Las tabaqueras tantean el terreno para luchar por los precios

Ha sido el ministro de Hacienda, CristĂłbal Montoro, quien ha vuelto a abrir la caja de Pandora en las Ășltimas semanas. El pasado mes de diciembre anunció una subida de los impuestos relacionados con el alcohol, las bebidas azucaradas y el tabaco. Con este nuevo plan, la administraciĂłn espera recaudar 150 millones de euros.

Para este Ășltimo tipo de productos, se trata de alzas de dos puntos y medio para los cigarrillos normales y del 6,8% para la picadura de liar. Cabe recordar en este punto que la industria aportĂł 9.111 millones de euros de recaudaciĂłn tributaria en 2014, segĂșn los datos del sector, aunque podrĂ­a haberle costado a la sanidad pĂșblica una cifra superior en tratamientos para personas con afecciones a la salud relacionadas con este vicio.

estanco-el-tabaco «Se gasta mås dinero tratando las enfermedades que causa el consumo de tabaco que el  que recauda con los impuestos«, admitía en este sentido un portavoz de la Comisión Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).

Sin embargo, estĂĄ situaciĂłn ha sido denunciada por la Mesa del Tabaco, asociaciĂłn que reĂșne a los principales actores del sector en nuestro paĂ­s, ya que consideran que las excesivas tasas impositivas han llevado a inflar sobremanera el precio final del producto.

«Si el precio medio de una cajetilla en España son 4,44 euros (datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos) y el 80% equivale a impuestos, es decir, 3,55 euros son impuestos», aseguran en este sentido desde la Mesa.

Sin impuestos, el precio de una cajetilla de tabaco podrĂ­a rondar los 0,89 euros

En cualquier caso y dejando a un lado las cifras recaudatorias por parte del Estado -y los gastos producidos-, esta situación volvió a reabrir un nuevo capítulo en la batalla por los precios entre las productoras de este tipo de artículos en nuestro país, aunque mås bien se podría llamar escaramuza si se compara con las que se han vivido anteriormente.

En este caso, ha sido Altadis la que ha disparado primero. Y es que, en un primer momento, decidió diferenciarse de la competencia a través del inmovilismo en el precio de una de las modalidades de su marca estrella: Fortuna.

AsĂ­, y mientras el resto de las compañías subĂ­an entre 10 y 20 cĂ©ntimos el precio de las cajetillas, el gigante tabaquero-dentro de la estructura de Imperial Tobacco–     decidiĂł mantener el coste del paquete de Fortuna blando, como una estrategia que buscaba relanzar una marca que estaba perdiendo parte de su cuota de mercado.

Altadis y Philip Morris vigilan los movimientos del otro para fijar los precios de sus productos

Este movimiento desencadenó, como suele ocurrir en este tipo de negocios y como ya se ha vivido con anterioridad en nuestro país la respuesta de uno de sus principales competidores, Philip Morris, que decidió volver a reducir el precio de sus productos al anterior a la subida. 

Sin embargo, la situación -hasta el momento- no terminó aquí, tras este movimiento Altadis decidió finalmente relanzar diez céntimos al alza el coste de la cajetilla de Fortuna blando, como ya había hecho con el resto de sus marcas.

El Estado pretende recaudar 150 millones de euros con las tasas impositivas al alcohol y tabaco

Ante esto, PM acabó por retomar el precio de diez céntimos mås . Sin embargo, esta no ha sido la batalla por los precios mås impresionante que se ha vivido en nuestro país en este sector, para ello habría que remontarse al año 2006, cuando ante una subida generalizada de los impuestos, Philip Morris y Altadis volvieron a ser protagonistas de una situación similar aunque mås acentuada.

De hecho, hace una década, fue el gigante norteamericano quien decidió responder a los impuestos con una bajada generalizada de sus precios -de mås de 40 céntimos- que llevó a la cajetilla de Marlboro a costar un total de 2,35 euros, mientras que L&M no superaba los dos euros de coste. 

Un duro golpe para la empresa que comercializa Fortuna, Ducados y Nobel entre otras marcas, que acababa de anunciar una subida generalizada del precio de todas sus marcas y que tras este movimiento de la competencia directa encarnaría una dura lucha por la reducción de precios. Un momento histórico de caída generalizada de las cajetillas que los fumadores no olvidarån en mucho tiempo -a pesar de que han pasado ya mås de diez años-.

Quejas desde la Mesa del Tabaco

En cualquier caso, desde la Mesa del Tabaco se quejan de que estos incrementos -a los cuales consideran excesivos- no permiten a los jugadores dentro del sector del tabaco asentarse y poder realizar su actividad en un escenario de estabilidad.

«Lo ocurrido en años pasados demuestra que fuertes subidas de impuestos al tabaco, que han llevado a incrementos de hasta el 40% del precio del tabaco de un año para otro, distorsionan el normal funcionamiento del mercado», admiten en este sentido.

precio-tabacoPor otro lado, se advierte que este tipo de medidas pueden llevar a los consumidores a lanzarse a otros mercados ilegales para seguir fumando y no tener que pasar de manera tan excesiva por caja, lo cual puede ocasionar graves problemas econĂłmicos y saludables.

«Ante estas fuertes subidas repentinas y no graduales, el consumidor busca otras alternativas y se abre la puerta al mercado ilegal que luego es muy complicado cerrar. Es lo que ocurrió en España a partir de 2008 y evidencia que no siempre que se incrementan los impuestos se va a necesariamente recaudar mås o conseguir el objetivo disuasorio de consumo«, apuntan para finalizar.

Si bien es cierto que esta situaciĂłn estĂĄ afectando negativamente a la industria. Un informe sectorial confirma la caĂ­da de las ventas totales en las dos Ășltimas dĂ©cadas. AsĂ­, si en 1990 se vendĂ­an 4.096 millones de unidades -cajetillas-, en 2014 la cifra total cayĂł hasta los 2.340 millones totales.