Un vídeo de Ángel Garó desnudo y gritando en plena calle hace saltar las alarmas

Ayer ‘Sálvame Naranja’ emitió un llamativo vídeo del año pasado en el que el humorista Ángel Garó, en el ojo del huracán tras ser detenido acusado de agredir a su novio. En las imágenes se ve al cómico desnudo en el balcón de su casa, gritando a grito pelado contra el camión de la basura por el ruido que hace. Para contrastar las molestias Garó subió la música, hecho que provocó el enfado de sus vecinos. Y entonces el ex del ‘Un, dos, tres’ salió desnudo al balcón chillando a varios agentes locales: «Esos son mis empleados. Pago 2.800 euros al año de IBI. Se enterará el alcalde. Miren ustedes al moro de la esquina. Darío (refiriéndose a su ex, que ahora le ha denunciado), pídeles la documentación a estos señores». 

Alexis Gauthier, su ex pareja, aprovechó el escándalo para contar su tormentosa relación de siete años junto al humorista: «Nos fuimos a vivir juntos a la casa que él tenía en Las Lomas. Como Ángel había acabado la relación profesional con su manager, me pidió que me encargara de ese tema. Ángel compró un edificio y la planta baja la dedicamos al restaurante. Constituimos una sociedad en la que él tenía un porcentaje del setenta y yo el treinta restante (…) Vivir con él era un estrés continuo porque es muy exigente consigo mismo y con los demás. Quiere controlarlo todo y no tiene paz. Y, claro, yo no he nacido para sufrir ni para ser un mártir. Me centré en el trabajo y quise creerme lo que su familia me explicaba. Ellos me decían que Ángel era muy normal y que estaba viendo fantasmas donde no existían. Pero no era así. Es una persona muy especial. A veces le sugería que viajáramos a Nueva York para ver los espectáculos que se hacían allí y así poder tomar ideas, pero siempre se negó porque a él nadie le aporta nada. Vive dentro de una burbuja (…) Por nada Ángel armaba un escándalo. Chillaba y no se controlaba. Era yo quien tenía que recordarle que era una persona famosa y que ese tipo de comportamiento podía perjudicarle. La situación era muy violenta para mí. Sobre todo, cuando teníamos el restaurante lleno y se presentaba para perseguirme por todo el local con el único fin de armar bronca. Yo optaba por marcharme corriendo de allí para que los clientes no presenciaran semejante espectáculo». Cuando Alexis cortó «no se lo tomó nada bien. No entraba en su cabeza que alguien pudiera dejar a Ángel Garó. Se cree que es Dios».

La imagen de Ángel Garó ha tocado fondo tras salir a la luz testimonios, denuncias y vídeos sobre él

Hace doce años, cuando gestionaba el restaurante junto a Alexis, una ciudadana anónima denunció en El País el trato del cómico a su marido minusválido: «El pasado domingo 24 de abril visitamos Málaga, y mi marido y yo decidimos ir a comer al restaurante La Casa del Ángel. Mi marido lleva muletas, consecuencia de una lesión de peroné, y al llegar al restaurante pedimos una mesa discreta para que pudiese apoyar la pierna en una silla sin molestar a nadie. Una vez instalados apareció Ángel Garó, el propietario, que dijo a mi marido que quitase la pierna de la silla inmediatamente. Le explicamos la situación y, ante nuestra sorpresa, nos insultó repetidas veces y a gritos exigió que saliésemos del local, amenazándonos con llamar a la policía. En ningún momento respondimos a sus insultos y solicitamos el libro de reclamaciones, lo que el señor Garó consideró una falta de respeto. Finalmente nos dieron el libro de reclamaciones y nos marchamos. Sinceramente, comportamientos como éste, con una persona que está incapacitada, pueden hacer que el recuerdo de Málaga sea una mala experiencia. Menos mal que el señor Garó y su restaurante no son representativos de la hospitalidad y trato que se da en Málaga a una persona discapacitada. Hay otros restaurantes de calidad y atento servicio donde, precisamente por nuestras circunstancias, nos atendieron con suma amabilidad y corrección».

Hace unos años Garó también provocó un altercado en Valencia tras una protesta vecinal: «Según consta en las diligencias policiales, Garó insultó y amenazó presuntamente a los agentes de la Policía Local que acudieron a un restaurante en el centro de Valencia para atender una reclamación vecinal. El reloj marcaba las tres y media de la madrugada cuando la sala del 092 recibió varias llamadas de ciudadanos. Estaban hartos de los ruidos que procedían del restaurante La Sardinería, situado en una planta baja de la calle Bordadores -junto a la Catedral de Valencia-, donde el humorista cenaba con su hermana y un grupo de amigos». El humorista habría señalado lo siguiente a los agentes: «Os vais a enterar de quién soy yo», «no sabéis con quién os la estáis jugando», y «esto va a salir en todas las televisiones», tildando a los agentes de «sinvergüenzas». El protagonista de estos escándalos se justificó: «Lo único que les dije es que eran empleados nuestros porque yo, y todas las personas que estábamos en la cena, pagamos su sueldo con los impuestos. Me pareció exagerado el despliegue policial. Vinieron veinte policías, por lo menos, y nos trataron como si fuéramos delincuentes. Es increíble. Parecía la noche de los cristales rotos. ¿Pero no tenían asuntos más graves en Valencia? Que vayan a por los traficantes de heroína. Era una cena de amigos que me estaban agasajando, y me jodieron la noche (…) Soy una persona muy discreta, pero me mandaron callar cuando defendía mis derechos ante un abuso de poder. Nunca había visto tantos policías por una reclamación vecinal».