Stiglitz: Sólo una transformación del Euro puede salvar a Europa

“Se dijo a los europeos que el Euro traería prosperidad, riqueza y desarrollo. Sin embargo, ha sido todo lo contrario”. Así de contundente se muestra el Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, cuando analiza la situación económica del Viejo Continente. Todo, explica, porque cuando se creó la moneda única “se fió todo a la evolución de los mercados y de las economías nacionales”.

Unas decisiones que llevaron a la eliminación de los tipos de interés y los tipos de cambio “que son mecanismos de ajuste que ayudan en crisis como la actual”, sentencia el economista. No solo eso, es que para Stiglitz el Viejo Continente decidió “atarse de pies y manos con límites de deuda y déficit, porque ninguna teoría económica dice que el 3% de déficit y el 60% de límite de deuda pública sean cifras mágicas para no padecer problemas”.

El ‘Brexit’ tendrá consecuencias políticas. Podría ser el final de Europa

Políticas monetarias que califica de “desastrosas” y que han llevado a Europa a perder una década, algo que “puede suceder en los Estados emergentes, pero no aquí. Es algo malísimo, sobre todo porque los 28 se han llevado la peor parte de la crisis que se inició en Estados Unidos”, sentencia el economista. Por eso reclama que comiencen cambios urgentes: mutualización de las deudas,  con la creación de una garantía de depósitos; profundizar en la verdadera unión bancaria; y llegar a conseguir un seguro de desempleo comunitario. Sin embargo, el más importante para Stiglitz sería “disciplinar a los países que tienen superávit para que no sea un problema para el resto”, sentencia.

Sitúa su mirada en Alemania que, con un superávit comercial del 8% arrastras al resto de economías europeas. Algo similar a las quejas que hay con China. A juicio del economista “reducirlo no hará que la competitividad exportadora alemana se reduzca. Al revés, hará que sus consumidores gasten más y haya una mayor inversión extranjera, pero Alemania no está dispuesta a ceder”, añade.

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Si esto no cambia, el Nobel cree que “los ciudadanos pensarán que sólo los alemanes se beneficiarán del proyecto comunitario”. No solo eso, es que esa sensación –unida a la falta de perspectivas de futuro- harán que aumenten los populismos como ha ocurrido en Grecia, por ejemplo.

En cuanto al Brexit, el economista considera que no habrá perjuicio económico para las partes. Y como muestra de que Europa ha errado en su política monetaria, se fija en lo ocurrido tras el referéndum. “El ajuste de tipos de interés fue de casi 20 puntos, así que en términos de competitividad están mejor que antes. Algo que demuestra la importancia de la flexibilidad que Europa se ha quitado”, añade.

Ahora bien, a su juicio es importante que la Unión Europea acuerde con Reino Unido medidas que no conlleven la salida efectiva. Sobre todo, porque cree que “las consecuencias reales serán políticas –y no económicas-. Esto dará lugar a una deriva que dé lugar al desmembramiento de la UE, aunque esto no tiene por qué ocurrir”.