Netflix, ¿La gran oportunidad de Hollywood o la gran amenaza?

Los estudios de Hollywood ven a Netflix como las operadoras de telecomunicaciones han visto a Google. A ratos, una oportunidad que les sirve para generar negocio, a veces, una amenaza para su modelo de negocio. El coloso de los contenidos en streaming, que se gasta 6.000 millones de dólares al año en contenidos, y sigue subiendo, es una incógnita para la industria.

El hecho de que Netflix no sea sólo un fenómeno de EEUU, sino que esté ya en 200 países, y que esté emitiendo en todas partes, supone un riesgo considerable para la dominancia de Hollywood y para la estructura de estudios y de TV por cable tal y como la conocemos.

La presencia de jugadores globales de telecomunicaciones en el mundo de los contenidos se ve amenazada

Jugadores globales como Telefónica o AT&T, que han puesto muchos esfuerzos en entrar en el mundo de los contenidos, se ven también amenazados por el peso de una compañía tan grande.

En España, donde estamos a punto de vivir la entrada de HBO y de Amazon Vídeo, y donde Netflix tiene una desventaja competitiva por el hecho de que Movistar+ mantiene la exclusividad de algunas de sus series, la situación va a estar más competida que nunca. Hasta el punto de que la Sky de Rupert Murdoch, que había planeado su entrada en nuestro mercado, se está replanteando sus planes.

Sin embargo, preguntadas al respecto por merca2.es, fuentes de Netflix descartaron que la competencia que describimos sea tan grave y subrayaron que todos los agentes en el mundo de la televisión en streaming compiten con otras formas de entretenimiento.

En España Netflix no puede competir con el enorme poder de las cadenas generalistas

En realidad, en España Netflix difícilmente compite con las cadenas generalistas, y las cadenas de cable de pago han sido un fenómeno relativamente minoritario. Sólo Canal+ fue capaz de conseguir en su momento un impacto real como canal de pago, si bien la inclusión de muchas cadenas en paquetes premium de las operadoras las han hecho muy populares.

Así pues, es justo decir que los temores de las cadenas de TV por cable de EEUU no son fáciles de transferir a la situación de España, donde el mercado televisivo se mueve en buena medida por las generalistas y por los derechos del fútbol.

Stranger Things, una producción de Netflix

Según un informe de Hollywood Reporter, hay varias cosas de Netflix que suponen fricciones con la industria. Por ejemplo, la percepción de que lo que comenzó como una apuesta por la originalidad, con mucha libertad para los creadores, ha terminado teniendo las mismas restricciones que en otros estudios. El hecho de que las audiencias sean un misterio hacen que los creadores vivan preocupados por la recepción de sus obras sin saber si repetirán una temporada más o si el público ha sido receptivo. En algunos casos, como Stranger Things, es obvio. En otros, no tanto.

Es curioso en todo caso señalar que, como confirman desde Netflix, España no es un mercado tan distinto a otros y funcionan cosas similares, con cosas como Narcos o los superhéroes de Marvel por bandera. Incluso se plantean llevar a otros mercados sus especiales de comedia, un producto muy barato de producir pero que al parecer les genera buenas audiencias. Que nadie se sorprenda de ver especiales de cómicos españoles por estos lares en algún momento del futuro.

El poder que ha conseguido en el mercado empieza a preocupar a sus proveedores y a sus rivales

Para los estudios, al principio, Netflix era la panacea que compraba programas y los pagaba sin tener que buscar comprador en el cable. El problema es que cada vez generan más contenidos propios y mientras la dependencia de los estudios se ha reducido, la de estos hacia Netflix ha aumentado.

El hecho de que sus productos hayan conseguido 54 nominaciones a los Emmy y sigan gastando tanto hace que Hollywood no tenga mucho margen para patalear. Los canales de cable han visto una inflación en el producto que les perjudica, y los estudios no sólo tienen competencia, sino que al ceder todos los derechos de sus producciones a Netflix pierden mucho dinero del reparto de beneficios cuando una serie se convierte en un éxito global.
Netflix tiene derecho a defenderse alegando que, a fin de cuentas, ni siquiera son quienes empezaron ni con el modelo ni con el éxito. HBO funciona bien en streaming y tiene sus contenidos en exclusiva, y Amazon está jugando a lo mismo. ¿Por qué a ellos se les percibe como amenaza?

¿El gran miedo? Si se deshacen de sus rivales podrán reducir los precios drásticamente y monopolizar

El problema es que en Hollywood sí ven a Netflix como una compañía capaz de convertirse en un Google del entretenimiento y capturar cuotas de mercado hasta ahora desconocidas.
Si eso sucede, para los más catastrofistas casi estaríamos ante una extraña práctica desleal: Comprar contenidos y creatividad por encima de precios de mercado hasta que la competencia desaparezca y luego pagar lo que le dé la gana.

Como argumento tiene cierta lógica, pero fracasa en el mismo punto que muchas críticas a Google. Cualquiera puede venir y quitarle el puesto. Fijémonos en lo poco que le está costando a HBO su despliegue internacional, las facilidades que tiene Amazon o las posibilidades de Google, que a través de Youtube ya es un coloso de los contenidos.

Hace pocas semanas, uno de los compradores de derechos de fútbol en España indicaba a este medio: “En pocos años, esto lo comprará Google, no Mediapro ni Telefónica”. ¿Podría competir Netflix con un Google que se decantase por el mundo de los contenidos? Está por ver.