El verdadero virus del 5G no viene de la lejana China

La cuenta atrás para la llegada masiva del 5G es una realidad. Nadie lo pone en duda. De hecho, para los más incrédulos, en España hay un operador que lleva unos meses ofreciendo esta conectividad de manera comercial. Sí, de forma restringida y a ciertas zonas. Pero 5G. El problema, ahora, es que cada vez son más las voces que sugieren tirar del freno de mano en las expectativas. Y, por si fuera poco, el coronavirus no ayuda.

Aunque siendo realistas, la incidencia sanitaria es más un fuego de artificio que un impacto real. Algunos medios se han hecho eco sobre el problema de abastecimiento de ciertos componentes necesarios para la implantación de infraestructura de radio. Esto, aseguran, retrasará los planes en cuanto al despliegue de 5G en todas las partes del mundo.

Ahora bien, no está del todo claro que el ritmo del 5G, sea lento o rápido, tenga que ver con el coronavirus. Más bien hay una serie de factores externos que dibujan una realidad social y tecnológica que a veces no sabemos definir con precisión. Por eso, lo mejor es escuchar a voces autorizadas que sin la necesidad de titulares pasados de rosca analizan la situación de esta evolución tecnológica.

Este es el caso del CEO de Ericsson España, José Antonio López, que en una entrevista en el portal especializado del periodista Norberto Gallego, deja clara la relación de 5G, inversiones, retornos y velocidad de implantación.

EL 5G Y EL BIG BANG

El responsable de la filial sueca en España, acostumbrado a dejar mensajes muy claros, avisa en la entrevista de que “no deberíamos pensar que 5G es algo así como un Big Bang, una explosión originaria. Se ha extendido la idea de que este salto adelante de la tecnología hará que los operadores tengan que desembolsar un dineral y amortizarlo durante diez años. No es así. En España, cada tres años en promedio cambiamos las redes de nuestros clientes por una constante búsqueda de eficiencia de los operadores”.

Jose Antonio López también desliza la idea de que lo dicho y escrito tiene algo de mito. Y razón no le falta. En el último programa de Pymetech Radio se abordaba la realidad sobre los ritmos de implantación de la tecnología. Y aquí es donde los medios han jugado un papel relevante, aunque a veces guiados por la necesidad de grandes titulares, quizá se ha abusado de precipitar las cosas o incidir en aspectos que se alejan de las certezas del 5G.

Pero no ha sido solo un problema de la prensa a la hora de sobrecalentar todo lo relacionado con la llegada del 5G. Los operadores de telefonía en España han lanzado con precipitación -en ocasiones- y celeridad -en otros casos- los mensajes relacionados con la evolución de la conectividad. Según desarrollaban la idea de que el 5G realmente va a revolucionar la industria, no dejaban de cronometrar cuánto tardaba en descargarse una película con las velocidades del 5G.

Así, con el paso del tiempo, la realidad sobre el impacto del 5G se ha ido adecuando a los ritmos del mercado. Primero porque hay burocracia pública de por medio, son los Gobiernos los que licitan las frecuencias; y segundo, porque los impactos externos, y aquí tenemos el coronavirus, a veces son difíciles de medir.

EL 5G Y EL DINERO

Bajo este contexto, y al margen de coronavirus, la gran certeza del 5G tiene que ver con el dinero invertido y su retorno. Hace poco, un directivo de un operador con servicios en España, decía que ahora mismo lo importante es la innovación. Eso está claro. Pero empresas con miles de empleados necesitan que esa innovación ejerza de palanca en el flujo de caja de la compañía. Si no, de poco sirve tener mayor velocidad y mejor latencia.

No obstante, para aterrizar el asunto, el CEO de Ericsson España recuerda que “lo que no espero es un pico excepcional de inversión. Cuando uno tiene 4G y necesita modernizarla para responder a la demanda, lógicamente se pregunta en qué invertir. Lo atractivo de 5G es que los operadores pueden gestionar el tráfico con flexibilidad, gracias a que el espectro no entiende de Gs (…)”.

Es decir, que la inversión sea flexible no quiere decir que se trata de un vector fundamental. También es cierto que se trata de algo que se prolongará en el tiempo. Por lo tanto, ¿qué necesidad hay de precipitar todo? Y es que, puede que el coronavirus cause estragos con los tiempos del 5G; pero lo cierto es que el verdadero virus es la velocidad con la que se quiere vivir.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.