El G5 de Rajoy tiene ahora un nuevo objetivo (y no es Soraya)

El G5 fue un contrapoder dentro del Gobierno. Eran precisamente los más próximos a Mariano Rajoy, y quizás por ello se creyeron libres de cualquier amenaza, pero no contaron con la habilidad y, sobre todo, la capacidad de control que tenía sobre ellos la poderosa vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Entre ella y su principal aliado, el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, controlaban los principales resortes del poder y, sobre todo, de información: el CNI y la Agencia Tributaria.

El caso es que fueron cayendo de uno en uno, fruto de una maniobra perfectamente orquestada para acabar con su influencia sobre el líder. El primero fue Miguel Arias Cañete: un dossier estratégicamente preparado al efecto acabó con él encabezando la lista para las europeas. Más difícil iba a ser acabar con Soria y con García Margallo, especialmente este último se preciaba de cercanía con Rajoy y no ocultaba su animadversión hacia la vicepresidenta.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»25475″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

El rumor, extendido por fuentes misteriosas, de que en los meses siguientes a las elecciones del 20 de diciembre de 2015 el ministro de Exteriores se postulaba como sucesor de Rajoy y que contaría con Soria como aliado y probable vicepresidente hizo que Rajoy desconfiara de él. Pero fueron los papeles de Panamá y otra fuente misteriosa que condujo a los periodistas hacia el centro de la diana lo que acabó con la carrera de Soria. Margallo y Jorge Fernández Díaz caerían poco después, al elegir Rajoy a su nuevo Gobierno en el que no podía estar un ministro del Interior al que también misteriosamente habían conseguido escuchar en su despacho.

La única que se libraba del ostracismo político era Ana Pastor, elegida presidenta del Congreso, y hoy por hoy la única que sigue acumulando partidarios y que puede hacer sombra a una Sáenz de Santamaría que aspira a suceder a Rajoy. A Pastor le han buscado de todo, pero no le han encontrado nada. Ahora bien, que el grupo se haya desintegrado como parte del Consejo de Ministros no significa que se hayan resignado y, de hecho, todo lo que está apareciendo sobre Montoro tiene bastante que ver con esa guerra interna que sigue librándose.

A Montoro le acusan de haber utilizado información privada de Hacienda sobre ellos para minar su credibilidad, y ahora están poniendo en práctica las mismas armas. Si cae Montoro, la vicepresidenta quedará expuesta y su poder se verá reducido, porque es difícil que otro ministro de Hacienda esté dispuesto a utilizar la información privilegiada que da el cargo en contra de terceros. El G5 no se quiere vengar por ahora de la vice, pero si logran su objetivo, puede que cambien muchas cosas.