Malestar entre los sindicatos Comisiones Obreras y UGT con Pablo Iglesias, el líder de Podemos. No les gusta nada que trate de arrojarse la representación de los trabajadores y, mucho menos, que quiera permitirse el lujo de ser quien esté animando a una Huelga General en nuestro país contra el futuro Gobierno de Mariano Rajoy.
Básicamente no quieren que les ocurra como ha pasado con el sector educativo, cuyas protestas de ayer fueron capitalizadas por la formación morada como si hubieran sido exclusivamente obra suya.
En el entorno sindical recuerdan que la Constitución entrega la defensa de los centros de trabajo a las Centrales y no a los partidos políticos. Por tanto, insisten, son independientes de los anhelos de una formación que busca su propio rédito electoral. Creen, además, que no es el momento de plantear una movilización general por varios motivos: la falta de Gobierno y que el diálogo social sí está funcionando y acaba de ponerse en marcha.
Hace falta pedagogía a la hora de salir a la calle en una movilización general
Las preocupaciones que hay en los sindicatos y que se negocian ya con el Ministerio de Empleo y con la patronal CEOE se centran en varios aspectos: la más importante, la derogación de la última reforma laboral. También incrementar el Salario Mínimo Interprofesional (para situarlo en torno a los 800 euros mensuales el primer año de legislatura) y la aplicación de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre los interinos en la Administración Pública.
Son los puntos centrales, aunque reclaman también hablar de cómo se van a reformar las pensiones de cara al futuro, por lo que piden también que se convoque el Pacto de Toledo para afrontar uno de los retos más importantes que tenemos por delante.
Muchos retos, nos explican, por lo que hay que ser muy cautos a la hora de hablar de movilizaciones de los trabajadores. Sobre todo porque -añaden- se requiere mucha pedagogía para poder convocarla porque hay sensibilizar a la gente y, en este momento, no se detecta un clima de salir a la calle.
De hecho, según datos de Empleo, en los siete primeros meses del año se convocaron 508 huelgas, un 34% menos que el año anterior, y se perdieron un 50% menos de horas de trabajo.