Disney dependa de Netflix a la hora de distribuir sus películas. En cuanto a ESPN, con sus suscripciones de cable en un declive de 2% a 3% por trimestre -una tendencia aparentemente irreversible-, Iger tuvo que hacer un movimiento.
Disney parece planear un servicio de streaming que incluso un fanático a los deportes esté reacio a pagar, porque algunas áreas permanecerán exclusivas por cable
La aplicación de películas tiene el potencial de ser una increíble fuente de dinero, especialmente si Disney engloba todo, no únicamente para niños, sino el universo de Star Wars, su catálogo de televisión, películas clásicas, entre otros.
Pero ESPN es una historia diferentes, al menos por dos razones.
En primer lugar, no hay posibilidad de que un servicio de streaming, sin importar lo bueno que sea, sea capaz de hacer tanto dinero como hacía ESPN hasta hace tres años.
En segundo lugar, la aplicación de ESPN, al menos como fue señalado por Iger durante la presentación de resultados de esta semana, simplemente no será tan buena.
El declive de ESPN
El inconveniente es que las compañías de cable pagan a Walt Disney un promedio de 7,2 dólares por suscriptor para ESPN, según el servicio de noticias SNL Kagan. Eso es tres veces más que otros canales de cable populares.
Debido a la forma en que funciona el paquete de cable, los operadores terminan pasando el costo a muchos clientes que no ven los deportes y no quieren ESPN. Por eso es que tanta gente odia el paquete de TV por cable. Claro, también por el hecho de que las facturas sean tan altas.
Por tanto, no es una sorpresa que, a medida que la gente empezó a tener más opciones -como paquetes de TV por suscripción sin canales deportivos-, han abandonado ESPN. Aficionados al deporte han admitido que pueden vivir sin el canal.
Rich Greenfield de la firma de inversiones BTIG, sostuvo que “ESPN está en declive” y eso se demuestra por la venta en las acciones de Disney por parte de la firma desde el año 2015.
Simultáneamente, ESPN paga sumas asombrosas para los derechos de los deportes profesionales. Son más de 7 mil millones de dólares en total, según SNL Kagan. Menos suscriptores, más derechos, es igual a una presión a las ganancias.
Si bien un servicio de streaming podría atraer a los aficionados al deporte que han cortado el servicio por cable, no resolvería los problemas de ganancias para ESPN, sino que los exacerbaría.
¿Por qué?
Esto es debido a que ESPN continuará perdiendo millones de suscriptores por cable que pagan por él, pero nunca lo ven. No hay forma de que el universo de aficionados al deporte compensen esos ingresos, incluso si cobran más por un servicio de streaming.
Un streaming limitado
Y para empeorar las cosas, Disney parece planear un servicio de streaming que incluso un fanático a los deportes esté reacio a pagar: el fútbol universitario, baloncesto profesional, el juego de la Liga Nacional de Fútbol de los lunes, permanecerán exclusivamente en los canales por cable de ESPN.
Está bastante claro que Iger intenta proteger el negocio por cable, y que su paso al mundo tecnológico es un abrazo totalmente sincero.
Hay quien dice que los días de gloria han terminado para ESPN. En lugar de ganar 6,4 mil millones de dólares que ganó en 2014, pronto ganará 2 mil millones o menos. Disney tendrá que decidir si seguir planeando por los derechos de deportes profesionales o si renunciar a ellos para ahorrar dinero. Si lo hace, evidentemente las ganancias de ESPN se reducirán más aún y menos aficionados a los deportes querrán suscribirse.
El periodista y columnista Joe Nocera dijo que con el paso de los años ha visto cómo la industria decrece. “El New York Times tiene millones de espectadores y suscriptores de lo que nunca hizo cuando la prensa reinaba, pero es apenas rentable, porque Internet destruya la base de publicidad”.
Disney se enfrenta a algo equivalente, sostiene el periodista. Su servicio de ESPN tendrá suscriptores, pero no tanto como en el auge de la TV por cable. Si todo va bien, generará un tercio de los ingresos. Sus anunciantes van a comprar tiempo por una fracción de lo que les costó anunciar en la televisión y los suscriptores de TV por cable encontrarán otras maneras de dejar de pagar por ESPN.