Tesla, Lucid Air, Faraday Future… ¡Taxistas! ¿Os suenan? Están aquí para quedarse. Son el futuro del automóvil. Han venido para cambiar el sector ¿y el mundo? con el coche sin conductor. Así que mucho me temo que la guerra que acabáis de empezar –y con la que amenazáis con bloquear el país- va a resultar infructuosa a largo plazo. Sí os ayudará a ganar tiempo, a la vista de que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ya ha dado el primer paso para no enfrentarse con vosotros: un vago anuncio sobre un aumento de la vigilancia de las ‘cucarachas’ (que es como llaman los taxistas a los VTC, es decir, Cabify y Uber). ¡Benditos votos!
Vuestro problema es que, al igual que la prensa y otros muchos sectores, las cosas han cambiado rápido y no os habéis adaptado. Hace dos días, como quien dice, habéis descubierto el pago con tarjeta (y a muchos os cabrea que os la pidan –basta con miraros a algunos por el retrovisor el gesto que hacéis); seguís pensando que el Taxi es vuestro cortijo y podéis hacer lo que os dé la gana. Y no amigos. Eso ha cambiado.
«Sentaremos a todas las plataformas en el banquillo»
La gente ha madurado. Quiere saber lo que le va a costar un trayecto de antemano, aunque sea aproximado. Le gusta que el conductor sea educado y el coche esté limpio. Le interesa que no le den vueltas absurdas por Madrid; el no tener que preocuparse por llevar tarjeta o efectivo porque el pago es electrónico… Y todo eso no es culpa de la tecnología; es culpa de que no habéis sido capaces de adaptaros. Y porque habéis permitido que existan auténticos jetas que se forraban a base de dar vueltas por Madrid a los turistas y a los no tan turistas.
La tecnología estaba ahí para todos. Pero vuestras asociaciones llegaron tarde a la fiesta. Creíais contar con el respaldo de la Administración, pero ellos no iban a hacer la inversión. Erais vosotros (autónomos y, por tanto, empresarios) quienes debíais arriesgar. Eran las federaciones quienes debían invertir en crear apps que impidieran la llegada de MyTaxi, por ejemplo. Sin embargo, vuestra falta de arrestos (porque seguro que encontrabais la financiación) dio lugar a que otras inciativas privadas se metieran en vuestro sector. ¡Y con bastante éxito! Adiós a las emisoras de radio tan molestas. ¡Hola apps silenciosas a golpe de click!
Ha llegado el momento de repensar el sector del taxi al completo
Mytaxi, Uber, Cabify se aprovecharon de que estabais mirando pasar el tren, y no hicisteis nada. Estabais enfrascados en vuestras peleas, haciendo largas e interminables colas de taxis vacíos en las paradas durante la crisis. Pero nada de pensar en el futuro. Sólo lamentos y lloros. Pero de apostar por innovar (y con eso hablo de mejorar el servicio, no sólo de desarrollo de una tecnología) nada de nada. Vosotros a lo vuestro. Y claro, así no se puede. Ojo, que hay excepciones como, por ejemplo, @taxioviedo que entendió rápidamente de qué iba esto de Internet, las redes sociales y demás.
¿. Es una putada, pero ha venido para quedarse. En todos los sectores. Ahora hay que adaptarse. Porque estoy seguro de que hay hueco para todos. Serán huecos más pequeños, eso sí. Pero el que lo haga bien, el que sobresalga por encima de los demás, será quien se lleve el gato al agua. Y eso es lo que está pasando ahora mismo, que 5.600 licencias de VTC vencen a 70.200 de taxi. ¡A ver si es que son más eficientes!
El lobby es esencial
Al final, de lo que se trata en vuestro negocio es de ser capaces de lograr el favor del cliente. ¡Y también os lo han robado Uber y Cabify! Decía el otro día Esteban Hernández en El Confidencial que parte muy importante era por la presión de lobby que ejercen estas grandes empresas. ¡Claro! ¡Pero es que ejercen un lobby del siglo XXI! Mucho despacho, mucha oficina y, sobre todo, mucho marketing y mucha comunicación.
Y ahí es donde falláis. ¿Pensáis que ganáis el favor de la gente cancelando el servicio, colapsando Madrid en una manifestación con bengalas y gritos? ¿Creeis que os ganáis a vuestros clientes con imágenes como estas que me pasaban las cucarachas?
¿De verdad lo pensáis? ¿Os ayuda en algo? ¡No! ¡Al revés! Esto es algo del siglo pasado. Le estáis haciendo el trabajo a vuestros competidores. La gente os ve como una reliquia, como tíos que se han pasado de rosca. ¡Sí! Porque resultan que las ‘cucarachas’ me cuentan que es bastante habitual que les cerréis el paso entre dos o tres taxis; que intentéis echarlos de la carretera, que les insultáis… En fin, que muchos viven acojonados. ¡Si hasta tienen un protocolo en caso de encontrarse con vuestro sector más radical!
Vuestro problema es más profundo que la tecnología. Vuestro problema es que no sabéis lo que es la competencia. Estáis acostumbrados a tener calculado que con X carreras al aeropuerto y X dentro de la ciudad ya tenéis para comer. Pero eso ya no es así. Hay más competencia, y eso es sano. ¿No queréis que Uber y Cabify os coman la merienda? Poneos las pilas y competid con ellos. En igualdad de condiciones, ojo. Es decir, que las multinacionales paguen sus impuestos aquí, en eso os tengo que dar toda la razón. En lo demás, no.
Cuál es la solución
Decís que la intención de Uber y Cabify es acabar en un duopolio del transporte con conductor. ¡Claro! Como vosotros aspiráis a seguir manteniendo vuestro coto dentro del transporte en la ciudad. Y tenéis muchas ventajas para hacerlo, porque un VTC (y ya sé que me diréis que no cumplen la legislación) sólo puede hacer servicios contratados; vosotros –en cambio- podéis tenerlos contratados, en parada y en la calle. ¡Y aun así os comen la merienda! ¿De verdad es un problema exclusivamente tecnológico? Y, por cierto, ¡eso no es competir en igualdad de condiciones!
¡Taxistas! ¡Espabilad! ¡Es el modelo de negocio! Y no me digáis que tenéis barreras de entrada con la licencia! Porque eso es algo que habéis generado vosotros y la Administración. Habéis generado una sensación de escasez en algo que no es real y, por tanto, los precios se han disparado. Y como lo conocéis bien, queréis que eso se traslade también al VTC; pensando que así tendrán que subir más tarde o más temprano sus tarifas para que sean más parecidas a las vuestras. ¿De verdad las habéis estudiado? ¡Si a veces son más caras y aun así la gente prefiere cucarachas a un taxi! Será por algo, o es que estamos todos atontados.
Y una última reflexión. El jefe de campaña de Bill Clinton a la presidencia de Estados Unidos en el 92, apuntó en su pizarra una frase: ¡Es la economía, estúpido! Un mantra para que el candidato hablara de lo cotidiano, de lo que necesitaba hacer para vencer a Bush padre. Y lo logró. Así que apuntaos esto como si fuera vuestro mantra: ¡Es el modelo de negocio, estúpidos!
En vuestra mano está. Cambiad el modelo de negocio, las formas de atención al cliente, reinventad vuestras apps, vuestra forma de captar al cliente. Incluso, por qué no, aprovechaos de los Ayuntamientos. ¿Qué tal poner llamadores para taxis en las paradas de autobús? Por proporcionaros una idea que me daba un taxista y que no me la aportaba por miedo a que lo pusieran a parir. Dejad de pensar ya en los modelos del pasado. En que la tarifa regulada del Ayuntamiento es la única que vale; y empezad a pensar que la ‘propina’ de los ‘putis’ por llevarles clientes vais a tener que repartirla. Si no lo hacéis, amigos, asistiremos a la llegada de ese duopolio que tanto teméis. Cuando uno demoniza tanto a un servicio, al final, el público quiere probarlo. En vuestra mano está que todos podáis convivir.