Seguro que tienes algún amigo –si no eres tú mismo- que se reconoce auténtico seguidor de Los Documentales de La 2. Vamos, que ni Gran Hermano, ni Supervivientes, ni Sálvame. A tenor de lo que uno escucha, la cadena cultural de la Radio Televisión Pública debería ser líder de audiencia. Sin embargo, su share refleja justo lo contrario. Con un 2,6%, estamos ante una cadena de minorías, que cumple con uno de los puntos esenciales del Servicio Público de RTVE: la difusión de la cultura.
Papel esencial en ello juegan los documentales. La mayor parte de ellos son comprados a productoras internacionales; aunque también hay varios que son producidos por la propia RTVE. Sin embargo, y según el último informe de auditoría de la Intervención Delegada de Hacienda al que ha tenido acceso Merca2, existen serios errores en los planteamientos de inversión. Sobre todo porque, como denuncian desde USO, “existe una falta de correspondencia entre lo que se invierte y las audiencias que se obtienen”.
El informe detalla, por ejemplo, la emisión del documental 1980, dirigido por Iñaki Arteta, en el que se hace un repaso por uno de los años más duros de ETA. En él se invirtieron 50.000 euros; fue estrenado el 12 de marzo de 2015, y obtuvo una audiencia de 280.000 personas. Sin embargo, encontramos producciones como Goodbye america, en el que se repasa la vida del actor Al Lewis, y que costó 210.000 euros. ¿Su audiencia? Apenas 48.000 televidentes.
El caso más sangrante es el de un documental en el que se repasa la trayectoria del grupo musical El Canto del Loco. Grabado en 2010, se emitió el 11 de enero de 2015; apenas semanas antes de que la banda anunciara su disolución. Una inversión de 1,2 millones de euros que estuvo guardada en el cajón durante cinco años y que –el día de su emisión- obtuvo tan sólo 60.000 espectadores. Es decir, menos de la media que obtienen este tipo de programas en La2. Y no sólo eso, es que el coste por espectador es diez veces mayor al del resto de documentales. Se situó en 20,17 euros; cuando la media no llega a los dos euros y medio.
Desde USO denuncian, además, que este documental fue emitido tan sólo días antes de que terminara el contrato de emisión. Es decir, que ya no se pudo volver a ver más en RTVE porque se acabaron los derechos. De hecho, el sindicato asegura que no es la primera vez que ocurre una situación similar a esta. Una práctica que es bastante más habitual de lo que puede parecer.
Una práctica muy habitual: guardar producciones en los cajones
¿Por qué RTVE guarda en el cajón productos comprados? Fundamentalmente por motivos económicos. Se ve de forma clara con un ejemplo: si RTVE compra por 20.000 euros un documental este 2017; el cómputo de gasto no se realiza hasta que se emite. De ahí el que muchas de las producciones queden acumulando polvo a la espera de una época de bonanza en las arcas del erario público.
Eso es, por ejemplo, lo ocurrido con El Señor de Sipan, en el que se recrea la vida de una civilización en Perú en el Siglo III. ¿Su coste? 500.000 euros, entregada en 2009 a RTVE; guardada en el cajón desde entonces, y emitida seis años más tarde. ¿Su audiencia? 220.000 espectadores. Esta sí resultó un poco más rentable para las arcas públicas.
«RTVE vive su peor época de manipulación informativa»
Ahora bien, el dispendio no es exclusivo de los documentales. El Informe de Auditoría revela también cómo las inversiones hechas en cine español tampoco reflejan un acierto a la hora de seleccionar los títulos. Se apunta, por ejemplo, a la película Condón Express, una película por cuyos derechos de emisión se pagaron 726.000 euros; una película que logró recaudar tan sólo 24 euros en las salas de cine.