En la ciudad de Nueva York, corría el año 1983 y Donald Trump acababa de cerrar un par de acuerdos exitosos en la Gran Manzana: The Grand Hyatt y la Tower Trump ondeaban ya orgullosos en el skyline neoyorquino. Unos lucrosos negocios que le habían convertido en uno de los empresarios más importantes de la capital del mundo, por aquel entonces, y una de las caras más reconocibles del renacimiento de la metrópoli.
Sin embargo, y a pesar del estado de euforia que se vivía dentro de la Trump Corporation, el ahora presidente de Estados Unidos estaba a punto de sufrir uno de los primeros reveses empresariales de su vida. La apuesta era arriesgada, pero de haber salido bien, Donald habría ganado mucho más de lo que perdió. Aunque tras los sucesos se le recuerda como el principal responsable de que desapareciese la USFL.
En definitiva, el primer movimiento de Trump fuera del negocio inmobiliario fue bastante llamativo: adquirió un equipo de fútbol de la United States Footbal League, USFL -una liga alternativa a la NFL-. La venta final se cerró por nueve millones de dólares y el equipo elegido fue el de los New Jersey Generals. El magnate se vio seducido por una nueva competición que nacía de las manos de David Dixon, para ofrecer más partidos -en primavera y verano- a los aficionados al football del país norteamericano.
En cualquier caso, Trump estuvo al frente del equipo durante algo más de tres años -tiempo en los que el balón ovalado rodaba por los terrenos de juego del país–. Una época convulsa y en el que el magnate empezó esa especie de relación de amor-odio que tiene con la liga Nacional -NFL-.
Desde luego, estamos ante un personaje histórico con grandes miras, por lo que no es de extrañar que buscara que la nueva competición de fútbol americano en Estados Unidos triunfará por encima de cualquier otra liga del estilo. Se decidió a encabezar en este sentido -junto al resto de equipos de la USFL– una demanda contra la NFL por monopolizar el mercado de este deporte en Estados Unidos.
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El propietario de la nueva franquicia deportiva consideraba que su equipo no debía jugar sus partidos en primavera, lo cual dañaba -supuestamente- los índices de audiencia de toda la competición, por lo que acusó directamente de prácticas monopolísiticas a la NFL. “Si Dios quisiese fútbol en primavera, no hubiese inventado el béisbol”, fue una de las frases más célebres que pronunció por aquel entonces.
Aunque es cierto que tuvo algún tipo de oposición, encabezada por el dueño de los Tampa Bay Bandits, John Bassett, esta finalmente se fue apagando junto a la salud del mismo, ya que comenzó una dura lucha contra el cáncer.
“Si Dios quisiese fútbol en primavera, no hubiese inventado el béisbol”
Una vez convencidos el resto de los propietarios -para jurar lealtad y luchar por su causa-, el caso fue llevado ante la justicia norteamericana en la primavera de 1986 y, aunque el poder judicial dio la razón a la USFL, el resultado no fue el esperado para el actual presidente de Estados Unidos -y el resto de dueños-.
Junto a este movimiento, el que, a día de hoy, se ha convertido en el segundo hombre más poderoso del mundo -según la revista Forbes– también logró que el resto de directivos votarán por comenzar la temporada de 1986 en otoño, para hacer frente a la NFL. En cualquier caso, la sentencia del juicio terminó de hundir esta competición, aunque con ella buscaban persuadir a las grandes cadenas de televisión de ofrecer contratos a la liga nacional.
How Donald Trump destroyed a football league
Aunque el golpe de efecto que buscaba Trump -como resultado final- era que ambas competiciones se fusionaran, o al menos una indemnización que debía superar los 1,69 mil millones de dólares que sanearan el estado de salud de alguno de los equipos arruinados que por aquel entonces conformaban esta liga.
La realidad: un duro golpe para la competición -que como bien se ha adelantado ya sufría problemas económicos- con tres dólares con 76 céntimos como compensación de sentencia. Finalmente, la USFL terminó por desaparecer y la temporada correspondiente al año 1987 no llegó nunca a jugarse.
A pesar del resultado final, de llegar a buen puerto las intenciones de Trump, lo cierto es que la historia habría sido bien distinta. Una maniobra arriesgada, sí, pero que podría haber supuesto una tabla de salvación para la USFL y un cambio radical en la liga nacional.
La United States Football League
La USFL fue una liga profesional de fútbol americano que se celebró durante tres años en la década de los años 80′ -entre 1983 y 1985-. A pesar de su breve existencia, la calidad de la misma tuvo gran impacto en la NFL, que ha sido finalmente la liga que se ha establecido como la más fuerte a lo largo de los años.
El creador de esta competición fue David Dixon, que quiso crear un campeonato que no estuviera marcado por las férreas normas a la que estaba suscrita la liga nacional y, por otro lado, que se celebrara coincidiendo con el buen tiempo de primavera y verano. Para ello, estudió el caso de otras dos grandes competiciones que, a lo largo de la historia, han hecho frente al campeonato que hoy en día ha triunfado: la American Football League y la WFL.
Se podría decir que Trump quiso acabar con parte de ese espíritu fundacional de Dixon, ya que el nuevo presidente de los Estados Unidos de América llegó a considerar la USFL en primavera con el apelativo de small potatoe.