¿Qué hacen los deportistas de élite después de retirarse?

El deporte les da fama, les proporciona una vida cómoda, llena de lujos, pero su profesión pronto se termina. La carrera de los deportistas de élite es muy corta. Hay quienes alargan más su vida dentro del deporte y hay quienes se jubilan a los 30 y pocos años. Pero a una edad u otra todos dicen adiós.

Al terminar su etapa deportiva tienen que buscar una nueva salida laboral porque aunque durante esos años hayan ingresado indecentes cantidades de dinero, todo en esta vida se acaba.

Todos los deportistas tienen un periodo en el que están en su mejor momento mediáticos, dependiendo de si el deporte es de más o menos repercusión mediática, pero siempre tienen ese momento de atención que tarde o temprano se apaga”, explica el decano de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Fisioterapia de la Universidad Europea de Madrid, Francisco López Varas.

El momento en que un deportista se retira, como explica el Comité Olímpico Español, “es un duelo” que “tiene que ver con lo irremediable, con lo que ya no vuelve, con no poder dar marcha atrás”.

Las razones que llevan a un deportista a retirarse son varias. Algunos quieren hacerlo ya pero otros, bien “sea por su edad, por lesiones, por disminución de su rendimiento, etc.” lo hacen porque no queda otra salida.

Para algunos “se trata de un momento de verdadera crisis y desolación, de sentirse vacíos, aturdidos, tristes, agresivos, amargados o deprimidos”. No es por lo tanto inusual ver a alguna gran estrella de fútbol, tenis, baloncesto o cualquier otro deporte llorar cuando anuncia que pone fin a su carrera deportiva.

Cuando un deportista se retira tiene una sensación de duelo

Muchos de ellos entran “en un proceso de crisis en el momento de su retiro y tenderán a experimentar una variedad de dificultades de adaptación al proceso”.

Esta situación no les resulta fácil. “Cuanto más fuerte sea la identidad deportiva del individuo, cuánto más destacado o reconocido sea e, incluso, cuánto mayor sea su calidad de líder, en caso de deportistas de equipos, es posible encontrar mayores dificultades en el proceso de retiro”.

El COE explica que “una de las consecuencias inmediatas del retiro es el hecho de disponer de mayores cantidades de tiempo y de no contar con una estructura de soporte en la organización cotidiana. Cambia la rutina, cambia la alimentación, cambian las sensaciones corporales. Hay más tiempo para todo y menos organización, en cierto aspecto, es todo nuevo, pero esto, que puede verse externamente como algo positivo, puede ser un componente que influya negativamente en otros aspectos de la vida de un deportista retirado. Incluso el hecho de estar más tiempo en contacto con el ámbito familiar y social puede influir de diversas formas, dependiendo de cómo atraviese este momento la persona”.

Estas personas experimentan “reacciones de tipo depresivo, también pueden surgir reacciones más maníacas: sujetos que se embarcan impulsivamente en cuanto proyecto se les cruza, o que comienzan inmediatamente la práctica de otro deporte o que incrementan sustancialmente su vida social, en forma exagerada. Todas reacciones con las que se intenta aturdir, muchas veces inconscientemente, para paliar la situación que no se soporta y para mitigar la falta de desafíos que implica la actividad competitiva”.

No les enseñan a prepararse para ese momento que tarde o temprano llegará. “La adaptación a la nueva vida se transitará mejor cuando se cuente con apoyo familiar y social, con alternativas ocupacionales y con una buena planificación previa al retiro”. Es por ello que no basta con crear sólo “buenos deportistas”, sino también “personas con recursos psicológicos saludables e intelectuales adecuados para la vida después de la carrera deportiva”.

Los casos más difíciles se producen en personas que “abandonan todo por su deporte, desde los estudios hasta la vida social”. Y es que, aunque en ocasiones nos duela, debemos hacer caso a la famosa frase que todas madres nos han dicho alguna vez en la vida: estudia y lábrate un futuro.

Estudiar, trabajar de sus estudios, en empresas o continuar ligado al deporte son alternativas

Según explica el COE “el hecho de tener estudios que permitan una reinserción laboral o la posibilidad de retomarlos, permite una proyección a futuro, dentro del mismo ámbito deportivo o fuera de él”.

En este asunto también hace hincapié López Varas. “La carrera después depende mucho de cuantos ingresos hayan tenido. Si son deportistas profesionales que han llegado a la élite y que además estén en un deporte que les haya permitido generar tantos ingresos como para poder haber hecho inversiones, prepararse ese futuro. Aunque depende también de la preparación que hayan tenido. Si han aprendido idiomas, si han tenido una carrera dual y han hecho algún tipo de formación superior o formación técnica”

Un momento de transición

Su carrera deportiva termina muy pronto. Cada vez más les ayudan a concienciarse que no pueden vivir toda la vida como deportistas y les apoyan para buscar una nueva forma de vida.

“Nosotros, desde el plano más académico, tenemos estudiantes que están en la élite del deporte”, expresa López Varas y añade que, sin embargo, “es difícil” de hacer. Aquí, el decano de la Universidad Europea de Madrid hace una doble distinción. “En los deportes minoritarios, los deportistas saben que se tienen que formar. En deportes como el fútbol no siempre es así. Un futbolista de 17 años puede estar ganando millones de euros y o la familia, el equipo y los técnicos lo tienen claro o es más difícil de educar en el futuro. Es verdad que en ese momento su máxima prioridad es rendir al máximo nivel para tratar de jugar en el mejor equipo posible y de no lesionarte. Nosotros trabajamos con todos los posibles deportistas y hemos tenido de todo en la universidad, desde futbolistas a nadadores, atletas… donde realmente hay que educar es en el círculo que rodea al deportista”.

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Sin embargo, en los últimos años sí se está viendo “una conciencia clara para ayudar al deportista, a su entorno, en el después”. Y es que estudiar y practicar un deporte a nivel profesional “es completamente compatible”, además de “adecuado”, destaca Varas. Sobre ello, insiste en la importancia de que el deportista sepa “gestionar, asesorarse y rodearse de gente que le pueda asesorar donde invertir”.

Estudiar y vivir del deporte

Aunque hay infinidad de casos, muchos de los grandes deportistas se han labrado un futuro antes de convertirse en una estrella, durante o después de abandonar su carrera deportiva.

Estudios universitarios, continuar relacionado con el deporte o dedicarse a otros asuntos son algunas de las salidas que cogieron. Ahora bien, muchos de ellos se han decantado por la educación superior.

La carrera universitaria les permitió, en ocasiones, continuar ligado al deporte. Es el caso de Pirri, el exjugador del Real Madrid, que gracias a terminar sus estudios de medicina se convirtió en el médico del equipo blanco.

Pero no es el único caso. La campeona olímpica y ganadora de siete Grand Slams, Venus Williams, no dejó de lado sus estudios. La tenista norteamericana sacó el tiempo necesario entre torneo y torneo para obtener el título de diseño de moda por el Instituto de Arte de Fort Lauderdale, en Florida. Actualmente tiene su propia línea de ropa: Eleven by Venus, con diseños originales y cómodos de ropa casual y deportiva.

Iniesta, Mata y Pirri son deportistas con carrera universitaria

Hay otros deportistas que, por sus estudios, también podrían continuar vinculados al deporte que practican. Es el ejemplo de Oliver Torres (Atlético de Madrid), Coke (Sevilla) o Juan Mata (Manchester United), quienes estudian o han finalizado la carrera de periodismo. Este último comparte titulación con el rey del fútbol español, Andrés Iniesta. Ambos han estudiado INEF.

Y es que sus estudios no tiene por qué separarles del deporte. Varas añade que“en ningún caso tienen por qué desvincularse del deporte. Pueden ser directivos, técnicos… Que es completamente compatible estudiando (en el nivel que sea) y compatibilizarlo con el deporte”.

El Consejo Superior de Deportes y el Comité Olímpico Español son conscientes de ello y tienen programas para que deportistas comiencen “ese camino hacia una vida fuera de la práctica del deporte”.

Sin embargo, no todos continuaron ligados al mundo del deporte. Lo ex jugadores del Real Madrid, Hugo Sanchez y Pablo Alfaro, son odontólogo y ginecólogo, respectivamente. Por su parte, Shaka Hislop, arquero en el FC Dallas de la Major League Soccer, trabaja como interino en la NASA después de finalizar sus estudios de ingeniería mecánica.

Deportista y empresario

El mundo empresarial es otra de las salidas más demandadas por los deportistas y exdeportistas. Algunos de ellos ya han empezado la carrera. El ex guardameta de la selección española, Iker Casilla, tiene tres empresas a su nombre. Se trata de Ikerfer 1981, que explota derechos de imagen y tiene un capital social de 1,7 millones de euros; y Casillas Futbol & Marketing y Casillas World, ambas dedicadas a la representación e intermediación de profesionales.

Siguiendo en el equipo blanco, Cristiano Ronaldo cuenta con cinco marcas de ropa CR7; CR7 Drinks y la empresa Dutton Invest, con un capital social de 3.000 euros y dedicada a la explotación de cualquier tipo de aeronaves.

El gran rival del Real Madrid, el FC Barcelona, también cuenta con jugadores empresarios. Su gran estrella, Leo Messi, tiene también cinco marcas de ropa; y la empresa Leo Messi Management, dedicada al asesoramiento e intermediación en material de patrocinio, publicidad y explotación de derechos de imagen, de la cual es administrador único y tiene un capital social de 3.100 euros. Antes de eso, contaba con otra sociedad a mayores que cerró en 2014. Se trata de Limecu España, que tenía un capital social de 21,5 millones de euros y se dedicaba a promoción inmobiliaria.

Y es que, con una carrera de tan corta duración los deportistas tienen que buscar una nueva forma de vivir en el momento en que se retiren. Las opciones son múltiples y los que no compaginan sus estudios con practicar el deporte lo hacen después, o buscan alternativas empresariales. Los que se desvinculan de este mundo también tienen un hueco en las empresas. Es más, su contratación “es una manera de generar valor dentro de la empresa”, argumenta López Varas, porque “el deportista cuando acaba su carrera profesional, es un trabajador que tiene unas competencias profesionales por encima de la media, las cuales ha adquirido en esa carrera de alto nivel, y que son trasladables al mundo de la empresa, como pueden ser el esfuerzo, el trabajo en equipo, el poder de liderazgo”.