La receta de Mariano Rajoy para hundir a Pablo Iglesias y su moción de censura

Debería ser al revés, pero las torpezas en política se pagan. Con un PP acosado por la corrupción y un Gobierno escondido en el armario de la inoperancia, al líder de Podemos no se le ocurrió otra cosa que anunciar una moción de censura cuyo destinatario final no era tanto Mariano Rajoy, como un PSOE al que el líder de la formación morada quería poner entre la espada y la pared. Sin embargo, el primer revés a su moción de censura lo recibía de la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, que estableció la fecha para el debate un mes más tarde de presentada la moción, es decir, el próximo 13 de junio –la semana que viene-.

En ese tiempo, inevitablemente, el interés por la iniciativa de Pablo Iglesias no sólo ha caído en picado, sino que además se está volviendo en contra suya, en la medida que ni ha conseguido ni va a conseguir ninguno de los objetivos que se propone. De entrada, lejos de contar con el apoyo del PSOE de Pedro Sánchez, el recién elegido secretario general socialista ha marcado una prudente distancia anunciando la abstención o, incluso, el voto en contra.

No será ‘este’ Pedro Sánchez, con una guardia de corps bien armada como ya hemos contado, quién vote a favor de que Pablo Iglesias sea presidente del Gobierno, entre otras cosas porque en el ánimo socialista pesan mucho los desaires del líder del Podemos y tal cosa podría tener un efecto desastroso en el PSOE. Pero es que. además, incluso entre sus socios más próximos han surgido las dudas y Compromís, el partido que lidera una inteligente Mónica Oltra, también le ha dicho a Podemos que mejor deje la moción de censura para otra ocasión y no van a votar favorablemente.

Sí lo hará, por disciplina, el sector crítico o errejonista, pero las críticas internas se han escuchado muy fuertes estos días. Así, a fecha de hoy el único apoyo que va a tener Pablo Iglesias va a ser el de los sectores más radicales del Parlamento, o sea, los independentistas de ERC y Bildu, porque ni siquiera la antigua Convergencia le va a regalar un voto. Y no digamos el PNV.

Y esta es la otra cuestión. Mariano Rajoy llega la semana que viene a la moción de censura subido a lomos de un pacto con siete partidos para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, entre ellos el PNV y los nacionalistas canarios de CC y NC, además de Ciudadanos que, por supuesto, votará en contra de la iniciativa podemita. A nadie le interesa tumbar a un Gobierno que acaba de aprobar sus presupuestos.

Pero es que, además, Rajoy va a poner a Pablo Iglesias en una situación comprometida porque el presidente del Gobierno acudirá al debate, pero no intervendrá, sino que dejará todo el protagonismo a su portavoz parlamentario, Rafael Hernando, que ya le ha cogido la medida a Pablo Iglesias, lo que promete ser un rifi-rafe muy vivo y en el que Hernando tiene todas las de ganar. Si Pablo Iglesias pretendía que la moción de censura le sirviera de trampolín para algo, sólo va a conseguir que le hunda un poco más en las ya negativas encuestas para Podemos.