Iberdrola ha rendido cuentas y sus resultados arrojan pocas luces y muchas sombras en el primer trimestre del año. La nota positiva la han protagonizado sus ingresos que se incrementan un 1,3% y se sitúan en los 8.289,5 millones de euros. Una mejora que no ha servido para lograr momento positivo tanto en beneficio operativo (ebitda) como en beneficio neto puesto que el primero se reduce un 8,2% (alcanza 1.861,6 millones) y el segundo lo hace en un 4,7% y se sitúa en 827,6 millones de euros.
En esta caída de los beneficios no se podrá aludir a los tipos de cambio puesto que el dólar y el real brasileño han compensado la depreciación que ha experimentado la libra (tal y como señala la compañía), a lo que hay que sumar los 255 millones que ha reportado la fusión de Gamesa con Siemens y que incluye los 198 millones de euros del dividendo extraordinario de la fusión y que son considerados como caja por la compañía.
La fusión de gamesa con siemens reporta 255 millones a Iberdrola
Entre los motivos de la negativa evolución del ebitda la compañía aduce la menor producción de renovables frente a un 2016 especialmente alto y la negativa evolución de la partida de generación y comercial liberalizado debido tanto a España como a Reino Unido, penalizado este último por unos menores precios, menor producción (cierre Longannet) y mayores costes regulatorios.
En cuanto al endeudamiento, los tres primeros meses del año tampoco son positivos puesto que la deuda neta se ha incrementado en 350 millones y asciende hasta los 29.760 millones de euros (sin incuir el dividendo de Gamesa). Por tanto, su apalancamiento medido como deuda neta / ebitda se sitúa en las 3,89 veces. Del total del montante, la compañía no se encontraría presionada en los próximos años por su vencimiento puesto que el grueso de la misma es a partir del año 2022 cuando vencerían un total de 16.759 millones (56% del total) mientras que este año únicamente hará frente al pago de 1.718 millones.
Iberdrola recupera el dividendo en efectivo
El consejo de administración ha aprobado la ejecución en julio del programa “Dividendo flexible” de 0,145 euros por acción más 0,03 euros por acción en efectivo para alcanzar una retribución anual al accionista de 0,31 euros, lo que supone un incremento del 11%. Además, realizará recompra de acciones para mantener el número de acciones y así evitar la dilución al accionista.
La novedad es que la compañía, una de las pioneras en instaurar el scrip dividend, ofrecerá la posibilidad de cobrarlo en efectivo debido a la demanda de los inversores institucionales (fondos de inversión, principalmente) por lo que sustituye la venta de derechos a Iberdrola a precio garantizado. Aun así, Iberdrola mantendrá la posibilidad de cobrarlo en acciones y los dos periodos de pago: complementario y a cuenta. En la parte inferior, se detalla el calendario para el pago de dividendo.