Aston Martin y Dom Pérignon, el dúo más sublime

¿Sabéis qué pasa cuando se junta el lujo de uno de los coches más elegantes del mundo con la exclusividad del champagne más glamuroso? En ese caso se abren las puertas a la perfección, la tecnología, el estilo y la elegancia británica, adjectivos asociados a Aston Martin, un símbolo de sofisticación en el mundo de los automóviles, al igual que Dom Pérignon, el champagne insignia del gigante minorista del lujo LVMH.

Todos asociamos James Bond a Bollinger, pero en esta ocasión Dom Pérignon, un icono en la historia del champagne, se ha adelantado a Bollinger tras asociarse con Aston Martin para incluir en su maletero algunas botellas del mítico espumoso.

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Cuando el dinero no es un problema la creatividad permite abrir el maletero personalizado del Aston Martin Rapide S, y que aparezca un cofre de cuero artesanal hecho a medida y desmontable con tres botellas Dom Pérignon Deuxième Plénitude. Burbujas a 6 atmósferas de presión son el único equipaje que te hará falta y que estará a tu disposición si decides comprar un coche como este.

Dieciséis años de colaboración han sido suficientes para matizar el acierto de un distribuidor milanés de Aston Martin que tuvo la idea de acercar ambas marcas de lujo. Un dúo compuesto por un motor AM29 de V12 y 560 caballos que agitarán tres botellas de Dom Pérignon Deuxième Plénitude vintage 1998 a una velocidad de 0 a 100 km/h en tan solo 4,4 segundos hasta alcanzar una velocidad de 425 km/h. El motor Rapide es el más avanzado tecnológicamente y más potente que la marca ha construido.

Por otro lado, Dom Pérignon Deuxième Plénitude es un coupage de 55% Chardonnay y 45% Pinot Noir, hecho solamente en los años con mejores cosechas. La presente cuvée añada 1998 es el primero de la serie de la segunda Plenitud llamado, coloquialmente por el personal de la Maison, P2 y etiquetado como tal en el cuello de la botella.

Para lograr tal superioridad, el vino pasa por una sutil metamorfosis y alcanza tres fases de expresión llamadas «Plénitudes«, que serían los momentos donde el vino podríamos decir «canta más alto». Una vez alcanzada la primera Plenitud, un número muy limitado de botellas continuará su maduración en las lías aún más tiempo, proceso conocido como la segunda Plénitude, en la cual el vino se vuelve «más expansivo». Dom Pérignon P2 sería como el momento de mayor energía, metafóricamente podríamos definirlo como que está en alta definición.

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Al arrancar el Rapide S las burbujas se ponen en movimiento en un coche, cuyo carácter es la mezcla de suntuoso lujo, refinamiento y elegante comodidad británica. Un coche verdaderamente único dentro de la historia del automóvil que inició con el nombre Bamford & Martin Ltd marca fundada en 1913 por Robert Bamford y Lionel Martin quienes convirtieron la compañía en una marca icónica sinónimo de lujo y elegancia. En 1914 vio el nacimiento del nombre Aston Martin después de una de las carreras exitosas de Lionel Martin en el Aston Hill Climb en Buckinghamshire, Inglaterra.

Dos marcas de éxito: Aston Martin un coche espectacular que resiste la prueba de velocidad y Dom Pérignon un espumoso cuyo máximo objetivo es resistir la prueba del tiempo. Bajo la Avenue du Champagne en Épernay os esperan algunas botellas de P2 1998 que todavía descansan sobre sus lías. Sublime y emocionante será el brindis final que te tienen preparado dos clásicos con mucha clase.