En la primavera pasada se habló de la entrada en el mercado del sistema de almacenamiento Powerwall, un producto de Tesla Energy creado por el físico, inventor y emprendedor Elon Musk. Este sistema de almacenamiento ha sido ampliamente visto como un paso más hacia la revolución de la energía – a nivel del hogar – que podrá llevarse a cabo en los próximos años, para hacer un corte limpio a las emisiones de gases de efecto invernadero. Pues bien, el Tesla Powerwall se anunció hace más de un año, y a comienzos de 2016, empezó a entrar en los hogares de muchas personas en todo el mundo, los que han invertido su dinero en este innovador sistema de almacenamiento.
Para aquellos que se han perdido, o simplemente, para aquellos que lo hayan olvidado, la Powerwall es una batería de litio que permite a un consumidor acumular electricidad doméstica, generada a través de una instalación, generalmente, de placas fotovoltaicas y utilizarla en el momento más adecuado. El principal problema de la energía producida por los paneles fotovoltaicos, como se sabe, es su disponibilidad en el momento en el que bajan las necesidades eléctricas de una casa, o en pleno día. Con un sistema de almacenamiento, por supuesto, este obstáculo se soluciona: la brecha entre el pico de producción solar y el pico de consumo se elimina, y la explotación de la energía solar se maximiza de este modo, en detrimento de la electricidad clásica, aquella producida por contaminantes combustibles fósiles.
Y llegamos a la experiencia del primer consumidor. En Australia, los primeros en instalar un sistema de almacenamiento Powerwall en su propia casa era Nick Pfitzer. Su familia pagó un total, incluyendo el sistema de batería de 5 kW y fotovoltaica Tesla, la cifra de 16 de mil dólares. Después de seis meses, Pfitzer concedió una entrevista a la cadena ABC de Sydney para dar información útil a todos aquellos consumidores que se planteaban invertir su dinero en un sistema de almacenamiento. Es decir, su experiencia con Powerwall, y pareció ser muy satisfactoria: Pfitzer, de hecho, afirmó que ha reducido en un 90% de su factura de la luz, de un promedio de casi 6 dólares al día a uno de sólo 59 centavos de dólar. Con la instalación de un sistema de este tipo, a continuación, toda la familia ha aprendió a utilizar la energía eléctrica con una mayor conciencia, utilizando en la medida que sea posible, los electrodomésticos con mayor consumo de energía (como los lavavajillas) sólo durante el día.
La explicación sobre Powerwall que hizo Pfitzer no se limitó solo a los aspectos positivos del sistema de almacenamiento. Explicó que el sistema fotovoltaico y la batería no tienen sentido desde una perspectiva puramente financiera, y que «muy probablemente ninguno de ellos se amortizará el sistema antes de que expire la garantía.» La importancia de Powerwall, sin embargo, va mucho más allá de los cálculos puramente económicos. Como indica Pfitzer, de hecho, se trata principalmente de «eliminar el derroche de energía.»
Es necesario hacer hincapié en que el beneficio económico de un sistema de almacenamiento depende, en gran medida, del lugar de la instalación fotovoltaica (exposición al sol, el clima de la región, etc.) y el coste real de la electricidad. Precisamente por esa razón, la instalación de esta tecnología sostenible puede tener más sentido en una región y menos en otra. A pesar de todos estos comentarios, de todos modos, Pfitzer está convencido en recomendar este sistema a cualquier persona «que haya instalado un sistema fotovoltaico y conoce los beneficios de la energía solar, pero, a mí, Powerwall me mostró a un nuevo nivel de sostenibilidad.»
Y así como miles de hogares de todo el mundo están empezando a utilizar este sistema de acumulación, Elon Musk ya ha presentado la segunda versión, que es la Powerwall 2.0. A diferencia de la primera, que está diseñada para pequeños sistemas domésticos (3 a 4,5 kWh), este nuevo modelo está diseñado para una salida continua de 5 kW, con picos de hasta 7 kW. El lugar ideal para su instalación será las residencias de tamaño medio, como un chalet en la sierra o en la playa, y en pequeños comercios. En España este nuevo sistema de almacenamiento estará disponible en el mercado a partir del mes de junio de este año, haciendo ya, desde este momento, su reserva.
El interés de los ciudadanos corrientes por las tecnologías energéticas más limpias poco a poco va aumentando desde el primer día. La lógica llevaría a pensar que, a una clara demanda por parte de los usuarios finales, sería seguida por una acción firme y clara de las administraciones dar luz verde y fomentar estar energías verdes. La realidad parece ser otra, ya que, las administraciones están ejerciendo una enorme resistencia y el compromiso con el desarrollo de los recursos renovables sigue siendo insuficiente.