¿Quién no ha se ha sentido alguna vez acosado por las teleoperadoras más tarde de 22:00?
– Es usted el Sr. X “¿si?
Le sueles responder con desgana, ya que estabas en el sofá de casa viendo la televisión o aquel libro que hace un mes que comenzaste y no hay manera de terminar…
– Sí yo mismo…
Todavía no has terminado la frase y pisándote las palabras la diligente teleoperadora te dice:
– Mire que le llamamos de la compañía de telefonía Xtel, “¿sí?”
Entras en cólera, porque no son horas, y como eres una persona con buena educación, le intentas hacer entender que no estás interesado en su oferta y menos a esas horas… Si estás de suerte, es posible, que la señorita o el señor, te deje tranquilo; pero como sea una persona desagradable y mal educada, puedes encontrarte con que, incluso, seas víctima de una agresión vía telefónica.
Esto no solo sucede en España, es común a todos los países. En los Estados Unidos, ha aparecido un técnico en telecomunicaciones, oriundo de los Ángeles y llamado Roger Anderson, que en su tiempo libre y con ayuda de su hijo pequeño ha ideado el robot Jolly Roger para desesperar a las teleoperadoras.
Gracias al sistema las llamadas son transferidas al robot Jolly Roger Telephone Co. que gestionará la conversación, intentando entender tanto como sea posible a las teleoperadoras, respondiéndoles a sus demandas y alargando al máximo la conversación para hacerles perder el tiempo. A parte también se pretende evitar las posibles estafas a las personas mayores.
El robot fue ideado por Anderson después de la experiencia con una teleoperadora, que tras haber llamado fuera de horas, la pasó con su hijo pequeño, por aquel entonces un bebé, que consiguió desesperar a la mujer.
El robot, inteligencia artificial, discrimina los patrones del habla y los tipos de conversación, por lo que le es posible monitorizar lo que la teleoperadora le está diciendo, intentando mantener en línea el mayor tiempo posible a la susodicha teletrabajadora.
Por lo general el robot tiende a bromear un poco. Según dice Anderson, según como empiece la conversación, el robot puede decir: “Acabo de levantarme de la siesta y me he tomado mis medicinas; ahora me siento francamente groggy. ¿Puede repetir lo que estabas diciendo, pero con un poco más despacito?” Según le dé, interrumpe a su interlocutor para preguntarle: “¿Tomas café?”, o “Tu voz me recuerda a un compañero que tenía en el instituto”.
La idea es mantener a la teleoperadora en línea el mayor tiempo posible. Cuanto más larga sea la conversación, más excéntrico se vuelve el robot. En una secuencia, el robot le dijo a la teleoperadora que una abeja se le había posado en el brazo y le pidió que continuara hablando mientras intentaba asustar al insecto.
Viendo que esto funcionaba bien, Anderson lo ha puesto a disposición de las personas que lo puedan necesitar.
El sistema funciona tanto en teléfonos fijos (que tengan posibilidad de hacer una llamada a tres) como en móviles. Para que se active el sistema del robot, es bien simple, hay que agregar el número de teléfono 214-666-4321 a tu libreta de direcciones (recuerda que este es un número de Nueva York, Estados Unidos). Y la próxima vez que recibas una llamada de una teleoperadora, para ofrecerte aquello que no te interesa para nada, la comunicación será desviada al robot.
La Comisión Federal de Comercio, de EEUU, dijo que en 2015 recibió 3,6 millones de quejas sobre llamadas de teleoperadoras no deseadas. Y la Asociación Nacional de Procuradores Generales, también de EEUU, afirma que millones de compatriotas son estafados cada año por teleoperadoras ilícitas.
El éxito en EEUU ha sido enorme. Después de que Gizmodo, blog americano sobre tecnología, escribiera sobre Jolly Roger Telephone Co., el número del robot ha aumentado su demanda y en un mes se realizaron más de 70.000 llamadas, durando estas más de tres o cuatro minutos.
Recientemente apareció una que duró unos 22 minutos en la que el robot se dedicó a ir respondiendo “sí” a todo lo que se le preguntaba, al final, la teleoperadora consiguió hablarle de todas las ofertas de fibra óptica, paquete de deportes, series, cine, canales de deportes sin darse cuenta que estaba hablando con una máquina.
Realmente, es un invento, con un gran sentido del humor…