La contaminación puede reducir la concentración de los niños

La contaminación está a la orden del día, ya lo habéis podido comprobar, y es que las restricciones que se han vivido últimamente en la capital del país no han sido por gusto, no, sino por la polución que encontramos en el aire y que parece que no cesa.

Unos estudios realizados recientemente han demostrado que la contaminación también puede pasar factura a los más pequeños ya que disminuye su capacidad de concentración en un alto porcentaje. En esta investigación, los científicos han descubierto que los alumnos que asistían a colegios con el aire más contaminado no llegaban a desarrollar tanta memoria a largo plazo como otros niños de su edad.

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Pero esto no es todo ya que también se ha confirmado que la memoria a corto plazo de los niños también puede verse afectada por los agentes contaminantes que provienen del tráfico de coches. Este estudio, publicado en la revista científica Epidemiology, ha sido llevado a cabo por científicos del ISGlobal de Barcelona, unos investigadores coordinados por el doctor Jordi Sunyer.

Los expertos realizaron un seguimiento a unos 2.700 menores de entre 7 y 9 años en diferentes colegios de Barcelona, concretamente en 39 instituciones distintas. En este estudio pudieron comprobar que la contaminación que existe en el aire tiene un efecto neurotóxico muy negativo en los niños y que no solo se daña la capacidad cognitiva, sino que también se reduce la capacidad de atención y concentración.

Para desarrollar esta investigación, el grupo de científicos e investigadores realizaron visitas de forma trimestral a los colegios seleccionados. Allí sometían a los menores de edad a varios tipos de exámenes psicométricos por ordenador. Además, también les hicieron resonancias magnéticas para poder compararlas con las mediciones que se hacen a diario de los niveles de dióxido de nitrógeno y del carbono elemental en el interior y en el exterior de las aulas seleccionadas.

Los efectos negativos de la contaminación no afectan solo a la memoria a corto plazo, sino también a largo plazo.

Tras estas pequeñas pruebas realizadas se confirmó que, efectivamente, la contaminación reduce la capacidad de concentración y de atención en los niños, especialmente la contaminación que proviene de vehículos diésel. Es cierto que Sunyer afirma que las diferentes entre un día y otro son bastante sutiles pero que, aún así, se sigue notando el cambio en los niños cuando la contaminación en el ambiente es un poco más elevada.

Se seguirá investigando este efecto para poder explicar cuál será el resultado final de esta situación ya que aún tienen que analizar la capacidad de atención y de aprendizaje en estos niños dentro de algún tiempo. De esta forma se podrán dar los resultados a largo plazo.

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Pero la cosa no termina aquí y el proyecto Breathe, que es como se ha denominado, seguirá avanzando y estudiando la contaminación a diferentes edades. En estos momentos parece que se empezará a investigar en niños aún más pequeños que se encuentren en edad prenatal ya que es aquí donde se produce el mayor cambio en cuanto al crecimiento del ser humano.

Aún queda un tiempo para poder ver los resultados de este estudio pero, por lo que parece, no serán nada favorables para la concentración, el aprendizaje y la atención. ¿Qué opináis vosotros?