Vuelve el apetito por el riesgo en los mercados

Tras alcanzar el SP&500 norteamericano sus máximo históricos, situados en los 2.878 puntos, los mercados de renta variable se han visto inmersos en dos “crisis” consecutivas de las que podríamos estar empezando a pasar página.

El aplanamiento de la curva de rendimiento de los bonos americanos generaron importantes pérdidas en las bolsas americanas, con su correspondiente efecto dominó en el resto de plazas mundiales. En sólo siete sesiones el selectivo, que engloba 500 de las más grandes empresas de los EEUU, perdió un 12%. Obviamente los operadores descontaban un movimiento radical por parte de la Reserva Federal respecto al ritmo de subidas de tipos de interés en la primera economía mundial que finalmente no se produjo.

En este entorno alcista de fondo que vivimos actualmente en las bolsas, el sentimiento alcista volvió de manera fulminante alzando las bolsas de nuevo hasta la aparición de Donald Trump. El que se ha convertido en el mayor animador de los mercados, sin duda con mayor impacto que los banqueros centrales, tomó de nuevo la batuta con el anuncio de aranceles a los metales. El movimiento por parte de la administración Trump volvía a tambalear la confianza de los mercados, que se desplazaron hacia activos refugio como el oro o el yen japonés. La respuesta por parte del gobierno de China, en el que amenazaba por gravar activos como la soja, automóviles o aviación, ha quedado en agua de borrajas, al tener que recular en su retórica el presidente de China, Xi Jinping.

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Pese a que la guerra comercial se presentaba como inevitable, Donald Trump sabía que tenía la sartén por el mango. El volumen de negocio que exporta China a los EEUU supera en cuatro veces el de importación, por lo que el tiempo de los “faroles” desde China tienen sus horas contadas.

Tras este repliegue, esperamos que en las próximas horas el discurso de Trump termine de aliviar las tensiones y permita a los mercados recuperar la totalidad de los argumentos para volver a conquistar las cotas perdidas. Volvemos a apostar por el riesgo.

Francisco Sánchez-Matamoros, analista de XTB