Alerta en el motor: los inversores recelan (ahora) de una recuperación

Los inversores confiaban en que el último semestre del año sería el de la recuperación para el sector del automóvil, junto con otras industrias que se benefician de ello, aunque la situación parece haber cambiado en las últimas semanas, hasta el punto de que los propios inversores están dando marcha atrás en muchas de sus inversiones en el sector. El mes de junio ha sido el peor de año y ha vuelto a poner de relieve que el sector se enfrenta a demasiados vientos de cola y que muchas marcas no cumplirán con las estimaciones preliminares.

Una de las máximas en la bolsa es que es uno de los indicadores adelantados más fiables del mercado, y salvo notables excepciones suele recoger con nitidez la evolución futura de los activos. Así, a finales de 2018 el sector automóvil fue uno de los más castigados, llevando a los fabricantes a cotizar a múltiplos de crisis, como antesala del mal inicio de año (con numerosos profit warning, revisiones a la baja de los ingresos) que ha padecido. Aunque la tendencia parecía haber cambiado a finales de mayo, ya que los valores han empezado a recoger inversiones, tras tocar mínimos y rebotar, que buscaban posicionarse de cara a la recuperación de las ganancias que debería producirse a finales de año.

De hecho, hasta los últimos acontecimientos relevantes del sector, Daimlier volvió a aflorar un nuevo profit warning, la evolución de las cotizaciones había estado por encima de la media: BWW +7,7%, Volkswagen +11,2%, Peugeot +8,3%, además, de otros valores complementarios como Cie Automotive +5,9%, ArceloMittal +8,5% o Michelin +9%. Los buenos datos se centraban sobretodo en la buena evolución que el mercado del crédito estaba mostrando, lo que apuntaba a «una posible recuperación global de la actividad en el segundo semestre», señalan desde fuentes financieras.

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Sin embargo, la situación parece que ha dado un giro importante respecto de las últimas semanas y los datos que manejan los inversores no son tan sólidos. Así, un reciente informe de Bloomberg señala que «la tan esperada recuperación de las ganancias del sector automotriz para el segundo semestre parece poco probable (…) dadas las advertencias de los proveedores, las débiles compras en la UE en el primer semestre, una caída en el volumen de ventas en China y la incertidumbre con respecto a las nuevas pruebas de emisiones».

Uno de los pilares de las nuevas estimaciones de los analistas es el mal mes de junio, en el cayeron las ventas un 5,6% en los grandes países, y que, además, se «esperan más grandes descensos en julio y agosto». El problema, es que dicho hundimiento se ha producido pese a que tanto franceses como alemanes han tirado los precios para incentivar la demanda de vehículos, así alcanzaron un promedio del 16,4% del precio para el país teutón, mientras que en el caso del mercado galo alcanzó el 14% hasta mayo. Ambos contrastan con el 10,5% de los EE. UU., Según JATO Dynamics.

Además, a los malos datos se le añade las malas estimaciones de los proveedores de las marcas, que prácticamente todos han recortado sus estimaciones para los próximos meses. En otro informe de Bloomberg, al hilo con el anterior, se señalaba que “las expectativas de los resultados de los proveedores de los fabricantes de automóviles para el segundo trimestre son particularmente bajas, dado el contexto de una débil demanda y los vientos en contra provocada por la guerra de precios”.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2