‘Government Leaks’: de la pantalla de plasma al globo sonda

En poco más de un año el Gobierno de Rajoy ha pasado de utilizar por definición la táctica de la pantalla de plasma en su Comunicación a reeditar el famoso globo sonda que puso de moda en la época de Aznar su Dircom y portavoz, Miguel Ángel Rodríguez. Semejante pirueta política solo ha sido posible porque en este tiempo ha habido dos elecciones y en ambas la mayoría absoluta de que disponía se ha quedado en una mayoría simple o minoría mayoritaria.

Si hace 20 años Rodríguez anunciaba un día a bombo y platillo una cosa para al día siguiente plantear la contraria o incluso negar que lo hubiese anunciado, hoy la ministra de Sanidad y Servicios Sociales, Dolors Montserrat, hace lo propio a cuenta, en este caso, del copago farmacéutico de los pensionistas, aunque la cosa empezó antes de Navidad con el pago -también- por parte de los padres de menores alcoholizados de multas como corresponsables.

mar_560x280Los ingleses lo llaman ‘trial balloon’ o un intencionado ‘news leak’, nosotros lo podemos rebautizar como ‘Government leaks’, el propio gobierno haciendo de filtrador o anunciador de noticias que no se sabe si son verdaderas o falsas. ¿Para qué sirve? Para intentar evaluar el grado de apoyo de la opinión pública o de los socios parlamentarios y ver la reacción a una medida casi siempre impopular y que modifica el ‘statu quo’ de las cosas, en nuestro ejemplo las tasas y los impuestos. Por algo los norteamericanos utilizan la expresión ‘izar la bandera y ver quién saluda’.

El problema es que, como ocurre con quien siempre hace la misma broma gritando por los pasillos ‘¡fuego, fuego!’, al final nadie se lo cree cuando resulta ser verdad y, lo más importante, el dirigente de turno corre el peligro de ‘quemarse’ a lo bonzo en la plaza pública de los medios de comunicación y las redes sociales y acabar siendo más un ‘portacoz’ que un portavoz. ¿Por qué? Porque pierde credibilidad, una de las principales bases de la reputación, del prestigio que todo político necesita para lograr el respaldo a sus propuestas y para continuar su carrera.

La credibilidad debe ser la clave

Solo partiendo de ese puntal, la credibilidad, es posible construir un proyecto serio que permita recabar los votos necesarios en el parlamento y en las urnas. Las rectificaciones constantes dan la impresión de improvisación y falta de rumbo, provocando inseguridad y una palabra fatal -excepto que se represente a la oposición- cuando hablamos de política: desconfianza.

En la gestión reputacional hablamos de dos caras de la reputación de un líder o de una organización: una reputación de carácter (de personalidad) y una reputación de competencia (de capacidad). En este caso el camino que se logra recorrer en sentido negativo -el ejemplo de MAR, no solo por los globos sonda, pero también- es el inverso, es decir, por culpa del mal uso de los globos sonda se empieza dando la impresión de falta de capacidad y se acaba dando la impresión de ser culpable de todo, de caer mal.

El Gobierno ha pasado del plasma al globo sonda

En reputación, ser inocente o culpable de entrada a juicio de la opinión pública lo es todo, ya saben aquello de ‘nunca tendrás una segunda oportunidad de dar una primera buena impresión’, por tanto, darse a conocer -la ministra es una desconocida para un 40% de los ciudadanos según las últimas encuestas y es la peor valorada del Gobierno -la cartera pesa, sin duda, pero no solo es eso-, solo por delante de Montoro y Cospedal, lo cual tampoco es un consuelo.

Empezar una nueva legislatura como la inició Aznar en 1996 es una forma como cualquier otra de hacerlo en unas condiciones con ciertas similitudes (si bien es cierto que entonces el Congreso era más bipolar y hoy sigue una geometría más variable), pero también es una manera de acabar esa etapa de los dos primeros años como finalizó entonces, sin grandes avances en las encuestas y con cambio de caras y de ministros.

La ministra está a tiempo aún de elegir entre el estilo, la credibilidad y la reputación de su compatriota catalán Josep Piqué, quien sucedió a Miguel Ángel Rodríguez en la portavocía del Gobierno con mejor fortuna y hoy es reclamado por muchos como un valor político en alza en Cataluña, o los del del propio Rodríguez, quien precisamente en su reciente libro titulado ‘Usted puede dirigir el mejor gabinete de Comunicación del mundo’ afirma que “‘un gabinete de Comunicación no es un gabinete de Manipulación”. Parece que el globo sonda o ‘Government Leaks’ es cosa de mayorías relativas o, al menos, del primer año de ellas. Pero lo que es seguro es que, a quien las utiliza, se lo acaba llevando el mismo que al propio globo: el viento.