El Gobierno acaba de alertar a Bruselas que a la hucha de las pensiones le queda poca vida útil. Según la documentación que el Ejecutivo ha remitido a Bruselas, reconoce que en 2017 el Fondo de Garantía estará agotado. Es decir, se habrá gastado en pago de prestaciones los 24.207 millones de euros que le quedan. Algo lógico, si se tiene en cuenta que cada vez que el Ejecutivo debe abonar una extra debe sacar cerca de 8.000 millones de euros.
Cuando Rajoy llegó al poder en 2011, el ahorro que había alcanzaba los 66.815 millones de euros, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Desde entonces ha sacado 55.151 millones de euros en distintos períodos, que se ven compensados por las rentabilidad obtenidas. Según los datos del propio fondo, alcanzan los 27.521 millones de euros de rendimiento.
El Ejecutivo recurre a este dinero para pagar los ‘extra’ de nuestros pensionistas en verano y navidades, pero también para la liquidación del impuesto sobre la renta de los más de 3 millones de jubilados que están tributando.
2012 fue el primer año en el que Rajoy echó mano de la hucha con una disposición de 7.000 millones de euros. A partir de ahí fue retirando cada vez más: 11.648 millones en 2013; algo más de 15.300 millones en 2014; otros 11.500 millones en 2015. Sin embargo, este 2016 las cosas van mucho peor. Sólo hasta el mes de julio ha dispuesto 9.700 millones de euros.
Ahora la duda está en saber qué ocurrirá con esta ayuda para nuestros pensionistas a partir de 2018. Un nuevo problema para el nuevo Gobierno, que tendrá que solventar si quiere garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema público de Pensiones. Sobre la mesa hay ya distintas alternativas, entre otras, el que se financien con un impuesto especial o, en su caso, a través de los Presupuestos Generales del Estado.
