Si eres un adicto a las hamburguesas, y eres de los que crees que como en Estados Unidos no saben en ningún sitio, vamos a darte un motivo para que te lo pienses. Si la evolución del dólar frente al euro continúa como en los últimos días, irte a Washington o Nueva York para darte el gusto de comerte un Big Mac te puede salir por un pico. ¿El motivo? La última subida de tipos de la FED, que ha provocado que el dólar se aprecie frente al resto de monedas globales.
Si lo comparamos con el euro, desde que el pasado martes la FED anunciara que subía los tipos al 0,25%; el euro se ha ido depreciando frente al dólar hasta situarse en la paridad. Ronda el entorno del 1,03 – 1,04. Y según las previsiones de los analistas podría seguir depreciándose en las próximas semanas hasta alcanzar el 1-1 o perderlo. Es decir, que para comprar dólares necesitaremos gastar más dinero.
Comprar un Big Mac en USA te costaría 5,18 euros frente a los 4,23 de España
Una situación que, a priori, puede parecer muy lejana para nosotros, pero que -en cambio- supone mucho más de lo que pensamos. Para empezar, la gasolina se va a encarecer. El crudo y sus derivados se compran en dólares, lo que va a producir un encarecimiento del barril y, por ende, del litro de combustible que echamos en el coche. Así que podemos prepararnos para que -si se cumplen las previsiones de los analistas- el precio del hito de la gasolinera empiece a subir. De hecho, ya ha ocurrido en las últimos días.
Esa subida de la gasolina -en la que influye también la evolución de las materias primas- va a generar un aumento de precios. Pero no es lo único. Veremos también cómo suben los productos que sean importados. Esto va a generar un aumento de la inflación. O lo que es lo mismo, que nos podemos encontrar con una pérdida de poder adquisitivo sin comerlo ni beberlo.
El viajar no se va a acabar, pero sí se va a encarecer. Si tu depósito sube, el de los aviones también. Así que los billetes se van a incrementar. Pero no para aquí la cosa, si vas a ir a Estados Unidos los precios de los hoteles serán más elevados. Y lo que es peor, comprar cosas allí dejará de resultarte atractivo porque -al cambio- te saldrá más caro comprarlo allí que aquí. Además, cuando vayas a cambiar, vas a necesitar más euros para comprar dólares. Para que te hagas una idea, ahora mismo con 1 euro te dan 1,03 dólares. Si pierde la paridad, por 1 euro recibirás -por ejemplo- 95 centavos de dólar.
Aun suponiendo que te empeñes en ir, cuando llegues a comer la cosa no va a ser sencilla. Porque el primer sitio al que irás -como buen amante de las hamburguesas- será al McDonald’s a comerte un Big Mac. Pues bien, si cogemos como referencia los precios del último índice Big Mac elaborado por The Economist, una hamburguesa de este tipo costaría en España 4,23 euros. Allí 4,99 dólares. Si el tipo de cambio fuera 1 euro = 0,95 dólares, estamos hablando de que comprarte una hamburguesa de este tipo en USA te costaría 5,18 euros. Es decir, bastante más que en casa.
Si eres fan de las comprar por internet, seguro que eres de los que compra en AliExpress. También esto se va a poner más caro. De hecho, el analista Eduardo Bolinches, explica que en los últimos meses «las compras en Alibaba se han encarecido cerca de un 20%», aunque en muchas ocasiones no nos hayamos dado ni cuenta. Lo mismo ocurre con los dominios de Internet que se compren en dólares. Hasta ahora los comprábamos por algo menos de 5 dólares, ahora estamos hablando ya de algo más de 17.
Hasta ahora hemos hablado de nuestro día a día. De nuestro bolsillo. Pero el roto a las empresas también puede resultar interesante. Hay compañías españolas que operan fuera de nuestras fronteras y trabajan en dólares. Cuando tengan que cuadrar las cuentas, se encontrarán con que -al cambio- pierden dinero. Es el famoso «efecto divisa» que, aunque suele cubrirse mediante diversos seguros, siempre puede terminar afectando. Pero, sin embargo, aquellas que sean exportadoras, se beneficiarán. Al encarecerse el dólar y abaratarse el Euro, nuestras exportaciones van a resultar mucho más atractivas y, por tanto, podremos vender más fuera de España.
Pero ojo, porque una depreciación del euro provoca que, a igual productividad de la mano de obra, un aumento en términos reales del coste laboral de las empresas (salario + cotizaciones). Esto hace que el español medio pierda más poder adquisitivo que en otros países donde hay una mayor productividad que en España.