Así conquista Ikea a los clientes

Ikea es la cadena de venta de muebles para el hogar por excelencia. Desde que llegó a España hace 20 años sus ingresos no pararon de crecer. Así lo demuestran sus últimos resultados. El pasado año la empresa de origen sueco obtuvo un beneficio neto de 121 millones de euros, un 55% más que el año anterior y batió récord de ventas al alcanzar los 1.385 millones de euros, ocho puntos por encima respecto a 2015.

Su crecimiento se produjo en todos los aspectos. Atrás quedaron los años en los que muchas familias alquilaban un camión para viajar a Madrid en busca de muebles bonitos y baratos para amueblar sus viviendas. Del único ‘almacén’ de compraventa de todo tipo de mobiliario, 20 años después cuenta con 17 establecimientos.

Y es que cada vez son más las personas que se echan a los brazos del encanto Ikea. Las razones son varias. La primera de ellas es, indudablemente, el precio. Las familias se ahorran una importante suma de dinero al amueblar sus viviendas con los innumerables modelos y propuestas que ofrece.

Los precios bajos son la piedra angular de la empresa

Como bien dice la empresa sueca, “los precios bajos son la piedra angular de la visión, la idea de negocio y el concepto IKEA”. Y es que esta es la principal causa del furor de la empresa. Como bien dice, su intención fue – y sigue siendo – que “los precios bajos hagan que todo el mundo pueda acceder a productos para la decoración del hogar con buen diseño y funcionalidad”.

La cadena sabe explicar bien este punto y menciona su “obsesión por rebajar los precios” en diferentes situaciones para que “más personas puedan disfrutar de un mejor día a día”.

Menos es más

Esta rebaja constante en sus precios, como ocurre con el armario PAX, permite a los compradores incluir más productos a su carro.

Su filosofía es sencilla, cuantas más ventas haga se puede permitir una mayor rebaja en los precios. “Al vender más, podemos bajar todavía más el precio y, por lo tanto, hay más personas que compran”. Pero la mentalidad y la intención se trasladan también a los clientes. Y es que bajando el precio de sus productos pueden “ayudar a más gente a ahorrar dinero para que lo destinen a otras cosas importantes de la vida”. Un ejemplo de ello es que durante el pasado año Ikea rebajó un 1,8% el precio de sus productos, lo cual ha contribuido a alcanzar la cifra récord de ventas y los 40,4 millones de visitantes en tiendas y los 95,8 millones en su página web.

Muebles para unos años

Ahora bien, para explicar el amor por Ikea hay que echar un vistazo al pasado. El cambio de actitud de los españoles a lo largo de los años y los efectos que ha provocado la crisis en la sociedad son dos argumentos que han jugado a favor de la compañía.

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La forma de pensar de las nuevas generaciones no tiene nada que ver con la mentalidad de sus padres o abuelos. Esa diferencia se aprecia también en la forma de vida. No es casualidad que en las casas de los más mayores de las familias se encuentren muebles que llevan ahí 50 años. Pero lo más curioso es que esos muebles, en la mayoría de ocasiones, están como el primer día.

Y es que los más mayores amueblaban sus viviendas con la intención de que fuesen para toda la vida. Además, estos muebles, en la mayoría de ocasiones, llegaban a sus vidas en forma de regalos de boda.

El para toda la vida no es algo que, en muchos aspectos, esté presente en la vida de los más jóvenes. Siguen el popular dicho “renovarse o morir”. Es por ello que no contemplan el gastarse una importante cantidad de dinero en algo que querrán cambiar de aquí a unos años.

Pero la crisis económica de los últimos años también ha aportado su granito de arena al avance económico de Ikea. Los más de 5 millones de parados que llegaron a contabilizarse durante la crisis vieron en la cadena sueca una salida a sus necesidades mobiliarias. Mesas, sillas, colchas para la cama o cualquier utensilio del hogar podría encontrarse en sus grandes naves a un precio muy reducido comparado con los tradicionales comercios. Y también electrodomésticos low cost.

El pasado año rebajó un 1,8% el precio de sus productos

Un poco de aquí, de allá y casa amueblada

Es una estrategia de marketing, sí. Ikea tiene su nave preparada para que pases por todos los rincones y acabes picando un poco de aquí y otro poco de allá. Cocina, salón, dormitorio… y cuando te has dado cuenta te has llevado hasta los cuadros y las plantas que piensas poner.

Y es que Ikea nos permite pasar en una simple tarde de tener una casa completamente vacía a una amueblada. Ofrece todo tipo de productos y para todos los gustos. Hasta la manta del sofá.

Ikea pone a sus productos el nombre de típicas búsquedas de Google

En su enorme almacén se encuentran todos los productos, salvo alguna excepción que se encuentre agotada en ese momento. Sólo hay que coger el mueble plegado, pagarlo y meterlo en el coche. Eso sí, al llegar a casa toca el divertidísimo proceso de montaje.

Cuida el medioambiente

En su objetivo de crear “un mejor día a día para la mayoría de las personas” Ikea hace todo lo que esté de su mano para “crear un mundo más respetuoso con el medio ambiente, los recursos del planeta y las personas”.

Todos los productos de Ikea pasan “por muchas fases desde que se diseña hasta que el cliente ya no lo quiere utilizar más”. Es un ciclo de vida en el que realizan continuas mejoras en los productos. Además, añade cada una de esas mejoras a su Lista sin Fin.

Un ejemplo de ello es su particular y reducido embalaje. Y es que la compañía sueca no diseña los paquetes planos para vender más, sino que lo hace para “ahorrar costes” y poder ofrecer así los precios más bajos a los clientes”. Pero esta no es la única razón. “Los paquetes planos permiten optimizar la carga y minimizar el transporte de los productos y, en consecuencia, reducir las emisiones”.

Por otra parte, los embalajes que utilizan son “fabricados con la mínima cantidad de material”. Sin embargo, la cosa no termina aquí. Estar envuelto en cajas de cartón tiene un por qué, es un material que “se puede reciclar”. Además, “ahorra costes, respeta el medio ambiente” y todo eso en conjunto contribuye a “ofrecer precios bajos” a los clientes.

El 47% de la energía que utiliza es renovable

Sus muebles también contribuyen a la sostenibilidad medioambiental. Y es que Ikea no acepta “la madera que ha sido talada ilegalmente, ni la que proviene de bosques naturales intactos”. Con ello, quiere conseguir que a largo plazo “toda la madera que se utiliza para los productos Ikea provenga de bosques con certificado de gestión responsable”, razón por la que todos sus productos proviene de bosques con certificado de gestión responsable Forest Stewardship Council (FSC).

Pero esta sostenibilidad no sólo se proyecta en los muebles que fabrica. Ikea también quiere mejorar la eficiencia energética. Sus tiendas consumen un 47% de energía renovable y con sus parques eólicos y sus paneles solares fotovoltaicos ubicados en las cubiertas de sus tiendas y centros logísticos generan un 2% de energía limpia.

La prevención del trabajo infantil, la oferta de productos orgánicos en sus restaurantes y el uso de menos productos químicos en sus tejidos son otras de las políticas medioambientales que sigue la empresa.

Juega con las ideas e imaginación

Ikea también es una lista de ideas de decoración. Durante 2016, Ikea distribuyó 9,9 millones de catálogos. En ellos, los clientes buscan no sólo productos, sino también ideas para amueblar sus casas y comprar todo de una vez.

Y es que no es lo mismo ver un salón amueblado que ver un sofá sin nada más. En la primera de las opciones el mismo sofá llama más la atención.

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Pero Ikea también juega con la imaginación. Intenta atraer al público utilizando todo tipo de recursos. Uno de ellos es el famoso wc con las escobillas alrededor, simulando el trono de la serie Juego de Tronos.

Y es que el amor por Ikea es infinito. Sus precios, sus ideas y sus compromisos por el medioambiente son las causas por las que la cadena sueca siga incrementando año tras año sus ventas. Y parece que así lo seguirá haciendo, rebajando el precio de sus productos cada vez más como reclamo para que el presupuesto de sus clientes les permita comparar más y más cosas.