Un archivo con 10 Gb de selfies y vídeos privados de 161 mujeres de nacionalidad china, en los que éstas aparecen desnudas y en actitud sexual, ha empezado a difundirse por la Red en los últimos días. Pero si por algo destaca tan lamentable hecho es, ante todo, por el origen de los archivos: una popular plataforma de préstamos online llamada Jiedaibao, en la que algunos prestamistas habían empezado a exigir esta clase de material como garantía.
Según reveló el diario chino Global Times, dos tercios de las víctimas eran estudiantes universitarias (al menos 7 de ellas con edades comprendidas entre los 18 y los 19 años) receptoras de préstamos que rondaban los 2.000-6.000 yuanes (274-821 euros) y que debían devolver en un plazo de entre 5 semanas y 9 meses.
Las entidades financieras tradicionales suelen negar créditos a los estudiantes universitarios, pese a que China carece de un buen sistema de préstamos estudiantiles. En esas circunstancias, la creciente demanda ha sido cubierta por Jiedaibao y otras plataformas de ‘peer to peer lending’.
Una de las imágenes rezaba «He tomado fotos de mí misma desnuda y masturbándome como garantía. Si no pago a tiempo, seré la única responsable [de lo que ocurra con ellas]».
¿Cómo funcionaban los porno-préstamos?
El archivo empezó a circular el 30 de noviembre por WeChat y QQ (dos plataformas de mensajería instánea muy populares en China) con el nombre «stupid girl.zip» («chica estúpida.zip«). Además de las fotos, el archivo incluía otros datos personales de 144 de las 161 prestatarias.
En las fotos filtradas, las mujeres suelen posar mostrando su carnet de identidad. Pero algunas incluyen más información: una de las fotografías del archivo mostraba también un recibo que rezaba así: «Recibí un préstamo de 15.000 yuanes el 18 de julio de 2016, que vence el 18 de agosto de 2016. La tasa de interés es del 50%. He tomado fotos de mí misma desnuda y masturbándome como garantía. Si no pago a tiempo, seré la única responsable [de lo que ocurra con ellas]».
En resumen, las fotos y los vídeos son una forma de chantaje: si la prestataria no puede pagar a tiempo, el prestamista publica en Internet los archivos. Antes de eso, amenaza con enviar los archivos directamente a los amigos y familiares de la víctima.
El China Youth Daily también menciona el caso de Wang Yi, una estudiante que «teme que sus fotos se encuentren entre las filtradas» y que recibió 5000 yuanes en sólo 3 minutos, tras remitir a su prestamista las correspondientes fotos y vídeos. El préstamo estaba sujeto a un interés mensual del 27% (otras víctimas aceptaron intereses de hasta el 15% semanal).
Ahora, la joven tiene deudas de más de 16.000 euros. «Me arrepiento de haber hecho esto. Al principio pensé que podría pagarlo en un mes, pero luego me di cuenta de que el interés era demasiado alto«.
La reacción de la plataforma
En cuanto se hizo público lo ocurrido, los responsables de Jiedaibao lanzaron un comunicado afirmando dichos datos personales les habían permitido identificar las cuentas de varias de las prestatarias, y que gracias a eso habían congelado las cuentas de los usuarios sospechosos de haber recopilado las fotos y vídeos privados.
Igualmente, afirmaron que los acuerdos de los ‘porno-préstamos’ se habían llevado a cabo offline y de forma privada, y que su plataforma únicamente había actuado como pasarela de pago. El comunicado añadía, por último, que la compañía había «recopilado evidencias para proteger su reputación» y que estaba colaborando con la policía.
Un problema regulatorio
La filtración de estas fotos no hace sino poner de relieve la deficiente regulación legal a la que están sometidas en China esta clase de plataformas. Y es que no se trata del primer caso similar que afecta a las internautas chinas: el mes pasado ya hubo otra filtración de fotos en poses seductoras de usuarias del sistema de pago online Alipay (propiedad de la plataforma de e-commerce Alibaba).
Hasta este momento, la mayor parte de las polémicas vinculadas con este sector habían estado relacionadas con el fraude, destacando el caso de Ezubao (una plataforma que a principios de 2016 estafó más de 6.846 millones de euros a 900.000 inversores a través de un gigantesco esquema Ponzi).